A proyecto muerto, proyecto puesto
Por cuarto año consecutivo, desde que en marzo de 2009 empezáramos a «invertir la clase «con El Proyecto Facebook nos tenemos que enfrentar con el momento mas dramático de la cursada universitaria que es la asignación de recompensas y cocardas (la nota) destiladas en un escuálido número arábigo que cumple múltiples funciones.
Desde la explicación mas trivial que es asentar formalmente la ingestión de saber de un determinado recorte burocrático de la realidad, hasta la satisfacción psicológica de encontrarse en el décil mas alto de la escala (que bendice simbólicamente con la distinción a un puñado de alumnos respecto de sus compañeros), desde el mas previsible que es la satisfacción de haber entendido consignas y de haber jugado al juego dictaminado por los mayores (supuestamente mas sapientes), al mas pícaro de aprobar una materia (a la que no se desea ni respeta), habiendo hecho poco y nada para merecerlo. Desde el desafortunado que tiene que aprender a jugar otras reglas de juego, porque en esta materia no valen las que si en la mayoría de las otras, hasta quienes festejan haber sido asignados por el SIU (sistema de asignación automática de materias a cursar) a compartir experiencias insólitas e inesperadas con compañeros no elegidos pero que que finalmente son como los hermanos que uno hubiera querido tener.
Pero si bien en nuestra historia todas las cursadas son ensayo y error (muy diferente del «toco y me voy» que sienten algunos alumnos), no lo es menos que los aciertos/errores de los últimos años nos llevaron progresivamente a oscilar pendularmente entre un privilegio alternativo del contenido (durante los 10 primeros años de la cátedra) al del continente (desde 2006 hasta ayer nomás), buscando un difícil equilibro que tiene dos denominadores mayúsculos: 1) la enseñanza por/para proyectos, 2) la evaluación participativa, mucho mas desarrollado el primrro que la segunda.
La enseñanza por/para proyectos
Sobre lo primero el viraje es manifiesto. Desde los tímidos teóricos participativos que intentamos con Julia Buta en sus últimos años de vida, hasta el lanzamiento a la pileta que fue la combinación light entre coaching ontológico y vivir educativamente en Facebook, mas las apuestas redobladas a nuevos formatos, al diseño participativo en intervención del espacio y del tiempo, cuales fueron El Proyecto Rediseñar y El Paréntesis de Gutenberg, culminando en el caótico, creativo y finalmente irrepetible Proyecto 1@1Sarmiento , ya hace mucho que estamos transitando la saga del edupunk (otra etiqueta que corre mas rápido que despacio el riesgo de autocorroerse).
Técnica y vivencialmente fue un buen trayecto y consiguió modificaciones (no sabemos cuan duraderas) entre los participantes de todos los lados del mostrador, mas parecido a una cinta de Moebius que a una mesa de carpintero. En el camino nos enteramos de la existencia de numerosas otras variantes de la interacción para- o meta-educativa culminando con los Interactivos, una plataforma de investigación y producción acerca de las aplicaciones creativas y educativas de la tecnología, que vivimos la semana pasada en Dublin.
Haciendo una genealogía de estos formatos podemos encontrar de la mano del crowdsourcing y del diseño participativo (en Participate. designing with user-generated content tenemos decenas de ejemplos exitosos), una cantidad muy bien lograda de proyectos y de productos.
También es muy valioso examinar ( las variantes del Network Focused design caballito de batalla Metaproducts. Meaningful design for our connected world) que muestra muchos formatos que van en una dirección semejante a la emprendida por la cátedra de Datos.
Además como mostró la experiencia 1@1Sarmiento, no hay en este terreno (especialmente en el campos de las transacciones educativas y formativas) mucho nuevo bajo el sol, porque lo que estamos viviendo no es sino el redespetar adaptativo y potenciado de las ideas germinales en este terreno desde Rousseau a Montessori, desde Dewey haste Freire, desde Freinet a llich, desde Pestalozzi hasta Summerhill, y la lista sigue y sigue. Siendo las variantes de la «flipped classroom» (apenas su encarnación actual diluída.
La inverosímil reconciliación entre continente/contenido
El problema no está pues ya en enseñar con o para productos (aunque nos llevó casi un quinquenio, y recién en la cursada de este primer cuatrimestre quedó claro como hacerlo (gracias Mariana Salgado, Mariana Massigoge y Guadalupe Bracuto). El enorme desafío ahora es que la enseñanza por proyectos, en su modalidad participativa, vaya mas alla de los mejores ejercicios iniciales, logre sobrepasar los intereses demasiado puntuales o concentrados en preocupaciones previas y personales de los alumnos o de los ayudantes, y logre flexibilizarse al punto tal de volcar esa energía del par a par en temas, cuestiones, dispositivos o intervenciones que transciendan lo lúdico, lo coyuntural, lo anecdótico o lo simpático.
En este privilegio coyuntural del continente sobre el contenido (riesgo calculado que muchos colegas hace mucho nos vienen señalando) corremos el riesgo de saltarnos por los aires la dimensión transitiva de los procesos de aprendizaje, y quedar encapsulados en hacer algo que nos gusta, porque nos gusta y porque alguien nos deja hacer, en un lugar donde no se supone que ello debería ocurrir,
De este modo se logra atraer la energía y alegría juvenil (lo hemos visto en algunos proyectos inverosímiles en Datos este cuatrimestre), se juega la ficción de que estamos dejando emerger los deseos mas sanos y profundos de los jóvenes, pero al evitar poner constricciones y limitaciones, al no delinear los contornos dentro de los cuales el juego hace y tiene sentido, terminamos en una debacle del todo vale (después de todo ¿qué no es narrativa?) que resulta pernicioso para todos.
En este caso los ingredientes eran de una exquisitez uníca (aunque a lo mejor hay que ajustar un par de título,s la bibliografía a degustar este cuatrimestre es el sueño del pibe de cualquier nativo digital, pero también de los ontólogos críticos que andan en la UBA con intereses literarios), por lo cual no hubo error al determinar cual era la base conceptual para hacer distinciones apropiadas en el campo de las narrativas interactivas. Y como la metodologia proyectual fue explorada con una profundidad nunca trabajada antes, la dimensión de los productos quedó igualmente a punto caramelo.
¿Qué fallo entonces (si es que algo falló) y quedó evidenciado en el primer ciclo de presentación de trabajos?
La articulación hacer/decir/mostrar
Lo que quedó desdibujado, al punto de que de los 22 trabajos mostrados el pasado martes solo un puñado (que analizaremos en detalle una vez revisados el segundo lote) solo 6 cumplieron con las expectativas que nos pusimos cuando diseñamos la cursada, fue un entronque mucho mas fluído entre los conceptos y las propuestas, entre las ideas y su concreción, entre la elaboración de las narrativas y su valor para un tercero, entre el enorme esfuerzo desplegado (salvo algunas excepciones individuales que en el próximo cuatrimestre llevará seguramente -de reiterarse- a desaprobaciones individuales), y la posibilidad de mostrarlas de una forma que las realcen y las valoricen.
No es fácil trabajar con tantos enfoques en simultáneo. No es fácil trabajar en los múltiples planos en que lo hacemos nosotros. Para alumnos mayoritariamente acostumbrados al copy y paste de ideas ajenas (y en un número reducido al remix potenciador), bajarse del pedestal de la alta teoría y del comercio gratuito con las abstracciones, y volcar sus intuiciones y voluntades en proyectos concretos y tangibles es de una dificultad mayúscula.
La división social del trabajo (humanidades vs ciencias duras, teorías vs proyectos) tan fácilmente denostada en la vulgata crítica, se autorreproduce sin que nadie se haga cargo exorcisando a las facultades del otro palo, y la tiranía de la doble cultura polariza progresivamente a mentes flexibles y brillantes, obligándolas a optar entre la teoría crítica que no se traduce en acciones (políticas) llamativas, y la habilidad tecnológica denostada sin cesar pero que en definitiva es la que brinda la base material que sostiene a la sociedad del consumo, a la civilización capitalista, tanto al mundo central como al periférico.
Si bien hace pocas décadas que la denuncia de las dos culturas se ha convertido en un programa para el diseño de una tercera cultura sintética y superadora (tan bien cultivada en edge.org) , de este menu se conocen mucho mas los títulos que el gusto de los ingredientes, y nadie se anima a tomarse en serio que el gran reformateador de la ecuación, un Ferrán Adria de la pedagogia molecular, aún no ha nacido, o al menos no ha sido convidado al banquete de las antidisciplinas
Breve racconto de impresiones
Lo mas valioso de la cursada fue como los alumnos metieron las manos en la masa, o sobre la mesa. Hubo algunos prototipos materiales de una sofisticación llamativa. En los contados casos que esto sucedió se recuperó la noción clave de la materia de que somos las narrativas que (nos) contamos. Algo que paradojalmente desdibujó muchos otros proyectos que podrían haber sido pertinentes para otras consignas o demandas (mas típicas del Proyecto Rediseñar), pero decididamente impertinentes en este caso.
En varios productos se notó muy bien asimilada la noción de cultura participativa tanto a nivel del propio grupo como en sugerencias de testeo y de uso de los prototipos. Tambien hubo un protagonismo distribuído y en algunas presentaciones la rotación de expositores, la forma como se articularon los temas tocados y la fluidez con que se pasó del mundo virtual al real fueron agradables, tersas y bien ensayadas.
De lejos de Certeau fue el autor mas citado aunque lamentablemente muy pocos grupos pasaron de la enunciación del sintagma «cazador furtivo». Scolari, McLuhan y Jenkins estuvieron también en el pelotón de los mas citados y en ocasiones utilizados. Al peor estilo de la largo cola la mayoría de los otros autores fue escasamente citado o reapropiado. Hubo ocasionales remisiones a Calabrese, Volpi, Carrión, Ryan, Brea, y Salmón.
Volviendo al principio si bien hubo un par de presentaciones que requirieron de la conexión a Internet, al tener todo su material en línea, en general lo digital estuvo al servicio del proyecto y la sofisticación de las maquetas compenso con creces lo elemental de los diseños en línea que vimos en otras cursadas.
Tal vez la falla mas reiterada fue cierta liviandad en las propuestas, postulaciones de acciones hipotéticas a realizar, y el desconocimiento generalizado de la ecología de actores y de construcciones que preside cualquier realización, para desanclarla del ámbito de la utopia y convertirla en un proyecto realizable, evaluable y sobre todos disfrutable y útil (validable) para los demás.
¿Devoluciones o explicaciones?
Respetamos en general cómo los ayudantes habían evaluado el trabajo de los alumnos durante el cuatrimestre. Cambiamos la menor cantidad de notas salvo en casos donde los trabajos parecían pertenecer a otra cátedra. Cuando las bajamos siempre fue puntualmente. Supimos inmediatamente que habría protestas y roces. Ya había ocurrido con otros proyectos de la cátedra previamente. De estas discrepancias valorativas somos responsables varioas capas institucionales.
En las Facultades de Ciencias Exactas, en Ingeniería, en Medicina sacarse un 4 es un honor y las notas altas están circunscriptas a unos pocos. En Sociales las notas altas son la norma y sacarse de 7 para abajo es una humillación. Por eso no sorprende que los alumnos estén acostumbrados a llegar a los finales con 9’s y 8’s a granel. Y si bien un número no dice nada, que la mediana de las notas este cerca del 8 revela que o bien estamos demasiado influenciados por el clima institucional de altas notas, o creemos sinceramente que los productos de los alumnos son de enorme valía.
Si cuestionamos esta apreciación es probable que algún docente insista que su combo valorativo incluyó desde la medición del proceso, la presencia activa, las lecturas y cierto compromiso con la mejora de los productos.
Algo no anda bien con todos estos factores combinados, porque si bien hubo algunos aciertos alguos trabajos decididamente o bien no correspondieron a los consignas, o bien no profundizaron en los aspectos conceptuales destacados por los textos, o bien fueron de una obviedad muy genérica, o bien pecaron invariablemente del mismo error:: no apuntaron a un usuario real, no buscaron ser validados por usos efectivos, en definitiva confundieron la retórica del cambio con el diseño de dispositivos que los provoquen.
Si bien no fuimos sistemáticos con las devoluciones, las hicimos en forma amplia con la Comisión 10, fuimos absurdamente escuetos con la 11, aunque para la mayoría de los trabajos aplicaba exactamente lo que dijimos a la 10 que enumeramos a continuación, con la comisión 12 los fuimos dando uno a uno y con la 17 hicimos comentarios puntuales pari passu. Por otra parte a lo largo de todo el cuatrimestre (especialmente en el Taller virtual) fuimos monitoreando el esperable desvío que hay entre lo que se pide y lo que se obtiene.
Pero lo que vivimos el jueves por parte de algunos alumnos, fue mas un pedido de explicaciones por las notas bajas que mantuvimos o las que pusimos, que una auténtica discusión acerca de qué supone la inversión de la clase, cómo se generan los procesos de autoaprendizaje, porqué es impensable hoy una enseñanza que no pase por lo proyectual, y cómo deberíamos avanzar en una evaluación participativa (que no sea un mero autoensalzamiento tautológico mutuo).
La evaluación como agujero negro o como sintoma en el que nadie goza
Todo lo anterior podría ser mera hojarasca literaria, si no fuera porque el cierre de la cursada está abrochado por la nota de la que hablábamos al principio, y que para destilarla todos los métodos conocidos no nos satisfacen. Por eso al invertir al clase, al introducir en la bibliografía casi todo lo que no se enseña en la universidad (videojuegos, alfabetismos digitales, la escritura de los visual, las hipermediaciones, la estética neobarroca, la cultura_RAM, los transmedia y el storytelling interactivo, pero sobretodo la cultura basura y el cerebro social), negarnos a seguir firmando el pacto perverso de que «el alumno hace como que estudia y el docente hace como que enseña», nos vimos forzados también a inventar una nueva forma de detectar lo trabajado durante la cursada, a darle visibilidad a los procesos de aprendizaje (porque eso si nos interesa, no si somos buenos a malos enseñantes), a través de un recorrido simultáneo por procesos y productos.
Para lo primero hubo diversas instancias: las comisiones de los prácticos, los talleres virtuales, los talleres de teóricos, los grupos en Facebook, los weblogs de las comisiones. Para lo segundo hubo una primer demo al final del cuatrimestre, una devolución por diversas vias, y una demo final en el teórico.
Falta aun revisar el segundo lote de trabajos. A partir de comentarios, sorpresas, alguna indignación y sobretodo muchas protesta por las «bajas notas», algunos ayudantes de comisiones están reorientando cómo deben ser mostrados los trabajos, insistiendo en la importancia clave de un video inicial de impacto, y una demostración lo mas detallada posible del prototipo.
Nada que no anunciáramos 10 veces durante el cuatrimestre. Nada que no criticáramos en las primeras exhibiciones de teóriocs, pero el retorno de lo reprimido es potente y se acuna en lo conocido y en lo reiterado.
Invariablemente los alumnos nos contaban lo que habían hecho, describían la potencia de sus propuestas y cual letanía repetían como las redes sociales consagrarían sus proyectos. Invariablemente a un metro o dos estaban sus maquetas, o sus prototipos en papel, o sus borradores que, invariablemente, resultaban mucho mas interesantes que sus explicaciones o sus paráfrasis.
Entre la seguridad de la repetición textual y la aventura del diseño, casi siempre recaían en lo primero. Y salvo esas 6 excepciones que muestran que nuestra demanda no era desmedida, ni que el trabajo del cuatrimestre no rendiría frutos (después de todo no nos olvidemos que de los mas de 100 proyectos de Rediseñar solo una decena llegó al podio de los interlúdicos ver capítulo 9 Exhibition Hall. Galerías de experiencias de Edupunk aplicado) en los otros casos íbamos a un final anunciado
Plataformas para el rediseño
A partir de estas primeras reacciones, revisando los blogs y los grupos de Facebook, rescatando una cantidad muy valiosa de experiencia y trabajo acumulado en los proyectos, debemos poder reordenar nuestro enfoque y mejorar las consignas, la articulación lectura/proyecto, ponerle coto al tipo de narrativas que aceptaremos como válidas, dar muchos mas ejemplos, y revelarle a los alumnos experiencias cercanas culturales y lingüísticamente. Decididamente antes de dar el visto bueno a cualquier proyecto hay que pedir una mini-investigacioin de antecedentes o lineas de convergencia.
Pero el principal cambio que debemos introducir es la definición de un destinatario de los proyectos que no puede ser imaginario sino real, que no puede ser genérico sino especifico, que no puede estar determinado por nuestra simpatías y especulaciones sino que tiene que responder a una demanda (aunque sea potencial) pero realista, visible y satisfactible.
En la jornadas de discusion de la cátedra en Agosto avanzaremos en estas cuestiones, recuperaremos los mejores trabajos (al menos 6 hasta ahora y es de esperar que haya otros tantos, sino mas, en las 4 comisiones pendientes), trataremos de reconstruir las metodologías e itinerarios que llevaron a una buena factura en estos casos, y sobretodo continuaremos insistiendo en profundizar en las líneas de trabajo iniciadas con El proyecto Facebook y que están viendo decantar en la metodología de los labs, que es el horizonte de reflexión y de acción desde el cual estamos reinventando permanentemente el trabajo de la cátedra
Gracias a todos por su colaboración pasada, presente y futura.
http://www.pensarlopensado.com/2012/07/el-caos-el-orden-y-la-escuela.html
Saludos.
Jaime
Les hago llegar un artículo sobre el aula, curriculum y didáctica vesto desde el pensamiento complejo.
Saludos
Jaime
Profesor, hasta hace unos días formé parte de la comisión 11. Mi grupo obtuvo 7 como calificación. En particular no me pareció un anota desdeñable, pero no por eso dejé de expresar críticas hacia el manejo de la materia, que dificultaron la cursada. Me alegra, en principio, que se propongan revisar nuevamente el modo de enseñanza.
Sólo puedo tomar como insulto una afirmación tan descarada como la suya: «Para alumnos mayoritariamente acostumbrados al copy y paste de ideas ajenas (y en un número reducido al remix potenciador), bajarse del pedestal de la alta teoría y del comercio gratuito con las abstracciones…»
Este es sólo uno de los tantos talleres que hay en la materia y en cada uno debemos trabajar, y mucho, poniendo a prueba nuestro ingenio. Por otro lado, en las materias en las que abunda la teoría, sólo los estudiantes carentes de cierta inteligencia repiten discursos ajenos en lugar de analizarlos y trabajar con los mismos según su entendimiento. En fin, no puedo más que ver ciertos comentarios como insultos.
Realmente esta materia me pareció novedosa y desde un comienzo supe que iba costarme, por mi gran ignorancia respecto a muchas herramientas utilizadas, entre otras cosas. Y debo decir que si bien en un principio me parecía vertiginoso el avance, traté de seguir el ritmo, no sin dificultad, clararamente. Trabajamos mucho en nuestro proyecto y hubo muchos avances (nuestro proyecto: una historia colectiva que comenzaba en una página web, y culminaba en el teatro, sin olvidar la participación de facebook): en un comienzo propusimos que el usuario escribiera el principio de una historia, luego comprendimos que no estábamos adaptándonos a los requerimientos necesarios para hacer una creación atractiva al prosumidor. Y le hicimos diversos cambios, hasta llegar al prototipo que usted vio el martes pasado.
Mis críticas no se centraron en la nota sino en el proyecto en sí, y al desarrollo de la cursada. Respecto al primero, considero que excede lo que pueda llegar a hacerse en un cuatrimestre: hacer un prototipo como este y luego experimentar lo suficiente para saber si es o no viable (incluyendo en esto la investigación sobre el público, y demás), lleva más tiempo del que tuvimos.
Otra crítica fue respecto a los parciales: particularmente no obtuve devolución alguna del mío. Cuando pasado un tiempo considerable de la fecha de entrega del mismo, pedí en el grupo de facebook que se nos diera una devolución, el ayudante contestó que en reiteradas ocasiones se había hablado de los mismos. Mi pedido tuvo gran apoyo por parte de mis compañeros, supongo que esto demostró que no había habido una satisfactoria devolución. A mi demanda se respondió con una planilla de calificaciones que poco me satisfizo. Pedí una devolución personalizada de mi parcial y obtuve una planilla con calificaciones en la que igualmente no vi la nota del mismo (calificado con A;B;C). Un compañero me dijo que había otra planilla en la que sí figuraban. No la encontré. Todo parcial debe tener una devolución personalizada y de hecho hasta el momento siempre la obtuve. ¿Cómo podría saber en qué estuve bien y en qué equivocada sin una devolución?
El taller virtual me pareció muy bueno, y me fue difícil porque, como dije, mi ignorancia respecto a muchos aspectos de la tecnología electrónica, me dificultaron el asunto. Pero pasó algo parecido: devuelta me hubiera gustado saber qué les faltaba a los trabajos. Por otro lado, en los talleres está la posibilidad de rehacer un tp que no cumple con las expectativas, no sucedió esto tampoco.
Una crítica expresada por otro compañero, pero a la que definitivamente me sumé, fue al hecho de que las clases eran desarrolladas por ayudantes, en su mayoría, y con escasa presencia del docente. Sabemos que el ayudante que estaba a la cabeza de la comisión, está especializado en los temas desarrollados, pero consideramos que le faltó capacidad pedagógica; en muchas ocasiones sus explicaciones, contestaciones, modos, etc., nos resultaban inapropiados, chocantes. Una mayor presencia del docente, creemos que habría facilitado la comunicación, además de hacer a un mejor desarrollo de la cursada.
Dicho lo anterior, me despido dándole un consejo que espero tenga en cuenta en las futuras jornadas de coloquios: además de prestar atención a lo que los estudiantes dicen en sus exámenes, debe demostrar que lo hace. En definitiva mi consejo es que no use su celular mientras tiene un grupo de estudiantes exponiendo, independientemente de que su discurso sea o no atractivo. Cuestión de respeto.
Ana.
Estimados, como alumna de la carrera de Ciencias de la Comunicación considero que se han plasmado comentarios completamente desafortunados en este posteo. No sólo se le ha faltado el respeto al alumnado sino también al cuerpo docente de las demás materias al exponer que los profesores de toda la carrera aprueban trabajos prácticos, parciales y proyectos en los que sólo se copian y pegan ideas ajenas. Las críticas planteadas por un alto porcentaje de los alumnos, no sólo de este cuatrimestre sino de años anteriores, no tienen que ver con las notas obtenidas sino con la organización de la asignatura y el trato hacia los estudiantes. Lo mencionado anteriormente fue hablado en las clases prácticas pero no fue tenido en cuenta. Sería sumamente enaltecedor para la cátedra poder escuchar el discurso completo y valorar la postura sincera. Sabemos que hay muchísimos foros en los que los alumnos expresan sus experiencias en las diferentes materias, sin embargo, varias personas decidimos implementar al máximo la modalidad de taller y participar del proyecto lo suficiente como para también cuestionar, frente a los docentes, ciertos aspectos incompatibles en la organización del trabajo. Creo que en la cátedra hay muchísima experiencia y el fin del comentario es expresar que la disconformidad no se genera por las notas obtenidas sino porque realmente todos deseamos que los próximos alumnos puedan disfrutar plenamente Taller de Datos, desarrollando todo su potencial.
Saludos cordiales
Totalmente de acuerdo con el comentario de la alumna Ana, a la cual no conozco ya que cursé en otra comisión, pero puedo dar fé de que su postura coincide con la inmensa mayoría del alumnado de este taller.
No somos tan básicos como para aspirar sólamente a una nota alta (cosa que, por otro lado, no sé por qué vé mal), pero supongo que para ud. es más fácil creer eso que hacerse cargo del mal funcionamiento de su cátedra. Tampoco renegamos de las materias porque elegimos cada día esta carrera. Nunca me pasó de toparme con una materia que NADIE quiera. Algunas nos gustan más otras menos, pero de todas rescatamos algo positivo. Creo que hacer oídos sordos a la opinión de los alumnos no hace más que jugarles en contra.
Realmente creo que la propuesta del proyecto es diferente e interesante, pero saben que no contamos (salvo excepciones de alumnos que estudian por otra vías) con competencias en materia de diseño y programación. Y aunque acusen que eso no lo tienen en cuenta, las formas de evaluación dicen lo contario.
También es una gran verdad que un proyecto de este tipo debería trabajarse con mucho más tiempo para llegar al puerto que ustedes quieren que llegue. No es casual que sean tan pocos los trabajos que llenan sus expectativas, o acaso no se lo preguntan?
Y cómo el copy paste es lo que mejor nos sale, le dejo una idea robada que puede aplicarse, desde mi punto de vista y a modo de sugerencia, a la manera en la que deberían considerar a la masa de alumnos que cursan este taller cada cuatrimestre…
«Pero el principal cambio que debemos introducir es la definición de un destinatario de los proyectos que no puede ser imaginario sino real, que no puede ser genérico sino especifico, que no puede estar determinado por nuestra simpatías y especulaciones sino que tiene que responder a una demanda (aunque sea potencial) pero realista, visible y satisfactible.» (Piscitelli,2012)
No iba a poner mi opinión, ya que la materia fue aprobada, con un muy lindo grupo de trabajo y debo decir que tuve unos profesores de comisión maravillosos.
Debo decir todo lo contrario de la dirección de la cátedra. Porque personalmente, siento que me faltaron el respeto. Y aquí paso a explicar porque.
«La forma de presentación para el coloquio era libre, pero al profesor no le gustó la nuestra en particular.» Como se entiende esto, después hablan gratuitamente de las mujeres, claro.
Los teóricos me parecieron faltos de contenido en ocasiones, lo cual es una lástima porque el tema de las narrativas me parece muy rico, pero la gente que se puso a coordinar eso no tienen ni mucho sentido artistico ni narrativo. La narrativa es arte, el que lo desee transformar en una ecuación sintáctica, puede hacerlo, pero no será una buena narrativa. Para eso existen, narrativas que gustan y otras que son ignoradas u odiadas. Buenas o malas, la cuestión es que gustan o no. Y El jefe de cátedra evalua si le gustaron o no. El trabajo o el proyecto en si, no es evaluado. Es a gusto del catedrático. Si tenemos que ser claros, el objetivo de cada grupo fue comprender una consigna y cumplirla, para entonces si, aprobar la materia. Hacer un proyecto transmedial, con tantas especificaciones me pareció restrictivo y encorsetante. No se podía dejar volar la creatividad porque las condiciones eran muy poco libres, como terminó demostrandose en el coloquio.
Me pareció que el trabajo de nuestro grupo y el de otros también, fue menospreciado completamente. Por una materia que podría dar mucho más si tuviera la gente correcta al frente. Los profesores de comisión me parecieron excelentes y me nutrí mucho de ellos.
Y para terminar, les dejo las razones por las que no me cierran ciertos profesores:
*Que son titulares de cátedras, licenciados, magísteres, doctores, genios… dioses!. Humildad brinda grandeza, arrogancia no.
-Que evalúan un proyecto por una presentación -de una semana de preparación- que no les gustó, y por eso se niegan a examinar el trabajo de un cuatrimestre entero.
-Que son taaaaaan grosos que dan clases en universidades de Masachusetts, Oregon, Harvard, Barcelona, Oxford, etcétera, etcétera; que se codean con los mejores de su disciplina; que dan charlas en todas partes del mundo; que tienen, como docentes, las mejores calificaciones académicas, y se olvidan de lo que es un aula.
-Dan la clase con una mano en el bolsillo (o a veces las dos)
– No miran a los ojos a ningún alumno
– Repiten la palabra «digo» o «quiero decir» acompañada de «ejems» o «m’jms» mientras tiran algún concepto. Ejemplo: «Digo… la polisignificación del sentido a priori invariable, es decir…m’jm… ejem… la retraducción de la semántica en la expresión plurivalente…digo…»
-Creo que cualquier persona que expresa «digo» compulsivamente en su discurso, duda de lo que está afirmando previamente. Es como asegurar una cosa y seguirla de un «Pero», contradice lo antedicho cualquier «pero».
-Todos los profesores creen que su materia es imprescindible, no hay excepciones en eso. Pero en este caso, podría demostrarse mejor que esta materia es importante.
-Los teóricos pueden ser aburridos, tediosos, lo que quieras; pero generalmente tienen sentido. Los teóricos sufridos por nosotros distan mucho de tener sentido o argumento, razón de ser, por decirlo así. El más pobre me pareció el del charla de Skype y el del diseñador de juegos que vino a contarnos su vida.
– Citan recurrentemente a alguien.
-Invitan a sus amigos a que hablen en sus teóricos. (a veces también invitan a minitas/chabones que se quieren levantar)
-Creen que su materia es imprescindible y la mejor de la carrera
– Despotrican contra la carrera en clase
– Desprecian a los alumnos cuando no preguntan ni hacen comentarios en los espacios que ellos dan arbitrariamente
-Subestiman a los alumnos.
-Se contradicen recurrentemente.
-Utilizan sus propios blogs y medios para defenderse y autoalabarse a si mismos
-Se jactan de que todo el mundo esta errado menos su persona
-No cruzan una palabra o una mirada sanamente y de igual a igual con un alumno, aunque sea para decirle buen dia
-Escriben como eruditos y se comportan como cerdos.
Muchas gracias por todo, muchos besos.
A.
Veo como se maneja esta cátedra, acallando las voces que están en desacuerdo. Censurando las opiniones divergentes, es un atropello. Mejor ni me preocupo más, ya que este comentario también será borrado como el anterior, porque no soporta opiniones contrarias ni se siente a nuestro nivel como para sentarse a debatir. Muchas gracias.
A ALUMNO MUERTO, ALUMNO PUESTO
Estuve leyendo el artículo “A proyecto muerto, proyecto puesto” el cual me pareció sumamente interesante el artículo que acabo de leer por lo que le sumo un “comentario”.
Me rectifico: el artículo me pareció sumamente interesante pero para el análisis.
El mismo comienza con una apreciación personal a modo de crítica del momento “más dramático de la cursada”: la asignación de una nota. Seguro estoy que es una de las situaciones más condenadas tanto por docentes como por estudiantes. Lo sé por experiencia propia, soy docente y estudiante y lo sé por trabajos en educación que realicé en donde trabajé la temática del momento de la evaluación. Todos la condenan, pero atribuyen su obligatoriedad a una serie de exigencias que tiene la academia tradicional, estructuras muy rigurosas, burocratizadas, destinadas a la supuesta acreditación de un saber que no siempre se condice, si tal nivel de abstracción fuese posible, con la llamada “calificación”.
Hasta aquí, nada nuevo. Como dije, dicha instancia es reconocida y despreciada tanto por docentes como por estudiantes, aunque en el artículo referencia hay un OLVIDO particular: no se nombra que a pesar de que dicho momento es despreciado por todos los actores en juego, hay un actor (el alumno) que está posicionado en una situación jerárquicamente inferior con respecto al otro actor (el docente). Ya no es necesario nombrar a Foucault ni a toda la serie de pensadores que le siguieron para afirmar que el examen lleva consigo todo un mecanismo que une cierta forma de ejercicio de poder con cierto tipo de formación de saber al objetivar al sujeto que es “evaluado”. Este mecanismo de objetivación coloca a los individuos en un campo de vigilancia que los sitúa igualmente en documentos que los captan y los inmovilizan. Los homogeniza.
Entonces podemos criticar a los estudiantes que estudian “en busca” de una nota o podemos criticar a “los pícaros” que, es verdad, no se desea ni respeta, pero mientras criticamos no podemos OLVIDAR que como docentes formamos parte de esa amalgama que habilita las condiciones para ello. Si la acreditación de un saber se hace a partir de una nota y los docentes ejercen el poder de establecer qué nota “merece” cada estudiante, no podemos criticar a los estudiantes que, en su “oficio” (como le llaman algunos) buscan la manera de alcanzar dicha nota por cualquier medio. Si vamos a ser críticos de dicho “oficio de estudiante” instalado para “alcanzar” una nota, cambiemos la instancia de evaluación o, mejor dicho, borrémosla. Si vamos a mantenerla, entonces aceptemos que dicho “oficio” va a seguir existiendo y asumamos nuestro carácter de AGENTE DE CONTROL.
No me olvido de una frase de Pedro Krotsch cuando dijo en un curso de 2007, casi literalmente, “si vamos a enseñar algo en particular, tenemos que ayudar a generar las condiciones para que ello ocurra. Si les vamos a enseñar a los estudiantes a que nos pisen la cabeza, ofrezcámosles una tarima”. Brillante, ¿no es así?
El artículo continúa con una breve genealogía de lo que fue la propuesta de la cátedra y sobre las problemáticas (continente/contenido) que trae aparejada una propuesta de dicha envergadura según la mirada particular de quien escribió el artículo, para finalizar con una serie de mecanismos de defensa en los cuales el autor del artículo consigue vencer, ignorar y/o evitar angustias, frustraciones o amenazas de varios (muchos!) estudiantes que hicieron críticas hacia aquello que tanto esmero le puso (su proyecto-cátedra).
No voy a criticar la propuesta de la cátedra, pero sí voy a centrar la atención hacia los comentarios despreciativos hacia los estudiantes y hacia las otras cátedras de la facultad.
Llama la atención tantos comentarios negativos por parte de estudiantes hacia una cátedra particular: comentarios en blogs, en los pasillos de la facultad, grupos en facebook, menciones al respecto con otros docentes, al mismo titular de cátedra, y la lista sigue. Y digo que llama la atención por algo que nombré anteriormente; hay una relación jerárquica entre el docente y el estudiante, un ejercicio de poder por parte del primero por sobre el segundo lo que lleva a la inevitable situación de que el alumno evite la confrontación aún a disgusto suyo a menos que se encuentre en una situación groseramente auto-concebida como “injusta”. Cuando no es uno, sino que hay un gran porcentaje de estudiantes haciendo las mismas críticas, nos encontramos en una situación en la que vale la pena detenerse.
Y sin embargo, frente a tan llamativo despliegue de críticas, la respuesta “oficial” es la del típico mecanismo de defensa: el desplazamiento, la disociación, la proyección y, por sobre todo, la negación. Hay ejemplos de todos ellos en el artículo.
En este sentido, el proyecto-programa de la materia es CATEGÓRICO. Frente a la pregunta ¿QUÉ FALLÓ?, las respuestas propuestas fueron:
* Los ALUMNOS están “mayoritariamente acostumbrados al copy-paste” y a la “alta teoría” con lo cual una propuesta que los motivase a volcar conocimientos en “proyectos concretos” (con todas las complejidades y discusiones que implica la categoría de “concreto”) los desbordó.
* Los ALUMNOS cayeron “reiteradamente en propuestas livianas, postulaciones de acciones hipotéticas a realizar, y el desconocimiento generalizado de la ecología de actores y de construcciones que preside cualquier realización, para desanclarla del ámbito de la utopia y convertirla en un proyecto realizable, evaluable y sobre todos disfrutable y útil (validable) para los demás”.
* En la institución “Facultad de Ciencias Sociales de la UBA”, los ALUMNOS están “acostumbrados a llegar a los finales con 9’s y 8’s a granel a diferencia de las Facultades de Ciencias Exactas, en Ingeniería, en Medicina sacarse un 4 es un honor y las notas altas están circunscriptas a unos pocos”.
Ergo, el problema de todas las críticas son los alumnos. ¿Se entiende ahora lo que decía con MECANISMO DE DEFENSA? Pero incluso creo que en este caso el autor del artículo va más lejos: el autor recibe un montón de críticas y entonces éste estructura toda una fantasía ideológica que acolchona en un Gran Otro: el ALUMNO.
Frente a las críticas recibidas la frase que sigue por parte del criticado es “me estás diciendo esto, pero ¿qué quieres con ello, qué es lo que pretendés?” (el famoso “Che voui?”). En el caso de este artículo, el ALUMNO es justamente la personificación de ese Che vuoi?, ¿qué es lo que pretende el alumno con dicha crítica? En este sentido, para responder a esa pregunta se construye una fantasía que “estructure un deseo”, el deseo del autor del artículo, EL DESEO DE SU PROYECTO-PROGRAMA DE CÁTEDRA: los estudiantes que critican son aquellos ó que DESAPROBARON ó que “se sacaron” una NOTA MÁS BAJA del promedio de la facultad ó que están acostumbrados a la TEORÍA y no a la propuesta de la cátedra; porque, siguiendo este deseo, el proyecto-programa no puede estar mal (ese es el deseo). Para el autor del artículo, los únicos estudiantes que “entendieron” la materia son aquellos que no critican; pero ¡claro! el que “decide” quién “entiende” o no la materia es el titular de dicha materia (basta leer lo que escribí en los primeros párrafos sobre quién ejerce el poder en una situación de examen).
Acá tenemos un claro ejemplo de una suposición / argumentación /mecanismo de defensa omniexplicativa: si criticás el proyecto es porque… (y llenamos lo que sigue con las argumentaciones esbozadas) y si no lo criticás es que o aceptás que hiciste una mala cursada o entendiste la materia. En esta FANTASÍA IDEOLÓGICA, el proyecto-programa de la cátedra no tiene fisuras o, al menos, no tiene las fisuras que dicen los alumnos que tiene. Las únicas críticas aceptables son las que se realizan… al interior del la misma cátedra; y el hecho de que los alumnos que realizan las críticas no tienen ninguno un 10 (y entonces o están desaprobados o “se sacaron” una nota más baja de la “esperada”) le da coherencia y unidad al discurso del autor del artículo, a su fantasía.
Para finalizar le dejo una serie de puntos, suerte de máximas, que Freire (usted mismo lo citó) postuló en “Pedagogía de la autonomía”:
Enseñar exige rigor metódico
Enseñar exige investigación
Enseñar exige respecto a los saberes de los educandos
Enseñar exige crítica
Enseñar exige estética y ética
Enseñar exige la corporificación de las palabras por el ejemplo
Enseñar exige riesgo
Enseñar exige reflexión crítica sobre la práctica
Enseñar exige humildad
Enseñar exige saber escuchar
Creo que quedó bastante claro mi punto con lo cual creo que no es necesario que lo desarrolle con rigurosidad académica a menos que, en consonancia con su fantasía, persista en una desestimación de este “comentario” y de todos los precedentes.
La soberbia es un sentimiento típico del ser humano, que no suele esconder tras de sí grandes valores. Muchas de las personas que la ejercen, detrás de esa arrogancia encarnan sentimientos débiles y, justamente, por eso recurren a ella. De todos modos, la mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano. El reflejo más grande de la ignorancia, es la soberbia de la sabiduría. La soberbia niega y contradice lo que la humildad afirma y aconseja. Mientras la soberbia estimula la arrogancia, la vanidad, la egolatría y la presunción de querer ser lo que no se es; la humildad, es la virtud que da el conocimiento de sí mismos, de las limitaciones, las debilidades y las capacidades para tratar con prudencia y obrar con respetuosidad a todo ser viviente.
Este hombre que dicese docente refiere que «En las Facultades de Ciencias Exactas, en Ingeniería, en Medicina sacarse un 4 es un honor… » Entonces explique porque usted utilizaba el 4 con los proyectos que menos le gustaban y hablaba o se referia a ellos de manera peyorativa… debe ser que en Exactas y en todas esas facultades que usted nombra los docentes abalan ese honor con devoluciones mas interesantes que las caras de asco con las que miraba los proyectos de los alumnos a los que si luego les puso 4 con toda la intension de quien deshonrra. Haga el favor de callarse Señor de las Narrativas transmediaticas digitales interactivas, etc, etc…Hagase amigo del silencio. Lo invitamos a que se multiplique por cero, los de sociales y los de exactas.
Me impresiona el narcisismo de Alejandro Piscitelli. Es incapaz de aceptar su falta al mismo tiempo que la marca compulsivamente en los otros. Demasiada soberbia.
La egolatría que destila este post, no logra esconder que se trata tan solo de una gran excusa para un fracaso. Un fracaso que lleva años. Evidentemente para este señor la razón del mismo es que en su afán de creerse el Mesías de la educación, los estudiantes (siguiendo con la metáfora) son los judíos que reniegan de la verdad puesta enfrente de sus ojos. Un genio incomprendido y rodeado por mediocridad tanto en sus colegas docentes, como en aquellos a quien busca iluminar con una marea de conceptos que no son más que dos palabras pegadas con el único fin de generar impacto.
A las críticas ya mencionadas aquí arriba por los compañeros no sé si haga falta agregar más. Pero sí me resulta absolutamente pertinente remarcar aquí y en todos los ámbitos donde pueda, cada vez más animado a dedicar parte de mi tiempo a esto, el inconcebible amateurismo que se tiene que sufrir en nuestra casa de Estudios, sumado a la arrogancia de un grupo de personas que, por un fetichismo casi onanista de sus propias mentes, atribuyen todos los baches de su cruzada «innovadora» al (y lo digo con una mezcla de lástima y asco) hecho de no ser comprendidos. Tal es así que todo este pequeño artículo puede resumirse en «no nos comprenden porque todavía no están aptos para comprendernos. Vamos a tener que poner más ejemplos».
Por último, estos baches a los que hago mención provienen prima facie de la lógica más simple de decantación. Es simplemente intolerable que un grupo que se sienta a planificar objetivos de cursada, no tenga en cuenta el target estudiantil al cual está aplicando; así como tampoco tenga en cuenta la inverosimilidad en realizar una «revolución educativa» con cuatro horas semanales de charlas, presentaciones en powerpoint, proyecciones de videos de corte empresarial simil a cualquier agencia de marketing, docentes que declaran abiertamente no tener mucho conocimiento tecnológico, ayudantes que en varios casos superaban en cantidad a los alumnos, las capacidades pedagógicas de estos ayudantes sobre algo que creen conocer, la inadecuada preparación de los mismos en el mundo de la web, el pensar que la web es solo el fenómeno 2.0 y desestimar conceptos vigentes y pertinentes como la «deep web» y en su lugar (como dije antes) disparar una catarata de conceptos que no tienen vigencia en ningún lado salvo en su fetichismo onanista académico (¿Cultura RAM?); todo este cóctel mezclado en un estudiantado que, salvo excepciones, no está al tanto del mundo multimedial y en lugar de ser introducido al mismo en forma en la cual logre asimilar, para posteriormente comprender y luego efectivamente utilizar; se le dictan consignas puntuales con herramientas que, al no comprenderlas en su totalidad y ser forzados en su uso (en el mismo modus operandi que el criticado «copy paste»), probablemente nunca llegarán a explotarlas en toda su amplitud.
Dicho de otro modo, es lo mismo que enseñar que 2 x 2 = 4, sin explicar qué es una multiplicación.
No hay que ser un lógico matemático para preveer un fracaso. Sí hay que tener una actitud muy amateur y plagada de soberbia para seguir en el mismo camino. Es una lástima que en la Universidad de Ciencias Sociales, casa de Estudios donde debería primar el cuestionamiento crítico sobre lo establecido, algo tan importante como una cátedra esté en manos de gente que, aparentemente, el único mérito que hizo fue estar en el lugar correcto en el momento correcto.
Qué fácil Sr. Piscitelli es hacer un balance y echarle la culpa a los estudiantes que no están acostumbrados a utilizar el ingenio y que se creen demasiado por lo que apuntan a notas altas.
De mi parte la materia la padecí, y voy a decir que me parece interesante, sólo en principio, la idea respecto a la metodología de la cátedra, pero la forma en que aplicaron el «novedoso proyecto» era insoportable. Las clases teóricas eran una repetición constante, nunca jamás especificaron hablar de cierta bibliografía de las diferentes unidades, y los ejemplos eran repetidos constantemente. En las clases prácticas se explicaba poco y nada acerca de la bibliografía que tanto está consagrando; voy a decir más, pregunté reiteradas veces acerca de relacionar mi proyecto con lo expuesto por los autores propuestos por la cátedra y siempre respondían sobre los conceptos más basicos de los textos «fundamentales» (no se extrañe de que sean Jenkins, Scolari, De Certau o Mc Luhan, fueron los únicos que citaron y se tocaron un poco en profundidad), la última vez que consulté lo mismo para el coloquio, la respuesta de la ayudante de taller fue que los textos no importaban directamente.
Cada vez que consultábamos por cómo iba a ser la presentación del proyecto final dudaban y decían que todavía no se las habían comunicado. Tuvimos las consignas por parte de nuestra comisión para el trabajo final a dos semanas de la penúltima presentación, antes no sabían, por lo que me pregunto ¿Se reunían ustedes con los docentes y ayudantes de cátedra? Recuerdo en una de los teóricos finales, en forma de taller colectivo, que estaba preguntándole una cuestión de mi parcial a una ayudante, que me cortó sin más porque quería escuchar cual era la consigna para la próxima clase por parte de la jefa de taller ¿No discutían las consignas para la otra semana antes con las ayudantes? La verdad que no se puede echarles la culpa a ellas, muchísimas veces se mostraron desorientadas y completamente abandonadas por parte de la profesora titular de la comisión, que rara vez iba a los teóricos.
Tanto eco hace de su metodología de evaluación, casi insultando al resto de los docentes y cátedras planteando que nos regalan las notas, y en el primer parcial (donde agrego hice una crítica a los planteos de Jenkins y Scolari, para que vea que no somos alumnos «copy paste») me desaprobaron, me dijeron que era muy teórico y que faltaban ejemplos. Consulté reiteradas veces a la docente y a las ayudantes a ver cual era específicamente lo que debía modificar del parcial y lo único que repetían era que faltaban ejemplos gráficos, por lo que agarré el parcial y le puse ejemplos, es decir copié y pegué fotos de los ejemplos que ya estaban citados en las referencias, pero esta vez se veían. Con eso bastó para aprobarme y mi nota fue un 7.
De ninguna manera se pudo desarrollar el problema de la narrativa transmediática desde un punto de vista crítico, tan amantes de la tecnología son que se olvidan de los aspectos críticos que ella conlleva, el proyecto está pensado para que venda, para que ingrese a lo comercial, al mercado. Las cr´ticas que recibí varias veces al rpoyecto de nuestro grupo era que lo social, lo político, la teoría, no sirve para lo transmedia, aburre, no es llamativo. Ustedes piensan que las ideas que no entienden «los usuarios» no son buenas ideas, pero Sr. Piscitelli le comento que hubo cosas de la vanguardia que no se entendieron por los usuarios o espectadores cuando se vió, pero que finalmente y con el tiempo se demostraron de gran valor.
Por último voy a decir que me interesó mucho el tema del transmedia y fui a un seminario de Web Doc que se hizo en Bs As hace unas semanas, y le aseguro que ustedes no transmitieron de ninguna manera el concepto de narrativa transmediática.
Y también cuando yo di el final con mi grupo usted ni opinó y estuvo todo el tiempo mirando su celular.
Espero que el plan de estudios nuevo retire su materia del plan académico obligatorio y pase a ser opcional con todas mis ansias.
Saludos.
Profesor Alejandro Piscitelli y equipo docente adjunto:
Me encanta saber que en la cátedra existe un ánimo de cuestionamiento, de revisión donde se acepta que el cuatrimestre pasado algo falló y se busca el por qué. Ese es exactamente el espíritu que me gusta ver en universidades como la UBA donde existe este tipo de lugares.
Le agradezco enormemente de brindarnos un lugar para que, entre todos, podamos construir algo nuevo y bueno.
Ahora bien, más allá de lo agradecida que me encuentro por esta forma, debo decirle que discrepo en más de un punto:
1. Los errores siempre tienen que ver con cuestiones concretas, reales y tangibles. Si algo falló es porque algo sucedió, de modo concreto y tangible. A raíz de esos hechos, debería entonces comenzar a analizarse la situación de docentes y alumnos, sus tradiciones y demás cuestiones igualmente importantes para un análisis que pretenda una objetividad, con el fin de construir una educación cada día mejor.
2. Creo que han faltado algunos hechos en su post y, probablemente, por no conocerlos (es imposible que los conociese, siendo la cantidad de alumnos que somos durante el cuatrimestre). Así que, me he animado a escribir el post para informarle hechos acontecidos durante mi experiencia personal en el cuatrimestre anterior ¿Por qué elijo contar mi experiencia y no hablar del cuatrimestre en general? Porque no puedo hablar de experiencias que no conozco ni viví. Sólo tengo la mía para hacerlo y a partir de ella elaboraré mis juicios, al igual que usted lo ha hecho en este post. Entonces:
2.1. Cuando hicimos la presentación final (en la instancia anterior al final, propiamente dicho) usted aludió a nuestro grupo en particular diciendo que nuestros objetivos no iban en la misma línea que la cátedra pedía. Sin embargo, nuestros objetivos los habíamos presentado a la cátedra, a todo el equipo docente UN MES ANTES. A la Licenciada Massigoge yo le pregunté explícitamente si tenía alguna crítica para hacernos y me dijo, expresamente, que no. Con lo cual, existe un desfasaje entre los criterios con los cuales evaluó Ud. y los de la Lic. Massigoge.
2.2.. El primer día de la modalidad taller en los teóricos, un alumno por comisión tuvo que pasar a hablar en el micrófono a todo el teórico. Me tocó a mí. En ese momento y sin ningún tapujo, sin disimulo ni nada similar, la Lic. Massigoge y otra de las Lic. del grupo de diseño dijeron: «estos pibes, la con… de la lora» (insluto que no me atrevo a reproducir). No quise quejarme. Admito que no quise porque no quería buscarme una mala nota porque sí.
2.3. Durante una de las exposiciones de nuestro trabajo, una de las ayudantes (en ese mismo teórico con modalidad taller donde la Lic. Massigoge cometió el exabrupto) nos dijo que nuestro trabajo estaba muy bien, que le había encantado. Al siguiente día en el práctico nos hicieron las mil críticas para el trabajo. Nuevamente, se evidencia un desfasaje entre los criterios de unos, con los de otros, pero todos conforman la misma cátedra.
2.4. En vista de esa, mi experiencia personal, concluyo que:
2.4.1. La comunicación dentro de la cátedra no es transparente, lo que acaba en que los criterios se diluyan y confundan. Una cuestión difícil que para la cátedra deber ser un desafío es coordinar a tantas personas que la integran, estoy segura de que eso tuvo su cuota de influencia dentro de los fallos.
2.4.2. Las actitudes cuentan. Si la Lic. Massigoge cada vez que se acercaba a nuestro grupo lo hacía con mala predisposición, mala actitud y luego cometía un exabrupto no predispone a nadie a construir nada. La mala actitud, la poca pedagogía, destruye.
3. Existe una cuestión que, el día del final, ud. mismo nos dijo que era algo a reverse: la cuestión de que el material bibliográfico no incluye ningún tomo de diseño básico, aunque luego nos evalúan por el diseño. Sería bueno incluir un «nociones básicas de diseño dentro de la bibliografía».
4. De la mano del punto 3, viene a colación el método de enseñanza de prueba y error. Supongo yo que nos han dado los trabajos «Jerarquizar, Relacionar, etc…» a modo de que aprendamos de diseño y nos nutramos de nuestros propios errores.
Voy a repasar cuestiones que hacen al método en sí para después poder explicar dónde creo que estuvo el fallo: en dicha modalidad, no se le dan todas las herramientas a los alumnos con la intención de que estos cometan, efectivamente, sus errores. En ese momento, interviene de modo fuerte la figura del profesor para señalar los errores y, así, enseñar, de modo eficaz y práctico, al alumno, entiendiendo que sólo en la experiencia práctica, en la praxis, es posible aprehender, además de aprender.
Ahora bien, si en esos trabajos intencionadamente no se nos dió las herramientas necesarias para que, así, podamos equivocarnos, ¿por qué, entonces, los trabajos eran corregidos de modo abstracto, hacia todas las comisiones sin especificar y nunca personalizadamente? El alumno como justamente no tiene esas herramientas está imposibilitado de juzgar a su trabajo por sí mismo, logrando un proceso de aprendizaje altamente defectuoso.
5. En lo personal considero que el grupo de diseño está severamente sobrepasado. Tres personas no alcanzan para todas las comisiones. Habiendo tantos ayudantes, creo yo que bien podría seleccionarse uno de cada comisión y que este opere como representante del grupo de diseño en cada comisión.
6. Si bien agradezco el espacio para la expresión y la construcción, me hubiese gustado leer algo de autocrítica dentro de la cátedra. En más de una ocasión los oídos de nuestra profesora se vieron cerrados para nosotros y, así sentí yo, al resto de la cátedra. Eso, en lo personal, considero una falta grave a la educación que se construye día a día escuchando y aprendiendo de los demás, incluso (y sobretodo) de aquellos con los que no acordamos.
Muchísimas gracias por el espacio y ojalá que esta cursada le sea más placentera, tanto para usted, como para su equipo y los alumnos.
La verdad que asombra el nivel de soberbia para una materia tan intrascendente para la carrera, no me quiero imaginar las cosas que diría si fuera titular de Comunicación I o de Semiótica. La materia la hice hace un par de años, no llegué a padecerla, la aprobé con un 8 y tuve la suerte de tener un buen grupo, con lo que la materia era mas un espacio de diversión que académico. Repito, no la padecí pero tampoco aprendí nada; solo recuerdo presentaciones con diapositivas muy básicas y ponernos a ver los videos mas vistos de Youtube.
Como comentaron varios, también hace unos años Piscitelli se la pasaba en las presentaciones en los teóricos usando la notebook/el celular/ hablando y no prestando atención a los “no alumnos”, por lo que veo sigue teniendo las mismas prácticas. Realmente si está tan disconforme con los alumnos, con los métodos de evaluación, con la UBA, con otros profesores de la facultad, etc. podría renunciar, sacarse un problema de encima y darle lugar a muchos docentes que tomarían ese lugar con mucho mas entusiasmo.
Si en una materia todos los alumnos fallan, quizás el problema no esté en los alumnos sino en los docentes.
Sinceramente no pensé que iban a publicar mi comentario, celebro que tengamos el espacio disponible para expresar opiniones totalmente distintas.