Viviendo en la era de los incunables digitales
La aparición del Kindle en el año 2007 y la de la iPad en el 2010 han cambiado de forma irreversible el futuro de la lectura. Como bien dijo José Antonio Millán en Leyendo Pantallas una nota reciente en El Pais aunque el contenido sea el mismo, el soporte define claramente diversas estrategias de lectura, que se van complejizando y adoptando perfiles cada vez mas diferenciales a medida que nos vamos separando del papel, y a medida que nos vamos sumergiendo en la pantalla.
Estamos viviendo en la era de los incunables digitales. Esta no se inició ni en el 2007 ni en el 2010, empezó una década y media atrás tal como dimos acabada cuenta de ello en el capitulo 4 (anticipatorio) «Portabilidad de documentos e intercambio electrónico de nuestro» libro Post-Televisión. Ecología de los Medios en la era de Internet (Paidós, 1998), y está afectando de tal manera a la ecología de la lectura que ya no hay vuelta atrás.
Segun datos del INE en España en 2011 el número de libros impresos se redujo un 24.4%, mas del 20% de las licencias ISBN que se emiten en España son para contenidos digitales. En 2011 se vendieron 500% mas de dispositivos de lectura electrónica que en el año 2010.
El lector medio de libros digitales lee 24 al año, mientras que el lector en papel lee una media de 15. En España no llega a tres millones el número de personas que leen libros en formato digital (en AL sos bastante menos). En 2010 representaban el 4,3% de todos los lectores. En diciembre de 2011 ya eran el 6,8%, según el estudio Hábitos de lectura y compra de libros en España 2011 que publica la Federación de Gremios de Editores de España.
Son numerosos los factores que incidieron para que la lectura electrónica alcanzara velocidad de escape. Uno de los mas llamativos fueron precisamente los lectores (se han vendido ya mas de 140 millones de iPads, 280 millones de iPhones, 500 millones de Smartphones Android y un número varias veces millonarios de Kindles que Amazon se niega a enumerar). Sin contar que la existencia de programas como el Kindle for Mac y Kindle for Windows (y la opción de usar el Amazon Cloud Reader para los usuarios de Linux o BlackBerry) multiplica por centenares de millones estas posibilidades.