Podemos leer a los mil teóricos de la post- o eco-escuela, empezando con los clásicos de la escuela nueva, la escuela activa, la nueva educación, la educación nueva y otras, todas derivadas de la pedagogía progresista, y nuestras prácticas en la escuela no cambiarán un ápice.
El concepto genérico de «escuela nueva» tuvo múltiples versiones en instituciones educativas concretas, con orientaciones ideológicas muy dispares, desde el «Mouvement de l’École moderne» o Escuela Moderna de Freinet, o la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de los Ríos (de carácter liberal-progresista, identificada intelectualmente con el krausismo), hasta los proyectos de Francisco Ferrer y Guardia (de base libertaria -pedagogía en el anarquismo-), Maria Montessori, Alexander Sutherland Neill, y un largo y diverso etcétera.
Podremos leer a todos esos autores, y si queremos actualizarnos aun mas, podremos merodear alrededor de Paulo Freire, autor de La Pedagogía del oprimido y principal figura de la corriente brasileña de la Educación Popular; a Antón Makarenko, fundador de la pedagogía soviética, o a Iván Illich, autor de La sociedad desescolarizada, y también podemos entreverarnos con Everett Reimer, Paul Goodman y John Holt, y aun así nuestras prácticas pedagógicas no se trasformarán significativamente.
¿Pero si leemos a Jacques Ranciere si lo lograremos?
A través de un golpe de fortuna que fue la traducción mas que tardía (recién en 2004) del interés inicial de Jacques Ranciere por la auto-educación (original de 1987) las tesis de Jacotot se enancaron sobre las propuestas originales de las escuela activas y empezaron a circular en America Latina y España.
Otra vez muchos lo leyeron pero rara vez se lo implementó en forma sistemática y radical (algo imposible justamente porque por la naturaleza misma de las prácticas educativas que propone “el método Jacotot” -que concibe la enseñanza y el aprendizaje sin mediaciones entre los actores, en un método esencialmente de corte emancipatorio, estocástico y singular para cada sujeto-, resulta finalmente imposible institucionalizar este método o vehiculizarlo a través de una política pública. Hay aquí una huella anarquista que incrementa el aprecio por las ideas de este autor (Bazan, 2012)
Otra vez el cruce inesperado entre los primeros avistajes de las tesis edupunk de Jim Groom y Brian Lamb -quien participó con nosotros del maravilloso festival El Paréntesis de Gutenberg en el Centro Cultural San Martin en 2010- le dio nuevos aires a la tesis de Jacotot en nuestro entorno y permitió mostrar algunas posiblidades de bajada a aulas reales ¿en serio?.
Es cierto -como bien nos recuerda Carlos Magro (2015) que El Maestro ignorante no es un libro de pedagogía. Es un libro sobre democracia, igualdad y educación.
Un libro que no cuestiona tanto el rol de la escuela, a pesar de considerar a la Instrucción pública como el “medio de igualar progresivamente la desigualdad” o “desigualar indefinidamente la igualdad”, como la deriva de nuestra sociedad que, haciendo de la igualdad un fin, refuerza la desigualdad.
El Maestro ignorante es un libro sobre la emancipación intelectual. Es un libro que nos alerta sobre nuestra sociedad pedagogizada. Del peligro de vivir bajo una gran maquinaria de la explicación. Es una crítica a un mundo dominado por autoproclamados expertos que ignoran otros saberes, otros conocimientos y otras voces.
Una sociedad dominada por “poderosos” que actúan como pedagogos para explicarnos lo que no sabemos. Un mundo dividido en dos. Los que tienen y los que no tienen. Los expertos y los legos. Los que saben y los que no saben.
Como decíamos -hilando con Carlos- al principio El maestro ignorante de Jacotot/Rancière nos invita a leer la experiencia de Jacotot cruzándolo con la mirada de Jean Piaget (constructivismo) o de Jerome Bruner (Discovery Learning). A confrontarlo con la pedagogía crítica. A buscar puntos de encuentro con quienes empezaron a pensar en las pedagogías mediadas por lo digital como Seymour Papert (construccionismo) y Alan Kay.
Y, sobre todo, es un libro que parece cobrar nueva vida en nuestro actual contexto digital. Un contexto y una cultura que han cuestionado la idea de autoridad, el quién y el cómo se produce y transmite el conocimiento. Qué nos ha hecho preguntarnos sobre el significado y el alcance del saber experto. Un contexto en el que se están constantemente redefiniendo los roles, rediseñando los procesos y los actores de la intermediación. Su lectura nos remite también a las pedagogía líquida. A las pedagogías participativas de Howard Rheingold, a las pedagogías mínimamente invasivas de Sugata Mitra, a las escuelas libres, al homeschooling, al unschooling, al aprendizaje invisible, a la educación expandida, a las pedagogías del procomún.
De vuelta Ranciere/Jacotot nos remite a todas estas alternativas, pero no en términos de posibilidades, sino de práctica efectivas desviadas.
Por suerte con un equipo de la UBA, en un contexto insólito de entrega masiva de computadoras en los colegios públicos secundarios de la Argentina en 2010/2011, en momentos de confusión ideológica y epsitemológica fenomenal, pudimos llevar a cabo una intervención ranceriana en una escuela estatal Argentina.
Aquí tienen algunos de los resultados
Y aquí una evaluación hecha un par de años mas tarde cuando ya empezábamos a bajar algunas de nuestras interacciones a laboratorios de innnovación pedagógica.
El proyecto sarmiento en retrospectiva,
Visto a la distancia Ranciare/Jacotot merecen mas consideraciones y nuevas instanciaciones, ¿a ver quien se anima?, mientras aquí algunas referencias transmedia.
Evelyn Barrientos Dramatización con muñecos
Jhony nuñez Jacotot en Pow Toon
Artutcharanguitos El maestro ignorante [completo]
Referencias
Bazán Campos, Domingo Comprender (y no explicar) «El Maestro Ignorante» de Jacques Rancière Junio 2012
Magro, Carlos El maestro ignorante: el que quiere puede (2015)
Magro, Carlos Presentación sobre el Maestro Ignorante en Slieshare
Piscitelli, Alejandro, Binder, Inees y Gruffat Carolina. Edupunk Aplicado. Aprender para emprender
Ranciere, Jacques, Entrevista con Patrice Vermeren, Laurence Cornu y Andrea Benvenuto en Cuaderno de Pedagogia 11, Rosario, 2003.
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