Crecer en una cultura
El 10 de enero de 2014 moría Elliot Eisner, un brillante meta-pedagogo y ecologista de las buenas escuelas, que trascendió en castellano a partir de un par de publicaciones en la editorial Anagrama en la Colección Educativa dirigida gallardamente por Edith Litwin, quien le tradujera Cognición y Curriculum. (Dewey Lecture de 1980, original 1994) y La escuela que necesitamos. Ensayos personales (original 1998).
Durante varias décadas Elliot Eisner había venido elaborando la idea de que el desarrollo de la percepción supone «la habilidad de tomar decisiones en ausencia de reglas». Reconoció que la percepción «honra a la sorpresa, hace circular la ambigüedad, se enfrenta con la paradoja». La percepción goza dentro de un campo de posibilidades más que de realidades, nos permite suspender el juicio resolutivo y sin embargo sostener la experiencia.
Partiendo de la idea de experiencia de Dewey, transformó esta concepción y la recalificó con el nombre de “experiencia de lentificar la mirada”, es decir, hacer la percepción más lenta y reposada para potenciar así la valoración estética (Juanola Terradellas & Masgrau Juanola, 2014).