0. Zippeando contenidos
Hubo un tiempo en que jugando el juego académico podríamos escribir larguísimas ponencias, incluso en algunos casos leerlas en público, tal como todavía hace algún ilustrado septuagenario. Mucho antes de que llegara el virus, nos habíamos anoticiado de las ventajas de la escritura concisa, los concepto precisos, y la necesidad de comunicar mucho con la menor cantidad de palabras posibles.
Hace eones llegamos a usar un software llamado MORE 3.0 (una versión actualizada pero mucho menos interesante fue inscripta en los procesadores de palabras como el Word en el modo Outline) que permitía jugar con palabras cortas, de una forma cuidadosamente estratificada, facilitando así el armado de mapas conceptuales (textuales), ordenando nuestras ideas y mejorando la forma de comunicarlas.
Eso ocurrió en la prehistoria de la web. A medida que ésta fue creciendo -y a diferencia de lo que ocurre el mundo analógico de papel- los costos de publicación se fueron abaratando- abriendo la posibilidad de publicaciones kilométricas, la emergencia de nuevos formatos Y también de nuevas estrategias comunicacionales, que endiosaron los microrrelatos llevaron la concisión al extremo.
Lo que en un momento fueron apenas un abstract y palabras claves, se convirtió en este nuevo normal comunicacional en #hashtags que permiten meta-comunicar y ayudar a navegar la información de un modo totalmente ortogonal al convencional.
En el caso de nuestra cursada de Westworld durante el verano, hicimos todo lo posible por condensar en teóricos cortos -de apenas unos minutos mas largos que una charla TED- no sólo conceptos organizadores. Sino también cruces, hibridaciones, conexiones inesperadas, antidisciplinas Y más que nada el desarrollo de una sensibilidad orientada a entender que está pasando.
No olvidemos que nuestra cursada se inició el 28 de enero, apenas cinco días después del cierre de la ciudad de Wuhan y que finalizó el 12 de marzo, siete días antes de la cuarentena decretada en nuestro país que aun continúa.
Si nuestra intención como colectivo @datosuba fue siempre convertir a las clases en un laboratorio de innovación pedagógica destinado auscultar el pulso el mundo (aunque no siempre lo llamamos así), quiso la providencia que en este caso nos tocara vivir una experiencia inédita.
No sólo el laboratorio pedagógico quedo encapsulado dentro de la experiencia del laboratorio existencial en donde nos arrojó el virus, sino que tuvimos además el privilegio de haber sido parte de la última cursada presencial en el mundo pre-Covid19.
Cuando ya faltaban apenas dos semanas para el cierre del cuatrimestre con la adjunta de la cátedra creímos llegado el momento de volver a cambiar el rumbo de los teóricos, astillando el modo TED, urdiendo una lectura todavía más molecular de los conceptos y ejes de la cursada. Así aprovechamos nuestros dos últimos teóricos para tejer de adentro hacia afuera y recorrer nuevamente todo lo hecho a partir esta vez de 10 conceptos claves que encapsulan todo lo dicho durante el bimestre de verano.
La mayoría de estos temas fueron, o bien hilo conductor de algún teórico, o parte integrante de sus respectivos desarrollos. Por ello para no repetirnos los retomaremos ahora pero dados vuelta. En vez de de ser la infraestructura sobre la cual se construyó la cursada, que fue desautorizada como hipótesis de trabajo, por la pandemia que volvió a esa historia virtual en real (como rara vez pasó previamente), tocaremos los temas como si hubiésemos hecho la cursada en épocas de Coronanavirus (como nuestro nuevo normal y no en su ausencia), que fue como vivimos en Wuhan desde el 23 de enero y aquí desde el 19 de Marzo -en cuarentena..
Aqui van los míos (Estela desarrollará los suyos en una publicación ad hoc).
1. Pulso del Mundo
Hace varios años venimos trabajando esta noción mediante la cual tratamos de recorrer las ramas salientes del presente Y al mismo tiempo buscar sus raíces en un pasado siempre reinterpretable. Sobretodo abriendo camino un futuros lo más abiertos y generativos posibles.
No podemos desconocer que los últimos 40 años se han caracterizado al menos por algunos rasgos:
- un crecimiento exponencial de la economía validado sobretodo por el incremento de los intercambio comerciales a nivel mundial (US $ 5.8 billones en 2018
- la aceleración creciente en la adopción de tecnologías de la comunicación e información convergiendo en el gran acelerador experiencias que es Internet;
- no menos importante ha resultado la desconexión creciente de la economía real avasallada por un capitalismo financiero voraz y depredador,
- por último y de la mano de una combinación de estos factores asistimos a la situación contradictoria de un mundo capaz de producir bienes en una escala jamás vista y al mismo tiempo en condiciones de cavar pozos cada vez más anchos e irreversibles entre los pobres y los ricos.
Sin contar con la cambio climático que es la piedra de toque de todos estos problemas. Lamentablemente esta problemática figura(ba) marginalmente en la agenda política mundial. Por más que inesperadamente fue un tema clave tratado en la última ronda de Davos en enero de este año.
Justamente porque lo que nos obsesiona es el pulso del mundo apenas comenzada la cursada empezamos a focalizarnos en la cuarentena de Wuhan pero en ese entonces tampoco nosotros creíamos seguiríamos pari passu el guión escrito por los chinos. Por el contrario suponíamos que un escenario a lo Westworld era pura ciencia-ficción, y qué la amenaza de un virus tampoco saldría de ese registro como los exolorados en películas como Contagio o Epidemia.
La historia se divide siempre en dos ¿Antes y después de Cristo? ¿Antes y después de Google? ¿Antes y después del COVID-19. Podíamos imaginari también una versión menor de esta división sin resto en términos de ¿antes y después de Westworld? ¿Es decir antes o después de que los androides sirvieran para satisfacer a sus amos, o a partir del momento en que los esclavos se convirtieron en nuestros amos?
Una buena pregunta Pulso del Mundo es saber ¿qué cambió durante la cursada en término de estos binarios generativos? ¿Nada más y nada menos que un futuro imaginario vs una distopía en tiempo real? Pequeño diferencia que hace todas las diferencias.
2. Valle Misterioso
Cuando introdujimos la noción de valle misterioso no quedó demasiado claro
porque lo hacíamos. Si bien últimamente hubo varias exposiciones que exploraron en forma explícita el concepto en particular Persona. Strangely Human a la que asistimos en El quai Branly a fines de 2016.
Es probable que la idea volver a los Androides indistinguibles de los humanos bajo la forma de lo ominoso no llamó mayormente la atención durante la cursada. A medida que las figuras antropomórficas se acercan a la apariencia de un ser humano real, nuestra respuesta se vuelve más empática, hasta llegar a un punto a partir del cual se convierte en un fuerte rechazo.
Si la figura se hace aún más parecida, hasta hacerse casi indistinguible de un ser humano verdadero, la respuesta vuelve a ser positiva. La sensación que nos produce ver un robot o una animación demasiado humana, pero no lo suficiente, tiene un nombre y una explicación. Fue denominado «el valle inquietante» (uncanny valley) o «inexplicable» por el profesor Masahiro Mori en 1970)
Después de todo ¿porque deberían schokearnos más los zombies que los robots más mecaniformes? ¿Además es muy diferente enfrentarnos a un Frankenstein diseñado al estilo del siglo XIX que a un Terminator T-1000?
Puede ser que nuestra historia evolutiva nos haya afinado para detectar las más mínimas distorsiones, como un detector de enfermedades o de problemas físicos o mentales. De este modo, la «inquietud» del valle inquietante podría no ser más que nuestra respuesta de defensa natural a la enfermedad y a la muerte, diseñada para permitir la perpetuación de la especie.
En el otro extremo es factible que lo que genera la sensación de inquietud no sea más que una forma de disonancia cognitiva: cuando diseñamos ciertas características semejantes a un ser humano en un robot elevamos las expectativas del cerebro con respecto a ciertos comportamientos, como los movimientos y expresiones faciales. Cuando estas expectativas no son satisfechas por completo, se genera la disonancia en el cerebro.
Como quiera que sea y si nos alejamos del campo de la robótica, la posibilidad de comprender mejor el valle inquietante y sus profundidades puede ayudarnos a entender otros aspectos de la mente humana, como el funcionamiento de la empatía -algo muy vinculado a la teoría de las “otras mentes” y de la narrativa como un puente para saltar las diferencias que ocurren en cada cerebro aislado.
Curioso que el virus en curso, que no se parece en nada a nosotros, haya adoptado un no-rostro anti-humano y haya cambiado el sentido de la vida cotidiana en pocas semanas. ¿Ocupa algún lugar en el valle misterioso?
3. Cerebro triúnico
En 1990, Paul MacLean (1913-2007) planteó una estructura cerebral dividida en tres sistemas cerebrales (comúnmente conocidos como los tres cerebros) interconectados entre ellos, definió cada estructura y creó la conocida teoría del cerebro triúnico o cerebro triuno.
Dichos sistemas se dividen de la siguiente manera:
• Cerebro reptiliano
• Cerebro límbico o emocional
• Cerebro racional o neocórtex
El cerebro reptiliano es considerado la estructura ancestral que regula nuestras funciones vitales y las conductas más instintivas relacionadas con la supervivencia del individuo (comer, beber, dormir) y de la especie (impulsos y relaciones sexuales). La función del cerebro reptiliano es actuar rápido y de manera instintiva para asegurar nuestra supervivencia. (Sistema 1 de Kahneman)
Según la teoría del cerebro triuno, esta zona apareció con los primeros mamíferos y se fue desarrollando por encima de lo que hemos definido anteriormente como cerebro reptiliano. El cerebro límbico es considerado el centro de las emociones, es decir: nuestro sistema nervioso emocional. Y se encarga de producir y generar emociones en nuestro sistema nerviosa.
Finalmente nos encontramos con la neocorteza o cerebro racional: esta parte de nuestro cerebro se encarga del procesamiento cognitivo y de la toma de decisiones razonadas y lógicas. (sistema 2 de Kahneman).
La cursada estuvo orientada a examinar reiterativamente las tres dimensiones del comportamiento robótics: conciencia, sentimientos y socialidad. La importancia del cerebro triúnico es mostrar la solidaridad ineludible entre cerebro e imaginación, entre ideas y emociones, entre comportamientos y pertenencia a una especie evolutivamente social. ¿Cómo juegan estas tres dimensiones en el diseño de androides? ¿Habrá un cerebro triúnico en su caso? ¿Podremos elegir entre androdides del Tipo 1 (pre-emocionales) como Data y Spock en Star Trek, o podremos dentro de poco crear auténticos robots emocionales (como en Better than us), o siguiendo los lineamientos de Rosalyn Picard en Affective Computing).
4. Autopoiesis
No es fácil definir qué es un ser viviente, y mucho menos aun qué es un ser viviente humano. Porque no se trata simplemente de apilar calificativos sino de poder establecer una definición generativa que en el operar de la descripción enactúe el objeto observado. En este caso uno con complejidad para la aprehensión realmente llamativa.
Para la autopoiesis los sistemas vivos poseen la capacidad de autoproducirse, automantenerse y autorenovarse. Esta capacidad requiere la regulación de su composición y la conservación de sus límites; es decir, el mantenimiento de una forma particular a pesar de la entrada y salida de materiales
Así, Francisco Varela & Humberto Maturana definieron al sistema autopoiético como un sistema que constantemente reproduce nuevos elementos a través de sus propios elementos. Todos los procesos de los sistemas autopoiéticos son producidos por el propio sistema. En este sentido, se puede decir que los sistemas autopoiéticos están cerrados operacionalmente: no hay operaciones que entren al sistema desde el exterior ni viceversa.
La clausura operacional de un sistema no implica que éste esté completamente cerrado. Los sistemas autopoiéticos son sistemas abiertos a la interacción; es decir, todos los sistemas autopoiéticos tienen contacto con su entorno: las células vivas dependen de un intercambio constante de energía y materia necesaria para su existencia.
Cuando la antropóloga de la computación Sherry Turke inicio los primeros estudios longitudinales en este territorio (siguiendo a chicos de primaria/secundaria durante 7 años algo testimoniado en su segundo libro Las Computadoras y el espíritu humano (1984), descubrió que sus aprendices identificaban a la computadora como no-viviente pero consciente y hasta como una entidad tramposa.
Si los chicos tienen esta visión intuitiva de qué es lo vivo y la teoría de la autopoiesis insiste en su carácter material y autorreproductor, ¿es imaginable hablar de automátas auto-reproductores? (algo que hizo con mucha visión Von Neumann a fines de los años 1940).
En principio no cabria esperar una autopoiesis maquinal. Los anfitriones de WestWorld solo serían máquinas eventualmente conscientes pero no vivas. ¿Pero no es posible imaginar algún salto evolutivo que convirtiera a los androides en máquinas autopoiéticas?
5. Paradigma Centauro
Todos los puntos anteriores son relevantes pero este último es la más significativo de todos en esta primera sección de las 10 hashtags que atraviesan Westworld. Y ello porque no se trata de una descripción, sino de una propuesta, no planteamos una hipótesis sino una estrategia a probar, no nos interesa la crítica al dualismo, sino una puesta en acto de la tercera posición, y porque se trata de un ejercicio masivo, que nos afecta a todos y que está cambiando hasta la propia co-evolución humana.
Todos empezó el día en que Gary Kasparov fue derrotado por la supercomputadora Big Blue en 1997 (lo que dio lugar a la tesina de graduación Kasparov vs Deep Blue. La conflictiva relación hombre máquina de nuestro querido Ivan Adaime). En vez de desalentarse por su derrota, imaginó un nuevo tipo de ajedrez (híbrido) en donde de ahora en mas humanos y maquinas jugarían contra otros humanos y máquinas.
Lo que mas lo sorprendió fue que ”La conjunción débil humano + máquina + mejor fue superior a una computadora fuerte sola y, más notablemente, cuando se crea un equipo humano + IA, la parte difícil no es la» IA “, ni siquiera es el «humano». Es el «+» superior a un humano fuerte + máquina + proceso inferior «.
¿Cómo encontrar al mejor «+» para humanos e IA? ¿Cómo se combinan las fortalezas individuales de los humanos y de la IA para superar sus debilidades individuales? La naturaleza humana, para bien o para mal, no cambia mucho de milenios en milenios. Las fortalezas que son únicas y universales para todos los humanos, están encapsuladas en los niños quienes, incluso a una edad temprana, ya son competentes en: intuición, analogía, creatividad, empatía, habilidades sociales.
Si queremos ver las debilidades de los humanos, focalicémonos en la escuela. Aprender es difícil para las inteligencias humanas, y requiere años de entrenamiento obtener competencias básicas como la aritmética, la computación, la memoria, la lógica, o la aritmética. Procesos todos que nuestro teléfono puede hacer mejor y más rápido que el humano más inteligente.
¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la IA, hasta el día de hoy? Las computadoras son, obviamente mejores en procesamiento de datos. Son buenas para agrupar billones de números, escanear miles de millones de puntos de datos. Los números pueden ser la mayor fortaleza de la IA, pero los números también son su mayor debilidad.
Actualmente solo podemos entrenar una IA si contamos con una «función de costo«, es decir, si hay respuestas cuantitativamente mejores o peores. Esta es la razón por la cual las IA han superado a los grandes maestros en ajedrez y Go, donde está claro qué es ganar o perder, pero son incompetentes al conversar, crear inventos, hacer arte, negocios, formular hipótesis científicas, donde no se puede simplemente clasificar todas las respuestas en una sola dimensión yendo de mejor a peor.
Para este tipo de tareas, necesitamos a un ser humano, que pueda tomar distancia frente a una sola respuesta y preguntarse: «¿por qué?» ¿o cómo?» o «¿y sí?» En otras palabras: las IA son las mejores para elegir respuestas. Los humanos son mejores para plantear preguntas.
Equidistantes de la tecnofilia y la tecnofobia la emergencia de este paradigma como antesala a una nueva forma de entender todos los fenómenos incluyendo la creatividad y la generación de hipótesis científicas estuvo presente en todos los planteos que hicimos en la cursada.
Y Westworld fue un excelente test de Rorschach para mostrar las ventajas y limitaciones del paradigma centauro
En un proximo post trabajaremos los 5 hashtags pendientes: 6. Inteligencias Post-Gardner; 7. Objetos encantados; 8. Controlocracia; 9. Gafatoxismo; 10. Fin de la infancia
Referencias
Case, Nicky «How To Become A Centaur»
MacLean, Paul D. (1990) .The triune brain in evolution: Role in paleocerebral functions. Springer Science & Business Media,
Maturana, H. & Varela, F. (1973). De Máquinas y Seres Vivos. Autopoiesis: la Organización de lo Vivo Editorial Universitaria S.A.
Maturana, H. & Varela, F. (1980). Autopoiesis and Cognition: The Realization of the Living. Springer Science & Business Media.
Picard, Rosalyn W. (1997).Affective Computing. The MIT Press.
Von Neumann, John (1966). Arthur W. Burks (ed.). Theory of Self-Reproducing Automata University of Illinois Press.
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