Jueves 14 de Octubre de 2021
Venir a Madrid implica dormir pocas horas, saltar de bar en bar y de evento en evento, tratar de asimilar la mayor cantidad de cosas en el menor tiempo posible. Ya tenemos nuestros circuitos y nuestros guías nativos, muchos ahora exiliados en las afueras de la ciudad (pandemia de por medio), que nos muestran cosas maravillosas de una ciudad semidormida sin parar , atravesada por contradicciones políticas enormes, pero con unas ganas de retomar el timón de España con una fuerza inusitada, después del descalabro catalán.
Como fuimos invitados por la Universidad Camilo José Cela gran parte de nuestras andanzas transcurren en el campus citadino de la universidad, en la Calle de Almagro 3, a la vera del metro Alonso Martinez. Después de un opíparo desayuno en la rotonda del Palace -una experiencia en si misma inolvidable-, nos tomamos un Uber (primera vez en dos años) y nos dirigimos raudos a una nueva sesión #phygital con los 4 tracks en marcha (aquí Manifiesto Digital de reforma universitaria).
Fue una mañana mas que intensa no solo por nuestra doble participación (una ya grabada junto al querido Daniel Cassany) y otra en formato TED presencial con el croma de fondo y una artillería tecnológica al frente notable, sino que además pudimos hablar en detalle con la rectora y factótum del evento Nieves Segovia, que estuvo preparando a lo largo de dos años el evento, pasé por el ritual de las entrevistas grabadas (aquí una especialmente suculenta “Hay que ‘mariekondizar’ el currículum educativo. Sobra el 80 %”) y hasta pude charlar con unos estudiantes que practicaban en uno de los innumerables forum del Congreso de la mano del querido Carlos Magro.
Nuestra charla versó -al igual que las de los últimos 18 meses- (muy acunados en la experiencia de la pandemia y de como transformarla en un incentivo para el pensamiento y la acción, el diseño de futuros y el anti-rreduccionismo, la alfabetización en complejidad y la capacidad de hacer nuevas distinciones menos antropocéntricas y eurocéntricas) comp Apostamos todo al software y asi nos fue.
Aprovechando el maravilloso transporte público madrileño bajé por La Castellana (frente a la Biblioteca Nacional donde pasamos arrobados casi 2 meses en 1974), en un bus que nos dejó en la vereda opuesta del hotel, un rápido cambio de ropa y a caminar Madrid sin parar durante horas.
Gran parte de la tarde la pasamos en la renovada sede de la Casa del Libro que si bien arquitectónicamente ha quedado de puntillas, ha perdido mucho de su sabor y calor, ya que en manos de Espasa Calpe está mas para el marketing que para la lectura profunda y los toolkits que hacen falta para sobrevivir en el mundo BANI.
La mutación no importa mayormente. Es una librería muy grande, tiene una gran sección de comics en el subsuelo, y cada tanto encontramos alguna perla en la sección de Historia o la ciencias y hasta en la de la propia filosofía. Sin mencionar la alegría que nos da tener entre la manos libros de los que sabíamos su existencia pero desconocíamos la consistencia como el monumental Los Europeos: Tres vidas y el nacimiento de la cultura cosmopolita (casi 700 paginas) donde Orlando Figes el historiador de origen británico pinta una hermosa e imponente historia cosmopolita de la cultura europea que unificó al continente en el siglo XIX.
O el bellísimo Infografías de la antigua Roma de John Scheid; Milan Melocco & Nicolas Guillerat, que recrea mediante infografías la civilización romana no tanto en función de un relato cronológico lineal, sino a partir de temas y procesos transversales: la formación de un imperio, la ciudadanía y la relación con los que no forman parte del cuerpo cívico, el gobierno y la administración a lo largo de los siglos, la religión, la economía y, especialmente, la guerra como motor del cambio y el crecimiento de Roma,
Además claro de pispear la última entrega Membrana del gran Jorge Carrión o la mutación gráfica de Sapiens de Yuval Noah Harari.
Con los pies destrozados por la consabida visita a un Museo del Jamón como tentempié y una exploración interminable del increíble Jardín Vertical frente al Caixa Forum que alberga dos atractivas exposiciones, una sobre la imagen humana: Arte Identidades y simbolismo, un viaje a través del tiempo y de las culturas, que no distingue ni épocas ni fronteras para mostrar un tema universal: cómo el ser humano se ha representado y se representa a sí mismo.
Y otra -la mas preciada supuestamente pero alfinal fue al revés Homo Ludens: videojuegos para entender el presente curada por Luca Carrubba y diseñada por el estudio Domestic Data Streamers, que visitaremos mañana al cierre del congreso, que ofrece una nueva perspectiva del concepto de gamer mostrando un mundo videoludificado en el que vida y juego convergen cada día más
Apenas pasamos por el hotel, apenas tuvimos tiempo de encorsetarnos un saco y pantalones en serio y cruzar la calle para asistir a la visita guiada y a la cena de gala en el Museo Borneman Thyssen…. Una cosa es ver los cuadros a ciegas y otra muy mejorada es entregarse a los relatos de una guía de lujo, una pasada rauda por la colección permanente, una visita de cortesía al store Magritte y la visita en si misma al genio Belga.
Habíamos visto un retrospectiva suya en el Pompidou Magritte The treachery of images
en 2016, pero al haber recibido todos los insights provistos por una guía que exudaba contexto y paratexto la figura de Magritte se engrandeció inesperadamente al punto de encontrarle un lugar obligado en el panteón de nuestros polimatas.
La exposición La Máquina Magritte. es la primera retrospectiva de René Magritte (1898-1967) que se celebra en Madrid desde la que le dedicó la Fundación Juan March en 1989. El título destaca el componente repetitivo y combinatorio en la obra del gran pintor surrealista, cuyos temas obsesivos vuelven una y otra vez con innumerables variaciones.
La muestra se divide en las siguientes secciones: (1) Los poderes del mago (2) Imagen y palabra (3) Figura y fondo (4) Cuadro y ventana (5) Rostro y máscara (6) Mimetismo y (7) Megalomanía. Comisariada por Guillermo Solana, director artístico del museo, la muestra reúne más de 90 pinturas.
Después de la degustación cultural vino la gastronómica. Eramos cerca de 100 personas en el pasillo central que llevaba a la exposición. Empezamos con uno mas que bienvenido brindis y la cena fue exquisita estando nosotros en la mesa 4 (muy intelectualosa) rodeados por Joaquin, Carlos Scolari (invitado del invitado) y Alfonso. Solo falto Carlos Magro
Después de tanto estimulo no pudo ser un café en las calles aledañas debiendo cotentarnos con un agua -encima con gas. El día de hoy fue como todos los que estamos pasando (y pasaremos) aquí inmejorable, y nos inyecta un oxígeno del que la mezcla de pandemia y malpractice política de nuestros dirigentes nos habían desviado (pretenden seguirlo haciendo) durante demasiado años de nuestra vida (proque fueron 18 meses pero parecen 18 años), cuando nos quedan tan pocos y cada hora o segundo es único e irrepetible. Continuaremos.
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