Saltar al contenido

Pulso del Mundo Modelo 2022

De la prospectiva tecnológica a la social y vuelta

Una cosa es la prospectiva tecnológica (que puede mas o menos validarse como ocurre cada fin de año o década como en Top 10 tech trends that will shape the coming decade, according to McKinsey) y algo muy diferente son las tendencias sociales, políticas y económicas que, ya sea se mueven por olas mucho mas lentas (décadas sino siglos), o pueden ser interrumpidas de manera brutal por un hecho no tanto inesperado (Cisne negro) como deliberadamente desplazado del centro de atención (crisis económicas, pandemia, guerras) por ausencia de visión de largo plazo de capacidad de lectura de entramados (entanglements).

Pero si bien el oficio de Tiresias ilustrado sigue siendo altamente incierto, no lo es menos que para poder darle algún sentido a una vida crecientemente fragilizada por la volatilización de los grandes (y pequeños) relatos, pero sobretodo por una creciente fragmentación de las creencias compartidas y las referencias a tiempos, espacios y escalas locales, necesitamos (re)crear marcos de referencia novedosos.

Puede tratarse de indicadores temporales, de estadísticas comparativas, de redes multicausales, de visiones binoculares, de lecturas de largo plazo, hacia adelante, pero también hacia atrás. De lo que no cabe duda es que no tan solo para entender (sino sobretodo para poder convivir con el angst existencial) que una mixtura de aceleración tecno-financiera, pero de estancamiento ideo-cultural (Bhaskar) está provocando en las elites mundiales (con derivadas de n orden afectando a las vastas masas poblacionales), lleva a fijar nuestra mirada en el Pulso del Mundo, convertido en un must de la resiliencia epistemológica.

Por ello cerrando este 2022 que ha tenido de todo (para bien y para mal) vamos a hacer un breve inventario de hechos, procesos y tendencias (muy motivados por un ejercicio semanal que hemos realizado a lo largo de mas de 30 instancias en la materia Escenarios del Futuro en la Carrera de Diseño en UDESA, así como en otras intervenciones académico-organizacionales.

Cada año es igual, cada año es distinto

Francis Fukuyama quizo convencernos de que la historia había llegado a su fin en 1991 con la caída del muro, la diáspora de las 15 repúblicas soviéticas y su progresiva incorporación en la OTAN. Si bien la defensa de la dictadura de Bashar al-Asad en Siria con el apoyo de Putin mostraba que algo no encajaba en este final feliz, la anexión de Crimea en 2014 -y las guerras rusas contra Chechenia y Georgia de principios del 2000- lo confirmaban ampliamente. Pero pocos se animaron a invertir la tesis de Fukuyama como si lo haría Putin cuando finalmente invadió Ucrania en Febrero del 2022 en una “operación especial” que mas que nada apuntaba a su Bielorusización (cambiar a al presidente Volodimir Zelenksy por un títere y seguir recuperando parte de los 5 millones de km2 y 132 millones de habitantes adicionales que tenía en 1991).

Por eso 2022 fue otro año que también puso a prueba al mundo. Desde la invasión de Ucrania hasta el Covid-19 en China, desde la inflación hasta el cambio climático, desde las tensiones chino-estadounidenses hasta las elecciones de medio término en USA, planteó preguntas difíciles.

Para algunos la mayor sorpresa, y la más bienvenida, ha sido la resiliencia de los países Occidentales. Cuando Vladimir Putin ordenó la entrada de tropas rusas en Ucrania el 24 de febrero, esperaba que el gobierno de un estado supuestamente corrupto cediera. Después de una humillante retirada de Afganistán en 2021, el decadente y dividido Occidente seguramente no lograría empatar la condena a Rusia con un respaldo efectivo a Ucrania.

De hecho, Volodymyr Zelensky (comediante devenido mártir como el célebre Saint Genet de Jean Paul Sartre) y su pueblo afirmaron que vale la pena morir por la autodeterminación y la libertad. Después de un aumento en el apoyo popular, los gobiernos occidentales apoyaron al nuevo campeón de la democracia. Liderado por la administración Biden, Occidente está proporcionando armas y ayuda en una escala que ni siquiera los halcones habrían imaginado.

Inés Capdevila en su fantástico storytelling con cifras le pone algunos números a estas anticipaciones. Pronto llegarán los sistemas Patriot, un equipo de defensa antiaérea de avanzada que dispara 16 misiles en 9 segundos y para cuyo uso adecuado se necesitan 6 meses de entrenamiento. Forman parte del paquete de U$ 45.000 millones que Zeleneksy en su primer y único viaje al exterior logró del gobierno y del Congreso de USA, mostrando que esta guerra seguirá para rato -para sufrimiento de los ucranianos y escarnio de la elite decisoria mundial que no logra parar la sangría, aunque llena de U$ las arcas de los fabricantes de armas.

La normalización de la guerra muestra lo fácil que nos acostumbramos a todo y lo expuestos que estamos a que lo que está mal hoy pueda empeorar mañana. Como sucedió en USA con la decision de la Corte Suprema republicana de ilegalizar el aborto al dar vuelta la decision Roe vs Wade de 1973.

El modelo argentina de alta inflación trabaja y avanza

5,1% es el nivel al que llegaría la tasa de interés de la Fed en 2023, tan alto como el que alcanzó antes del gran crack financiero de 2008; hoy está en 4,3% luego de haber llegado casi a cero durante la pandemia. Los precios de los alimentos, el petróleo, el gas y otras energías que tanto ayudaron en 2022 alimentar la pobreza, la indigencia y la inestabilidad en el mundo empiezan a estabilizarse. Claro que a niveles muy superiores que los de antes de la guerra (los bienes energéticos un 40% más que en 2021 y los alimentos, un 11%). El rebote de la recesión de la pandemia se desacelera en el mundo y el FMI proyecta un año de poco o nulo crecimiento para las habituales locomotoras de la economía global. Estados Unidos apenas avanzará un 1% y la zona euro, solo 0,5% -dixit Inés.

Gracias a la invasión rusa la inflación -una especialidad argenta- aunque 10 veces mayor, está haciendo tambalear las economías del mundo. Mientras tanto la local (de un 100%) no por normalizada cambia en un ápice el desprecio de las grandes mayorías por los economistas de todos los signos políticos que vienen jugando con fuego desde hace décadas.

China ¿otro gigante con pies de barro?

Aquellos que admiran a los líderes fuertes deben tener cuidado con lo que desean. Xi Jinping ha extendido el dominio del Partido Comunista Chino, instalándose como su jefe permanente y el líder más poderoso desde Mao Zedong. Pero sus pasos para enfriar el mercado inmobiliario, frenar la tecnología de consumo y bloquear el Covid causaron graves daños a la economía. Hoy, a medida que se propaga el virus -hay millones de infectados diarios e incontables muertos-, está claro que su gobierno desperdició meses cuando debería haber estado vacunando a los ancianos, almacenando medicamentos y creando camas de cuidados intensivos (no se a que me hace acordar de nuestros 130.000 muertos and counting).

Incluso el control social integral de China mostró grietas. Aunque los servicios de seguridad chinos aplastaron las protestas generalizadas el mes pasado, éstas se desataron en parte por la vista de multitudes sin mascarillas en Qatar disfrutando de la Copa del Mundo.

Mas a largo plazo la bomba demográfica china está entrando en implosión. China registró en 2021 10.600.000 nacimientos. La tasa de fertilidad de la superpotencia tiembla desde hace años, pero la caída se magnificó con la pandemia y hoy es la mayor amenaza al futuro económico de China.

Las autoridades incluso esperan que en 2022 la cifra sea incluso menor a la del año anterior y que, en 2023, se acerque al temidísimo umbral de los 10.000.00 de nacimientos anuales, el punto por debajo del cual la población china empezará a decrecer a la mitad en 2100.

Mientras, las Naciones Unidas hablan de una disminución de la población china a la mitad de la actual, lo que trastornaría completamente la ilusión china de superar el PBI de USA antes el 2030 y convertirse en una potencia militar-económica hegemónica.

La inestabilidad política mundial se contagia como un meme

Después de tres meses de protestas tras la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, que había sido arrestada por no seguir las reglas al usar su hiyab, las fuerzas de seguridad en Irán comenzaron a disparar a las mujeres manifestantes. Ahora que los mulás han perdido la fe de su pueblo, no tienen otra palanca que la violencia. El ayatollah Alí Khamenei gobierna Irán con rigor religioso, represión policial y opresión social desde 1989. El segundo líder de la revolución islámica, tras el ayatollah Khomeini, ya tiene 83 años mostrando la brecha generacional insalvable entre los centennials y la gerontocracia islámica

Para medir las divisiones de todo tipo que asoman al mundo, comparemos el apoyo casi universal a Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 con la determinación del sur global de permanecer neutral en la lucha por Ucrania. En la votación más reciente de la ONU para reprender a Rusia, 35 países se abstuvieron.

En gran parte del mundo los valores liberales están en guerra. A pesar de la derrota de Jair Bolsonaro en Brasil, la democracia está bajo presión en América Latina. Mientras preside la ruinosa inflación en Turquía, Recep Tayyip Erdogan está procesando a posibles oponentes en las elecciones de 2023. En Israel, Binyamin Netanyahu está tratando de evitar la cárcel por corrupción al formar una coalición con la extrema derecha que odia a los árabes y ataca a los homosexuales. Indonesia adoptó un código penal antiliberal en diciembre que amenaza con prohibir las relaciones sexuales fuera del matrimonio, sofocar la libertad de expresión e imponer la ortodoxia religiosa. La economía de la India rebosa de empresas inspiradas en la tecnología, pero sus políticas son mayoritarias, feas y crueles.

Entre los coletazos de Qatar que vendió a precio vil (U$ 220.000 millones) su marca para posicionarse en un pie de igual con Dubai o Arabia Saudita (sus enemigas acérrimas entre 2017/2021) apreciamos intentos de denuncia (que llegaron al paroxismo con la selección alemana)

<

Populismos ¿go home or comeback?

En todo el mundo, la idea de un gobierno limitado está recibiendo una paliza. Debido al shock energético posterior a la invasión, los gobiernos europeos están invirtiendo dinero en la fijación de precios. También están impulsando la transición de los combustibles fósiles, en sí mismo un objetivo bienvenido, utilizando políticas industriales en lugar de mercados.

El nacionalismo económico es popular. La generosidad durante la pandemia cambió las expectativas del estado. La destrucción creativa, que reasigna capital y mano de obra, puede resultar desagradable para las poblaciones que envejecen y que le dan menos importancia al crecimiento económico y para los votantes más jóvenes que adoptan las políticas de la identidad.

Pero el capitalismo de gran gobierno tiene un historial pobre (la inversa es también lamentablemente cierta). Dada la inflación alta durante décadas, causada en parte por una política fiscal y monetaria mal calculada, especialmente en Estados Unidos, ¿es extraño que los votantes quieran recompensar a los políticos y funcionarios dándoles poder sobre partes de la economía que no están preparados para manejar? Solo si nos olvidamos de que a mayor crecimiento) -estamos hablando de 100 Billones de dólares de presupuesto mundial- también hay enormes desigualdades.

América Latina un continente históricamente estancado

Como bien nos recuerda Ines Capdevila 0,9% por año será la tasa de crecimiento de América Latina para la década que va de 2014 a 2023 si se mantienen las previsiones económicas para la región para el año próximo, apenas un 1,3% de avance, según la CEPAL. Ya no se trata de años o de una década sino de muchas décadas perdidas (en el caso argentino casi 5). Desde el delirio de Pedro Castillo tratando de disolver al parlamento sin el mas mínimo apoyo político; o las bravuconadas de los gobernadores peronistas tratando de torpedear a la Corte Suprema de Justicia; los altos déficits, los países endeudados, Estados con escasa capacidad para atender las demandas sociales y económicas, informalidad laboral, productividad en caída, indigencia extrema, fragmentación política y una débil gobernabilidad convierten a la región en un polvorín.

Para empeorar las cosas la década perdida delos 80 coincidió con países gobernados por dictaduras; siendo el declive económico una de las razones que precipitó la transición democrática. Irónicamente hoy, el mismo crecimiento anémico explica, en parte, el desgaste democrático, en una estruendosa señal de alerta para los políticos de la región que se vuelven cada vez mas sordos, ciegos y en ocasiones mudos.

Ni el propio Lula que aumentó en un 50% al plan Bolsa Familia (llevándolo a 600 reales) está sitiado por una ecónomía que crecerá muy poco en 2023 –apenas 1%, según el FMI-, en parte porque el déficit fiscal pone en guardia al Banco Central, que podría no bajar las tasas, como había prometido. La mitad de los brasileños, que desconfía profundamente de Lula y no lo votó, está movilizada y espera un error del nuevo mandatario para salir a las calles y hacerle la vida imposible. Economía aplastada y gobernabilidad bajo amenaza, los fantasmas que acosarán al mayor socio de la Argentina en 2023 y a nuestro pais también.

Buscándole la quinta pata al gato Messi

Desde la Vicepresidenta twitteando que Messi por fin merecía ser tomado en serio por haberse maradonizado (al patotear candorosamente a Wout Weghorst con el hoy ya mítico meme «¿Qué mira Bobo? Andá pa’ allá»), a quienes teorizan esa relectura histórica crónica (bien revisada por Camila Perochena en Cristina y la Historia. El kirchnerismo y sus batallas por el pasado) como esfuerzos para desviar la atención frente al explícito rechazo que la selección le hizo al poder politico en todos sus frentes, e incluso la calificación de los jugadores como desclasados por parte de un columnista de la TVPública, no pudieron opacar mínimamente la noticia positiva mas importante para los argentinos en un año nefasto (que ya encadena mas de una década del mismo tenor).

Porque el 2020 y el 2021, que fueron pésimos años, todavía ameritaban la excusa de la pandemia. Pero el 2022 liberado durante gran parte del año de tamaño estigma nunca arrancó y términó con cifras escandalosas de pobreza e inflación que pegan fuerte en las encuestas más recientes (con todo lo endeble que son).

Y cuando ya parecía que nos hundíamos en un vacío existencial aún mas profundo, la selección, a partir de su paso en falso con Arabia Saudita y un juego enloquecedor que fue de menor a mayor de todo el equipo, pero especialmente de Messi (lo que quedó retratado en mil y un memes, videos, Tik-Toks, Instagrams, etc) cambió el estado de ánimo colectivo, permitió que 5 millones de personas se movilizaron sin mayores tragedias (que estaban al alcance de la mano) y se generó una alegría y una revisión de miradas y distinciones centradas en un equipo y un entrenador en las antípodas de la improvisación, el vamos viendo, “no creo en planes”, viva la grieta y unas cuantas provocaciones insensatas por el estilo.

Ganar el mundial nos regala un 0.25% extra que -como bien cierra Inés- no parece mucho al lado de la felicidad que los argentinos derrochamos desde el domingo pasado a la tarde. Pero para un país que se enfrenta a semejantes escenarios domésticos e internacionales como los inventariados por este Pulso del Mundo, esa alegría monumental es tan grande como un penal atajado en la final del Mundial.

Mucho mas que una mera hagiografía de hechos

El Pulso del Mundo 2022 redujo el caleidoscópico universal a una decena de temas y cuestiones apenas balizados, una infinidad de temas y relaciones hipercomplejas que requieren de análisis mas multinivélicos y de una literatura que por suerte emergió últimamente con profusión, y abre nuevas ventanas para entender porque estamos cómo estamos, y en qué direcciones -muy distintas a las que conocemos- deberíamos ir para barajar y dar de nuevo.

Así nos hemos sorprendido últimamente con nuevas historias de la humanidad que muestran que complejidad y represión y burocracia no van necesariamente de la mano; por quienes nos muestran con lujo de detalles que la infinidad de gadgets tecnológicas que pueblan los anaqueles físicos de Amazon (con mas de 400 millones de items para la venta) no dicen mucho acerca de una pregunta que nos obsesiona desde siempre ¿estamos en una era de invención y creación tan potente como fue el período 1850-1950 o todo lo contrario? ¿Vivimos en una era de ideas crecientes o de falta creciente de ideas?

Hay una gran contradicción entre el poder demiúrgico de nuestra tecnología y nuestra incapacidad para mejorar las condiciones estructurales de gestión del mundo y de sus macro-problemas al ignorar nuestars pulsiones evolutivas y nuestra pertenencia masiva a instituciones históricamente agotadas.

Después de todo hace ya casi medio siglo que Occidente está viviendo en un gran estancamiento (ni que decir de AL o Argentina) y a pesar de todo el poder de cómputo, simulación y ahora promesas de metaverso, la realidad sigue estando partida en dos -crecientemente.

Por ello queda claro que necesitamos muchas distinciones renovadas, que debemos entender como amalgamar la virtud virtual con la real, que si no entendemos la tensión entre micro/macro (bien examinada por Marcelo Elizondo cuando nos recuerda nada casualmente que dos de cada tres de los incluidos en “The Most Influential People 2022” de la revista Time no actúan en el ámbito político: son empresarios, artistas, intelectuales o impulsores “particulares”) y la progresiva descomposición de un poder estatal fofo e indolente -lo que no quita que haya que reforzarlo estratégicamente como plantea Mariana Mazzucatto.

También tenemos que afinar muchos mas nuestra percepción del carácter evolutivo de las transformaciones sociales (el capitalismo no murió con el COVID sino que se fortaleció), la perdida creciente de filo de los “relatos” que conjugan un voluntarismo feroz con una incapacidad de gestión sorprendente, la emergencia de una humanidad aumentada (y no solo a manos de CRISPR) y las nuevas dinámicas de poder que ya no responden a los grandes entramados burocrático-corporativos -porque cada vez mas son botton-up en vez de top-down como analizaba Moises Naim en El fin del Poder una década atrás- hasta el punto de que los mismos ejércitos se descentralizan y dejan tomar la responsabilidad a las unidades en el campo de batalla (¿porqué no entonces en las dependencias estatales, en las macro- y las microempresas, en las universidades, en las ONG, en las startups y en las instituciones de futuro?

Balance

No comentamos nada aquí de los grandes acontecimientos tecnológicos del año (caída del Cripto; la toma de la Bastilla Twitter por parte del tirano Elon Musk y la evaporación de la mitad de su fortuna; los increíbles resultados generados por los text-to-image-converters (que las últimas semanas se trasladaron al dominio 3D) y el Chat GPT3 que está poniendo en jaque al 90% de las redacciones humanas y muy especialmente los resultados mas recientes de generación de energía poe fusión. A ellos les dedicaremos una próxima entrada.

Viviendo en el Sur, padeciendo arbitrariedades gubernamentales sin fin el 2022, con un sector privado demonizado, ha sido mixto. Sin embargo, hay esperanza. Occidente fue arrogante después del colapso del comunismo soviético. Pagó el precio en Irak, Afganistán y la crisis financiera global de 2007-09. En 2022, después de haber sido sacudido por el populismo en USA y el extraordinario ascenso de China, Occidente fue desafiado y está encontrando nuevos equilibrios que seguramente serán cuestionados -como hace gran parte de la cultura de la cancelación woke.

América Latina mientras tanto insiste en vivir con lo nuestro, busca combatinar ya no solo al capital sino a su versión ultramoderna, la globalización, y confunde monitoreo y coordinación de acciones público/privado con paternalismo e impuestomanía.

Pero nada dura mil años -ni el China homecoming- y hacer periódicamente medidas (pulsos) del mundo es siempre un buen ejercicio -si lo complementamos con miradas de la complejidad y sugerencias de hacia que lugares acudir (sobretodo en términos de lecturas e ideas)- para mejorar nuestra longitud de onda y nuestra capacidad decisional, abriendo siempre nuevas conversaciones para la acción lo mas variadas, profundas e inesperadas posibles.

La revista Wired inauguró su sección Expired/Tired en su debut de enero 1993 (estamos a días del 30mo aniversario), y añadió Expired en 2002. Desde 2006 se usa como meme y en 2007 aterrizaba en Twitter donde se ha convertido en uno de los mejores acrónimos para denotar el Pulso del Mundo.

En ese mismo espíritu lo usaremos por una única vez en este racconto

Expired El Estado te Cuida
Tired Solo el Mercado permite generar riqueza
Wired La selección trasciende la grieta Estado vs Mercado

El gran desafío -como comentaron muchos durante estas semanas -y lo retomaremos en otro post- es llevar el mensaje anti-grieta de la selección de un estado de renovación del ánimo a conversaciones efectivas para el diseño de nuevas interacciones constructivas. Que las necesitamos mucho y yá. Ojalá el balance del Pulso del Mundo 2023 las vea al menos iniciadas.

Referencias

Bhaskar, Michael Human Frontiers. The future of big ideas in an age of small thing. The MIT Press, 2021.
Capdevila, Inés Ocho singulares cifras que anticipan cómo será 2023. La Nación 24/12/2022.
Cowen, Tyler The great stagnation. How America Ate All the Low-hanging Fruit of Modern History, Got Sick, and Will (Eventually) Feel Better. Dutton, 2011.
Elizondo, Marcelo El planeta vive una revolución «micro», ¿y nosotros? Clarin 26/12/2022.
Haskerl, Jonathan & Westlake, Stian Restarting the future. How to fix the intangible economy. ‎ Princeton University Press, 2022.
Heimans, Jeremy & Tims, Henry New power. How Power Works in Our Hyperconnected World–and How to Make It Work for You. Anchor, 2019.
Mazzucatto, Mariana No desaprovechemos esta crisis. Lecciones de la COVID19. Galaxia Gutenberg, 2021.
Oliveto, Guillermo. Humanidad Aumentada. Futuros posibles entre el consumo y la tecnologia. Planeta, 2022.
The Economist What 2022 meant for the world. 20/12/2022.

Publicado en3ra Guerra MundialEconomíaEscenarios UDESAInfo-TecnologíasInnovacion y BarbarieInteligencia ColectivaIrreduccionismoMemeticaPolíticaPolialfabetismosPulso del MundoSoftware SocialTendenciasVida Cotidiana

Sé el primero en comentar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *