Ningún filósofo contemporáneo influye más que un algoritmo (Juan Villoro)
La objetividad es la ilusión de que las observaciones pueden hacerse sin un observador (Heinz von Foerster)
Pasan los años y nos sigue costando definir quién es un polímata. Tanto en las nueve cursadas de Udesa como en los tres años de #ecologíadisruptiva en Posadas, hemos inventariado más de 160 casos, pero siguen siendo pocos los elementos distintivos que nos permiten diferenciarlos del resto de los mortales como nosotros.
En un momento creímos que alcanzaba con estos 5 o 6 rasgos diferenciales: enorme despliegue físico; imaginación vívida; poder de concentración; carácter dionisíaco de sus logros; sobredosis de curiosidad para caracterizarlos, pero no es suficiente.
A veces se nos objeta que deberíamos dejar a los cursante seleccionar quiénes son para ellos polimatas. Lo hemos hecho en poquísimas excepciones y los resultados han sido lamentablemente muy pobres.
Tampoco tenemos demasiado en claro que diferencia a un polimata de un Framer (expertos en formular nuevas preguntas y analizarlas con otro marco de referencia), un Ranger (generalistas que hacen malabarismos con muchos intereses en lugar de centrarse en uno solo) o un Edger (profesionales que viven entre el presente y el futuro y que anhelan transformar sus organizaciones.).
Si queda claro, que a medida que pasa el tiempo vamos encontrando figuras no tan vistosas o evidentes, y así podemos a través de personajes que la historia de sus disciplinas considera segundones, descubrir nuevos rasgos que deberían ayudarnos a identificar a nuevos polimatas.
Pero hoy no queremos perdernos en mayores disquisiciones terminológicas o conceptuales sino que queremos introducir una nueva figura mucho más parecida a lo que estamos cumpliendo cuando intuitivamente definimos como polimatas a personajes tan disímiles como son: Abramovic, Marina; Adriá, Ferrán; Anderson, Laurie; Bateson, Gregory; Bausch, Pina ; Brand, Stewart; Chanel, Coco; Darwin, Charles; Duchamp, Marchel; Forshyte. William; Goodall, Jane; Haraway, Donna; Illich, Iván; Kepes, Gyorg; Mandelbrot, Benoit; McQueen, Alexander; Ogilvy, David; Oppenheimer, Robert; Sacks, Oliver; Sagan, Carl; Solar, Xul; Varela, Francisco; Vian, Boris; Wurman, Richard Saul entre tantos otros.
En este listado de Cazadores de Polimatas, nueva figura que acuñamos hoy, tenemos a unos cuantos compañeros de ruta. Algunos son más convencionales como es el caso de Howard Gardner en Mentes creativas,. Una anatomía de la veracidad (Paidos, 1995), cuando inventarió a siete personajes para ilustrar con nombre y apellido sus tesis encarnadas de las inteligencias múltiples.
También entran en esta categoría biógrafos ilustres algunos históricos y consagrados como …. pero también otros mucho más recientes como es el caso de Paul Johnson con sus obras como Creadores: de Chaucer y Durero […] a Picasso y Disney. (2007). O Intelectuales. Homo Legens (2008), y más cercana aun a nosotros a Walter Isaacson con sus bios sobre Ateve Jobs(2011), o The code breaker. Jennifer Doudna, Gene Editing and the Future of the Human Race (2021).
No es un caso muy común pero por lo menos hay o cuatro autores que se han especializado en inventariar Polimatas como es el caso de Waqas, Ahmed The polymath. Unlocking the power of human versatility (2019) y sobretodo de Burke, Peter The Polymath: A Cultural History from Leonardo da Vinci to Susan Sontag. (2021).
Existen también figuras muy especiales como es el caso de Maria Popova quien llevó adelante durante mucho tiempo un blog como Brainpickins se y que ahora se llama The Marginalian. En un libro monumental como es Figuring, María hace un inventario realmente llamativo de polimatas potenciales empezando con la figura de Johannes Kepler, pasando por un listado interminable entre los cuales se encuentran personajes como Maria Mitchell (primera astrónoma norteamericana); Ralph Waldo Emerson; Herman Melville; Walt Whitman; Rachel Carson y muchos mas, destacando cómo enfrentaron las tensiones entre su vida personal, las expectativas sociales y la búsqueda de trascendencia en su trabajo creativo o científico. El libro es un caleidoscopio de historias interconectadas que reflejan los desafíos de dar sentido a la experiencia humana.
Así las cosas vamos de mal en peor. No solamente porque las categorías que venimos utilizando no alcanzan para identificar a los polimatas, sino también porque corremos el riesgo de toparnos con falsos negativos como nos pasó este año con el ejemplo de Malena Pichot elegido por los cursantes brillantemente ilustrado con videoejemplos, pero para nuestro gusto está totalmente alejada de la figura de los polimatas como es inventariada en estos estudios de caso.
En el medio nuestras innumerables lecturas a veces nos dan pistas laterales totalmente inesperadas que nos ayudan a cazar polimatas. Dos totalmente ortogonales como son Yo no soy un robot de Juan Villoro y una entrevista e indispensable remisión a sus innumerables libros de Rebecca Solnit nos mostraron en acción como trabajan los cazadores de Polímatas -como ellos.
Dejaremos para más adelante la lectura forense del último libro de Villoro que tiene tantas aristas que te dejan borracho. Mientras nos encantó la corta entrevista que le hicieron a Solnit que nos recordó porque nos habían llamado tanto la atención dos libros suyos uno bastante antigua como fue El arte de caminar (2001) y el más que difundido Los hombres me explican cosas (2014).
La Solnit que supimos conocer
1 El arte de caminar
Analizando temas que van desde la evolución anatómica hasta el diseño de las ciudades, pasando por las cintas de correr, los clubes de senderismo y las costumbres sexuales, Solnit sostiene que las diferentes variantes del desplazamiento pedestre —incluido caminar por placer— suponen una acción política, estética y de gran significado social.
Para ello se centra en los caminantes más significativos de la historia y de la narrativa, cuyos actos extremos y cotidianos han dado forma a nuestra cultura: filósofos [aqui conecta con el fascinante Filósofos de Paseo de Ramon del Castillo (2020)], poetas, montañeros… De Wordsworth a Gary Snyder, de Jane Austen a Elizabeth Bennet y Andre Breton, existe una larga asociación histórica entre caminar y filosofar.
La evidencia fósil de la evolución humana señala que la capacidad de moverse en posición vertical, sobre dos patas, es la que distinguió a los humanos de las otras bestias y la que nos permitió dominarlas [imperdible seguir este huella junto a Kermit Pattison Sobre fósiles. La búsqueda del esqueleto mas antiguo y los orígenes de la humanidad (2024)]. Para la autora, hay una clara relación entre el caminar y el pensamiento. Caminar —dice Solnit— es el estado en el que la mente, el cuerpo y el mundo están alineados. Wanderlust reproduce en la cadencia de su prosa, los ritmos de un buen paseo.
2 Los hombres me explican cosas
En esos ensayos mordaces sobre la persistente desigualdad entre mujeres y hombres y la violencia basada en el género, Solnit cita su experiencia personal y otros ejemplos reales de cómo los hombres muestran una autoridad que no se han ganado, mientras que las mujeres han sido educadas para aceptar esa realidad sin cuestionarla.
Rebecca narra la experiencia que vivió durante una cena en la que un desconocido se puso a hablarle acerca de un libro increíble que había leído, ignorando el hecho de que ella misma lo había escrito, a pesar de que se lo hicieron saber al principio de la conversación. Al final resultó que ni siquiera había leído el libro, sino una reseña del New York Times.
El término mansplaining conjuga man («hombre») y explaining («explica»), en alusión al fenómeno: cuando un hombre explica algo a una mujer, lo hace de manera condescendiente, porque, con independencia de cuánto sepa sobre el tema, siempre asume que sabe más que ella. El concepto tiene su mayor expresión en aquellas situaciones en las que el hombre sabe poco y la mujer, por el contrario, es la «experta» en el tema, algo que, para la soberbia del primero, es irrelevante: él tiene algo que explicar y eso es lo único que importa.
3 Las pequeñas revoluciones de Orwell
La entrevista que nos dejóa Solnit como una cazadora de polímatas fue “aún con caídas las cosas pueden ser hermosas” en donde Solnit nos incentiva a cultivar un jardín como un gesto de esperanza y de compromiso con el futuro e invita a encontrar la felicidad en las pequeñas cosas
A contrario de tanto discurso catastrofista y colapsologico Solnit descerraja “Estamos creando un mundo nuevo y creo que puede ser, en aspectos cruciales, uno mejor”. Lo curioso es la fuente de su inspiración, ella que hizo tantos viajes por los males del mundo. En su último libro traducido al castellano, Las rosas de Orwell (2022), se adentró en una realidad sorprendente: dos de las rosas que George Orwell plantó en su jardín aún hoy, 80 años después, siguen floreando de manera profusa.
La obra de Solnit es muy variada pero tiene en común una reflexión permanente sobre la relación política, artística y espiritual de los seres humanos con su entorno, tanto el natural como el urbano. Con una mezcla única de conceptos sobre su obra y ese hecho, ha tratado de mostrar que la expectativa de vida no puede ir por ser feliz todo el tiempo sino en esforzarse por cultivar el pequeño jardín cercano, para disfrutar de las cosas pequeñas.
Solnit relee a Orwell y lo desancla de las visiones distópicas y fatalistas que lo reducen a un filisteo atiprogresista. Lo lee desde un ángulo insospechado y, hasta ahora, poco conocido: el Orwell naturalista, el jardinero, quien alternó una vida de acción y reflexión política intensa con temporadas rurales y diarios sobre cultivos de flores, inventarios botánicos y problemas mundanos que incluían a gallinas, cabras y plagas. Pero como bien dice Ana Fornaro no se trata de una contraposición, no hubo dos Orwell, uno político y otro pastoril. Justamente lo que enseña Solnit es cómo esa necesidad el escritor de vivir cerca de la naturaleza y de pensar botánicamente es inseparable de su producción teórica y literaria
Las flores funcionaron para el Orwell de Solnit como una vía de escape a las lógicas de la productividad y por lo tanto de control: ni un medio ni un fin; sólo una rosa. Por eso Solnit proclama rubicunda “Si la guerra tiene un opuesto, a veces puede serlo el jardín, y la gente ha encontrado un tipo particular de paz en bosques, prados, parques y jardines.”.
Equidistante del Expired y el Tired, Solnit nos propone una forma tercerista de pensar (y de vivir) que son una y la misma cosa. En lugar de esperar a que las tecnologías maduren, o que las cosas cambien de manera radical, deberíamos aprovechar las soluciones disponibles ahora insiste. Está fascinada por el esa idea oriental de reparar una cerámica rota olvidando la apariencia original, sino con pegamento dorado para resaltar las roturas. Si pudiéramos aprender a realzar la belleza de esas nuevas formas que adoptamos luego de nuestras propias roturas y transformarnos en algo diferente, pero igualmente valioso, encontraríamos un camino más amable al enfrentarnos al espejo.
Por eso insiste en que en vez de historias de crisis necesitamos relatos de superación (como su propio libro Las rosas de Orwell y la mayoría de sus obras lo son). Cultivar tu pequeño jardín, conceptualizado de un modo físico, pero también abstracto, es un gesto de esperanza.
Tanto los alarmistas y los denunciadores seríales; como los optimistas y espontaneistas que creen en mundos mejores inerciales, convierten sus creencias en inexorables, la mejor de las excusas excusa para no hacer nada. Solnit no solo lo reclama sino lo hace con su presencia activa y efectiva en la microingeniería de la que forma part: no siempre se trata de dar batallas enormes y visibles, sino perfeccionar las pequeñas resistencias cotidianas.
4 Solnit como cazadora de Polimatas
Lo que más me gusta de Solnit es lo brillante cazadora de polimatas que es. Su posición tercerista es equidistante de la tecnofilia y de la tecnofobia; capaz de reconciliar lo trivial con lo sublime y sobretodo mostrando que para detectar polimatas se debe ser un excelente lector de la realidad, de las experiencias propias y ajenas, de los libros y de las imágenes, del pulso del mundo y de la vída cotidiana.
Y si todas esas son propiedades irrenunciable de los polímatas ¿no debería serlo más aún de los cazadores de polimatas como es nuestro caso? Entre las infinitas citas de Villoro hubo una que nos dejó patitiesos cuando sostuvo que ningún filósofo contemporáneo influye más que un algoritmo.
Probablemente en esa cita aislada, inesperada, sorprendente y molesta haya una pista de qué hace que alguien o algo se convierta en un polimata y es la incompresibilidad, la irreductibilidad de la complejidad, la calidad y multiplicación de las interacciones, esa habilidad de conectar retrospectivamente puntos (al mejor estilo Steve Jobs); la capacidad de unir con sutileza y alegría peras con manzanas, logrando una ensalada de frutas sabrosa e inimitable.
5 Muchas Rebeccas Solnit mas
Desde hace 40 años Sonic ha publicado mas de una veintena de títulos -aparte de los dos canónicos citados- y el último sobre Orwell donde ha logrado hacer una relectura fascinante que invierte la perspectiva tradicional. Aquí algunos que nos ayudan en esa dirección.
5a Un paraiso en el infierno: Las extraordinarias comunidades que surgen en el desastre (2020)
Después de un desastre, sea provocado por el hombre o por la naturaleza, ¿se vuelven las personas más altruistas, ingeniosas y valientes? ¿Qué hace que las nuevas comunidades y los nuevos propósitos que surgen entre las ruinas y las crisis sean tan felices? Y ¿qué revela esta alegría sobre los deseos y posibilidades sociales normalmente insatisfechos? Solnit explora este fenómeno, observando grandes calamidades como el terremoto de 1906 en San Francisco, la explosión de 1917 que destruyó Halifax, el terremoto de la Ciudad de México de 1985, el 11-S en Nueva York y el huracán Katrina en Nueva Orleans. Lo más sorprendente sobre los desastres no es que tanta gente esté a la altura de las circunstancias, sino que lo haga con alegría. Un paraíso en el infierno es una investigación sobre los momentos de altruismo, ingenio y generosidad que surgen en medio del dolor y la catástrofe.
5b Una guía sobre el arte de perderse (2021)
Escrito como una serie de ensayos autobiográficos, Una guía sobre el arte de perderse se basa en momentos y relaciones emblemáticos en la vida de Rebecca Solnit para explorar la incertidumbre, la confianza, la pérdida, la memoria, el deseo y los lugares.
Si bien es profundamente personal, sus propias historias se vinculan con historias más grandes, desde narraciones en cautiverio de los primeros estadounidenses hasta el uso del color azul en la pintura renacentista, sin mencionar los encuentros con tortugas, monjes, punk rockers, montañas, desiertos y la película Vértigo.
5c Recuerdos de mi inexistencia (2021)
John Berger En 1981, una jovencísima Rebecca Solnit se mudaba a su primer apartamento en un barrio marginal de San Francisco. En él pasaría los siguientes veinticinco años, librando feroces batallas para llevar a cabo la difícil tarea de construir su identidad y tomar la palabra en una sociedad que agrede y silencia a las mujeres. Su primer memoir, marca un hito y «nos da la clave para comprender toda su obra» (The New York Times). Estas páginas narran la emocionante historia de iniciación de «una escritora única, cuya esperanzadora voz es, ahora más que nunca, esencial» (The Guardian): «la voz de la resistencia» (The New York Times Magazine).
5d Solnit, Rebecca (Editor), Lutunatabua, Thelma Young (Editoras) Not Too Late: Changing the Climate Story from Despair to Possibility (2023)
Not Too Late es el libro para cualquiera que se sienta abatido, derrotista o inseguro sobre el cambio climático y esté buscando respuestas. Como dejan claro los colaboradores de este volumen, el futuro se decidirá en función de si actuamos en el presente, y debemos actuar para contrarrestar la inercia institucional, los intereses de los combustibles fósiles y la obstinación política. Estos despachos del movimiento climático de todo el mundo cuentan con las voces de organizadores como el abogado y escritor de Guam Julian Aguon; científicos del clima como la Dra. Jacquelyn Gill y el Dr. Edward Carr; poetas como la activista de las Islas Marshall Kathy Jetnil-Kijner; y organizadores de larga trayectoria como la autora de La tiranía del petróleo Antonia Juhasz. Guiado por la sabiduría lúcida característica de Rebecca Solnit y enriquecido con fotografías y citas, Not Too Late lleva a los lectores del desánimo a las posibilidades, de la desesperación climática a la esperanza climática.
Como se ve todos cumplen con los lineamientos de la entrevista convirtiendo a Solit en una aliada indispensable en nuestra detección de polímatas.
Referencias
Burke, Peter The Polymath: A Cultural History from Leonardo da Vinci to Susan Sontag. Yale University Press, 2021.
Cukier, Kenneth et al Framers. La virtud humana en la era digital. Turner, 2022.
Epstein, David Range Why Generalists Triumph in a Specialized World. Riverhead Books, 2019
Root-Bernstein, Robert y Root-Bernstein, Michèle Sparks of Genius: The 13 Thinking Tools of the World’s Most Creative People.Mariner Books, 2001.
Waqa, Ahmad The polymath. Unlocking the power of human versatility. Wiley, 2018.
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