Volviendo a la Costa Oeste para encontrarnos con uno de los pioneros
Ya pasaron mas de 15 años desde que vi en persona por primera y única vez a Howard Rheingold. Fue seguramente en 1989 o 1990. En esa época Howard era editor en jefe de la revista Coevolution Quarterly. Había sustituido por un año sabático a Kevin Kelly, quien a su vez había ocupado el lugar del mítico Steward Brand en tamaño emprendimiento.
Y aunque cada uno tenia su estilo y sabor, había una diferencia importante entre los tres. Howard estaba mucho mas inclinado hacia las preocupaciones y a los intereses digitales que sus dos brillantes antecesores.
Porque claro Howard no tenia el sello de pionero absoluto de las herramientas para el pensamiento -aunque así había titulado a uno de sus primeros y mas interesantes libros Tools for Thought. The History and Future of Mind-Expanding Technology– como había sido el caso de Steward, innovador sin par, y tampoco tenia el gusto por el detalle y la argumentación fina y la profundidad analítica de Kevin, un matemático de formación.
Pero Howard descollaba en intuiciones y capacidad de anticipación y al menos cinco veces había dado en la tecla. Ya sea cuando se dio cuenta de que las computadoras eran herramientas para pensar como en TfT, cuando detecto la relatividad de las categoría lingüísticas y la capacidad cultural de biselar la realidad en su maravilloso They Have a Word for It: A Lighthearted Lexicon of Untranslatable Words & Phrases (1988), de nuevo cuando intuyo la potencia de la realidad virtual como entorno de simulación en Virtual Reality (1991), cuando olfateo a principios de los 90!!!! el poder transformador efectivo de las comunidades virtuales en The Virtual Community (1993), y por fin cuando antes que nadie advirtió que las multitudes inteligentes invadirían el planeta y nada seria igual antes y después de la telefonía celular convertida en una compuerta evolutiva, que no tenia nada que envidiarle a la imprenta, a la radio o a la propia Internet en Smart Mobs: The Next Social Revolution (2003).
La serendipia de los encuentros inesperados
Sin embargo aunque sabíamos que San Francisco seria una de las tres escalas estelares en nuestro redescubrimiento de la costa Oeste, no teníamos claro si lo volveríamos a ver, ya que la visita seria corta, la preeminencia en este caso estaría dada al dolce far niente de las vacaciones, y ademas encontrarse con alguien en USA es bastante difícil de lograr.
Sin embargo una ocasional visita a su weblog (bastante demode es cierto y sin ningún atisbo de web 2.0) nos revelo que Howard junto al activista chino Xiao Qiang, estaba dictando un curso en la Universidad de Berkeley. Mas precisamente en la School of Information, rebautizada así principios del siglo XXI cuando Hal Varian fue su decano y en cuyo seno se gesto la importante investigación How much info, que reseñamos varias veces en nuestras charlas e intervenciones.
Y como estamos viviendo en la casa de Francis Pisani en Berkeley a no mas de un veintena de cuadras de la Universidad nos pareció una picardía perdernos la posibilidad de volver a verlo. Aun así coqueteamos con la idea de pasar por su casa en Mill Valley, pero finalmente habiendo ya visitado Sausalito decidimos buscarlo en la sala 202 de South Hall, el edificio mas viejo de la UC en Berkeley, como que data de fines del siglo XIX.
Como todo lo que sucede en California una cosa es lo uno quiere hacer y otra muy diferente lo que el sistema propone. Por ello hubo que googlear el itinerario, detectar previamente el tipo de edificio que era South Hall -perdido entre un centenar mas en el campus de la Universidad-, descubrir donde se podía dejar el coche que no fuera a un milla de distancia y con toda la logística resuelta finalmente intentar ubicarlo a Howard.
Después de un par tanteos y habiendo entrado por la mítica puerta cancel de la calle Telegraph avizore el edificio, descubrí que Geofrey Numberg y Paul Duguid estaba dictando un curso afín (se trata de Quality of Information
), pero lamentablemente Howard no estaba en la sala 202 ocupada por una inesperada conferencia.
¿Ubamarxismo en Berkeley?
Finalmente lo localice en la sala 107 y apenas entré, me encontré con un chino de edad ignota, garabateando en el pizarrón un discurso ubamarxista tachonado de expresiones como falsa conciencia, hegemonía, elites, dominación y toda la caterva de conceptos gramsciano-marxistas a las que estamos tan acostumbrados en nuestra querida universidad.
Al principio pensé que se trataba de un estudiante avanzado, pero al rato Howard me presentó al disertante quien no era otro que el mismisimo Xiao Qiang, exiliado de China desde hace 20 años y un autoproclamado activista político, que codirige junto a Howard el seminario Participatory Media/Collective Action: Berkeley School of Information Course (aquí esta el detalle de contenidos y la secuencia de clases).
Antes de salir de la clase vi circulando un CD que había dejado el invitado del día- Howard y Xian invitan a mucha gente a sus cursos al mejor estilo de lo que hicimos con la Dra. Serra cuando dimos nuestra ultima versión de marketing en internet en la universidad de San Andres a fines del 2005. Se trato de Marc Smith, un sociólogo con un PH.D de UCLA que ahora trabaja en el curioso Community Technologies Group de Microsoft, que habrá que contactar a la brevedad
Al rato estábamos felizmente instalados en la terraza del afamado Free Speech Movement Cafe con amplio reconocimiento del carácter revolucionario de Berkeley de los años 60 -aunque bastante venido a menos hoy-, y allí empezó propiamente dicha la charla con Howard, que se prolongo hasta nuestra despedida en el estacionamiento.
Tantos años son bastante para cincuentenarios (el nació en 1947, yo en 1949, la ultima vez que nos vimos su hija Amy tenia 3 años y ya jugaba con una Mac, ahora tiene 22 y acaba de graduarse en la Universidad de Stanford) como nosotros, y Howard perdio en el interin casi todo el pelo, seguramente alguna maña y esta bastante mas gastado que en nuestro ultimo encuentro (¿yo no? ja), -pero no tanto cronológica o biologicamente, sino existencialmente.
Mundos quejumbrosos que se derrumban
Es difícil imaginarnos como la destrucción de las torres gemelas en NY el 11 de septiembre del 2001, y el consiguiente empréstito que esto significo por parte de la administración republicana de las libertades civiles, ha afectado a los intelectuales norteamericanos.
Es como si de repente ideológicamente el mundo se les hubiese venido abajo y sus ideales de democracia representativa (que nunca funcionaron plenamente ni siquiera acá) se hubiesen convertido de un día a otro en pura chatarra.
La primera sorpresa que surgió en la charla es como y porque Howard esta dictando una cátedra universitaria. Porque si algo lo caracterizó siempre fue su independencia intelectual y su ausencia de sujeción a cualquier formato institucional.
El mismo lo confirmó a lo largo de la simpática -e implícita aunque entrecortada- entrevista cuando insistió en que siendo joven había decidido optar ante la antinomia Libertad vs Seguridad por la Libertad.
Pero aun así y ante la insistencia de Xiao había decidido volver a la universidad y dictar cátedra y actualmente lo esta haciendo en cuatro universidades, incluyendo la de Stanford donde esta impartiendo un Stanford Digital Journalism Course Wiki. Y en el corto rato que presencie la clase en UCLA pude detectar una conjunción de valores y estrategias que explican la estrategia de Howard.
¿Si o no a Negroponte?
Howard es muy escéptico acerca del proyecto OLPC de Negroponte. El imagina que ese proyecto si estea basado exclusivamente en una saturación de hardware inevitablemente fracasara. Para él la estrategia mas inteligente pasa por una capacitación docente intensiva. Pero tirándole un poco mas la lengua, me di cuenta de que su solución es tan poco práctica como la de Negroponte strictu sensu -si de ubicarnos en los extremos se trata.
Mientras que Negroponte considera que hay que hacerle cortocicuito a la formación docente tradicional, ya que éstas están pensadas para un entorno analógico, para relaciones de poder asimétricas, para una consolidación de los valores y las cosmovisiones de los inmigrantes digitales, y lo que hace falta es todo lo contrario, Rheingold es mucho menos ingenuo y mas dramático al mismo tiempo y sostiene que la batalla dentro del aula está perdida de antemano.
La conjunción del establishment educativo, de padres con miedo visceral al cambio, de docentes que conforman no tanto una policía epistemologica del conocimiento cuanto un mandarinato conservador tradicional, y el lugar de la escuela -que Rheingold equipara althusserianamente con el espacio de reproducción de la ideología dominante- vuelven inviable una estrategia de cortocicuito digital a través del hardware y eventualmente de un software ad hoc como el que propone Negroponte.
La solución de Howard es casi peor que la enfermedad o su diagnóstico. El la tituló after hours o before hours. Es decir el uso intensivo de tecnología digital en especial wikis y otras herramientas web 2.0 «fuera» del contexto áulico y es lo que está haciendo actualmente en sus varios cursos.
Pero si nos sorprendió su desgano para con las propuestas negropontinas (aunque viniendo del palo de una evaluación critica del fracaso sistemático del uso de tecnologías en las aulas en los últimos 25 años, su actitud es comprensible), la solución elitista de enseñar en UCLA Berkeley o en Stanford, a los que llegan allí y tienen el tiempo para darse el lujo de esperar desaprender lo tradicional cuando tienen instructores como Howard o Xian, fue si no decepcionante al menos un poco naive.
¿Activismo a favor o a pesar de la democracia?
Insisto no creo en una fosilización de la percepción o de la capacidad de detección de un cool hunter memético como es Howard. De hecho su compromiso con causas políticas a esta edad lo aproxima mas a un Foucault o a un Sartre de la tecnología, que a un abuelito en tren de dedicarse al golf o a sorber Martinis en Marinas tan bellas como las que hay por acá. Y de hecho existe cierta analogía entre Alan Kay, Ted Nelson, Howard y personajes como Engelbart en términos de su interminable romance con la tecnología como instrumento liberador y potenciador del pensamiento y la acción.
Pero la administración Bush ha limado mucho las visiones de futuro y las catástrofes ecológicas en ciernes (todas ellas anticipadas por Bateson en su diagnóstico de patologías de la epistemología) están diezmando la visión de futuro de estos gurues sesentistas y setentistas.
A través de una poderosa operación de pinzas en Europa y en USA las mentes forjadoras del futuro están siendo sitiadas por la real politik, por la guerra entre fundamentalistas terroristas y fundamentalistas antiterroristas, y básicamente por una sensación de que la democracia no alcanza para la supervivencia, que hace añicos todo el discurso naturalista acerca del modo de vida (democrático) norteamericano como la única estrategia racional y consensual para llevar adelante una vida (colectiva) mejor.
Por eso me costó arrancarle comentarios (y ninguna sonrisa) a Howard. No tiene claro cual será el tema de su próximo libro porque no ve ninguna tecnología ni practica en el horizonte con suficiente energía como para convertirse en su próximo atractor libresco.
Esta preocupado por su manutención (como cada vez mas mucha gente acá que ve el momento de su jubilación no como liberación sino como condena, y como el precio que hay que pagar por haber consumido toda la libertad en los años activos sin haber amasado algún tipo de fortuna) y apuesta todas sus fichas a su permanente autodefinición como un escritor a la Thomas Payne, con todos los derechos y todas las obligaciones que imponen esa selección.
Reputación mas que debida, aunque…
En estos días está mas preocupado por la política interna de USA que por casi cualquier otra cosa y si de algo esta orgulloso (el que trató el tema con ahínco en el capitulo 5 de su último libro) es de la reputación que ha logrado forjarse en el ramo que lo ha convertido en un correcaminos del circuito de conferencias internacionales sobre temas digitales.
En ese track que le depara sus jugosos ingresos como conferencista ha sido invitado hace poco a Singapur y previamente a Leicester. Como escritor profesional que es los anticipos que le dan las editoriales por sus futuros libros traspasan apenas las 6 cifras, pero casi toda esa cantidad se le van en investigar el libro, pagar a sus asistentes viajar y tomar notas (Smart Mobs le llevo en el 2001,15 meses en este sentido).
Howard nos invito a dar un largo paseo con el partiendo de su estudio en Mill Valley pero lamentablemente nuestro cronograma de viajes antepuso el huevo a la meditación, así que declinamos gentilmente su oferta y prometimos seguir en contacto con el y con Xiao para futuros emprendimientos.
Esztimado Alejandro,
Buenísimo su artículo sobre Rheingold et al!!!
Hablando de él, quería compartir que en la próxima NMC Online Conference on Digital Media, 24-25 de octubre de 2006, Rheingold será uno de los invitados estrella. La otra será danah boyd, investigadora de las redes sociales. Ver: http://www.nmc.org/events/2006fall_online_conf/index.shtml
Saludos!