Espectacularismo
El 2004 fue un año lleno de tremendismo y espectacularidad. Terminó con dos enormes tragedias. El Tsunami en el sudesteasiatico que mato a mas de 150.000 personas, y el incendio de un boliche en el Once que se llevo a 178 víctimas mas
En otro plano y escala (cambiemos de tema como dicen en la TV) hubo tres obras literarias monumentales que vieron la luz en este mismo año trágico. Las 5 novelas en una en la póstuma 2666 de Roberto Bolaños que Pablo Mancini seguramente comentara pronto. La reedición, que a los fines prácticos es una primera edición, de Los Soria de Alfredo Laiseca, y el cierre de la trilogía de La saga de los Confines –compuesta por tres volúmenes, Los días del Venado (va por su novena edicion) , Los días de la Sombra y el recientemente aparecido, Los días del Fuego– de Liliana Bodoc. Aquí solo nos referiremos a la tercera.
En un escenario en donde el narcisismo exacerbado es la norma, y en donde el talento profundo brilla por la ausencia, lo de Bodoc es triplemente saludable. Porque reinvento un genero, porque su prosa tiene una hondura filosófica irreduccionista única, y porque la mujer ni se la cree, ni la estira (la saga podría ser un chicle como en Hollywood, o algún oportunismo a lo Harry Potter), pero ella ya planto bandera y quiere dedicarse a otro tipo de escritura, y tampoco se ve a si misma atravesada por ninguna misión (inventada), o por alguna necesidad (de redención) que nadie le pidió.
Esta santafesina radicada hace un tiempo en Mendoza empezó a escribir La saga de los Confines hace ocho años -su imprimatur es del 9 de octubre de 1999, sin pensar siquiera en publicarla. Y algo sino mucho de serendipity hubo en la aparición de la saga, por cuanto su edición por parte de la editorial Norma se produjo gracias a un manuscrito extra que llego a la editorial Norma sin que la autora se imaginara jamas tener alguna chance
Filiación de una escritura
Bodoc no sabia que pasaría con su escritura pero tenia mas que claro cual era su filiación, Ursula Le Guin y de alguna manera Tolkien así como la Angelica Gorodisher de Kalpa Imperial. Ademas su registro seria uno que hoy en día tiene poca resonancia, la magia, es decir la creación de otros mundos. Tardo dos años para plasmar la primera parte de la saga, afincada como esta en la chacra en el barrio de Vistalba, donde Bodoc vive algo alejada de la ciudad de Mendoza
Y otra vez aunque no sabia adonde quería llegar, tuvo mas que claro el punto de partida. Nadie puede dedicarse a crear otros mundos sin estar previamente documentado sobre estos, y algunos mas.
Por eso para construir semejantes historias, Bodoc pasó mucho tiempo leyendo textos específicos, los diarios de Colón, cartas de Hernán Cortés, libros de historia, antropología, literaturas varias americanas y mitos.
Su hija que es estudiante de antropología, fue la gran proveedora de textos. Usó el Popol Vuh aunque es críptico; pero uno entiende el ritmo, la belleza de las imágenes, la cadencia. Y trabajó mucho con los cronistas de Indias, las leyendas mapuches, la literatura azteca, Mircea Eliade.
Una vez empapada de datos concretos, pudo inventar su propia leyenda, armonizando entre lo que rogaba la intuición y lo adquirido por la razón: la escritura debía sustentarse en un mundo imaginario.
Con una honestidad y una ingenuidad envidiables, su escritura, porque tenia con que y hacia donde, se lanzo implacable a un viaje que duraría ocho años y que solo termino hace pocos meses. Para ella -a diferencia de tanto tentempie literario- la noción de dolor de escribir le parece poco honrada. Insiste en que no tiene cara para decir que es doloroso sentarse a escribir, porque si todos los dolores humanos fueran así, ¡qué bueno!
Literatura magica
Si su literatura es mágica es porque ella misma esta atravesada por la magia, porque cree sinceramente que la lectura y la escritura tienen virtudes curativas (y ella lo aplica desde chica a si misma), y sobretodo porque escribe porque siente que es lo mejor que sabe hacer. Es su manera de participar en la protesta frente a tanta injusticia y tanto horror. Para ella – y cuanta razón tiene- la literatura es mucho más poderosa que el panfleto.
Cuando dice magia habla de algo que ya existe; es un concepto tan viejo como el hombre. Y lo mágico tiene la función del horizonte, que se corre para ir más lejos. El relámpago fue algo mágico, hasta que el hombre lo entendió. Y siempre va a ver cosas que no podamos entender. De lo contrario, el mundo sería horrible.
Cuando se le quiere sonsacar secretos acera de las bambalinas y la trastienda (¿porque una trilogía?, ¿quienes furon sus maestros? ¿que quiso lograr exactamente?, etc) su sinceridad no esta exenta de una sabiduría poco común. La saga nació como una decisión casi arrebatada que pasó primero por lo ideológico que en su caso (y otra vez como se debe) esta muy entremezclado con lo afectivo.
La suya es una épica americana, de los derrotados, los de piel oscura, los pobres; lejos de la mitología del norte de Europa, se basa en la literatura y la cosmovisión de los pueblos precolombinos, desde el imaginario hasta el lenguaje narrativo.
Procuró – a fuer que lo logro creando este nuevo genero de «mistoria»- unir en su saga convicciones y amores: quiso escribir una saga que enalteciera la lucha del hombre por la libertad, la relación de amor con la naturaleza. Y, por supuesto, lo mágico como modo intuitivo de conocimiento.
Curiosamente (o no tanto) Los días del Venado la primera parte de la trilogía… fue publicada en una colección de literatura infantil y juvenil -y a esa sección tuvimos que ir a buscarla a la LibreríaYenny de Paseo Alcorta. Como su recepción entre los pares no fue de las mas afortunadas Bodoc mostrando su bonhomia sin fin insistió en que los musulmanes tienen una frase: Es muy fácil entristecerse con el dolor ajeno; pero es muy difícil alegrarse con la alegría ajena. Y para ella hay lugar para todos en el mundo. Cree en la lógica de las mercerías que se ponen todas juntas y se potencian.
Haciendole pito catalán al maniqueísmo
En cuanto a la factura de la obra de Bodoc empezó con los presupuestos genéricos, con las leyes que el género tiene. Y eso la ordenó y le sirvió de cauce. Los viajes, las batallas, el héroe, los entrenamientos, casi maniqueos al principio pero no por mucho tiempo, entre el Bien y el Mal. Sólo que en este «mapa épico» el Bien está en el sur. Y por supuesto que la elección no fue casual. Porque los husihuilkes están referenciados en el pueblo Mapuche. Sus nombres, sus mitos y costumbres. Pero, sobre todo, su índole guerrera y anárquica.
En tanto los zitzahay y los Señores del Sol tienen nombres con reminiscencias náhuatl. Todos los nombres de Las Tierras Antiguas son de origen griego. Además, cada nombre tiene que ver con una característica del personaje.
Sus dos héroes son Dulkancellin y vieja Kush pero mas interesante que esa dinámica de enfrentamiento clásico es que Bodoc no quería un héroe al estilo de Terminator. La batalla es del pueblo de las Tierras Fértiles. No es una batalla individual, sino colectiva. Además tiene que ver con la concepción de muchos pueblos aborígenes americanos para los cuales ni la muerte, ni la enfermedad, ni la vejez son vistas como fracasos.
También hay un aprendizaje vital riquisimo de sus personajes. Hay una evolución, que también fue un trabajo sobre lo masculino. Del primer héroe Dulkancellin hasta su hijo Thungür hay un paulatino alejamiento de lo estrictamente genérico. Lo más importante fue la distancia con el maniqueísmo: Dulkancellin es muy maniqueo, Thungür no, es un tipo lleno de dudas, de zozobras, decreta la pena de muerte a pesar de él mismo, por ejemplo. Al correr de la escritura Bodoc ya no quería un héroe que todo lo sabia; quería alguien que dudara.
Para Bodoc en la novela, la ley está primero, aún antes que el propio corazón. Lo que dicta la ley es inevitable. Y eso quiso marcarlo. Ademas ella entiende (¿cuando lo aprenderé yo?) que la muerte es una transformación. Uno muere y pasa a formar parte del ciclo de la creación. Entonces, la desaparición no es tan trágica. Para nuestra civilización la pérdida de un individuo es absolutamente trágica. En cambio, la concepción de estar hermanado con toda la creación suaviza enormemente el tema de la muerte. Uno se va para que otros vengan. Nos va,os pero encarnamos en un árbol… volvemos a la tierra.
Un detalle muy importante es que ni los personajes ni el narrador debían introducir registros actuales. Y lo que hay por detrás en un trabajo de la escritura que no tiene nada que envidiarle a los consejos de Roland Barthes, habiéndolos cumplidos todos.
Bodoc tiene cuadernos y cuadernos con cuadros de las edades de los personajes en relación a los acontecimientos de la novela. Por ejemplo, establecio cinco o seis hitos temporales, y determino cuántos años tenía cada personaje en el momento que ocurrió ese suceso. Midio el paso del tiempo con cosechas, soles, temporadas de lluvias.
Una saga que solo se vive compartiéndola
Pero ¿en que consiste exactamente la saga? (algo que solo se puede develar apropiadamente leyéndola claro, sumando la trilogía cerca de 1000 paginas)
El primer libro de La saga de los Confines, Los días del Venado, comienza con los preparativos para una guerra en las Tierras Fértiles, amenazadas por el Odio Eterno, hijo de la Muerte que viene a invadirlos desde las Tierras Antiguas, del otro lado del Mar. Misáianes, apoyado por una casta de magos autócratas, manda sus ejércitos hacia las Tierras Fértiles, donde, entre otros, conviven los husihuilkes que viven de una economía horizontal, anárquica, los Señores del Sol, con su estructura de castas y nobleza, y los zitzahay, en cuya capital habitan los Supremos Astrónomos, aristócratas de la sabiduría.
En el primer gran enfrentamiento, triunfan las Tierras Fértiles, pero la guerra continúa en Los días de la Sombra: Misáianes, lejos de estar derrotado, lanza una segunda ofensiva contra las Tierras Fértiles, que llega con su madre, la Muerte, como líder. «Al aliarse con el Odio –explica Bodoc– ha perdido su sentido, su función natural que es procurar al mantenimiento de la vida. La apuesta de las Tierras Fértiles es a que la Muerte vuelva a encontrarse con su esencia, que es el polo opuesto a la vida, para que entre ambas el mundo siga.»
En el final, Los días del Fuego, la Muerte apaciguada vuelve a su rol, mientras se desata la última batalla en dos planos: el de las Tierras Fértiles y el de las Tierras Antiguas, donde se agita la resistencia clandestina a Misáianes.
Lo que importa, como bien comentan Mariana Enriquez, Sandra Comiso, y otras agudas entrevistadoras de la Bodoc, es el reconocimiento de un tipo de narración con muchas capas de significado, con demasiados personajes entrañables, de una imaginación desbordada, un estilo poético y anafórico, y una emoción palpable. Bodoc nunca se centra en los conflictos de la guerra y la política, e introduce el universo de lo privado de una forma casi irreverente para un género tan duro.
El mundo es el reino de la ambigüedad
Con cada libro Bodoc se aleja más y más del maniqueísmo, y aparecen las ambigüedades: el mundo de las Tierras Fértiles tiene sus conflictos particulares, sus enfrentamientos entre economías y cosmovisiones diferentes (los anárquicos husihuilkes y los monárquicos Señores del Sol). No existe la restauración de la paz mediante la llegada de un Nuevo Orden encarnado en un Rey; no hay discursos tranquilizadores, y la tensión permanece.
El Mal no contamina la totalidad de las Tierras Antiguas, donde bulle la resistencia. En el nuevo mundo después de la guerra aparecen micropoderes, en una diseminación donde nadie es el más importante; no hay un escenario de hegemonía.
A estos niveles de complejidad se suman las mujeres, siempre ignoradas en la épica, o relegadas a símbolos de paciencia y domesticación.
En sus libros no hay ninguna supremacía.. por eso se trasladó la resistencia a las Tierras Antiguas. Si Bodoc dejaba como luchadores sólo a los de las Tierras Fértiles, caía en su misma trampa. Terminábamos siendo nosotros los buenos: los oscuros, los sureños, los pobres. Y ellos, los rubios, iban a quedar como los malos. Y no quería eso: necesitaba luz en las Tierras Antiguas también. No hay marcas relacionadas con la excelencia espiritual.
A Bodoc le parece peligroso y arriesgado decir que nosotros somos los buenos. Además, eso no es verdad. Hay que ser muy cuidadosos con este tema, y no siempre las cosas son leídas como uno quiere como le paso en mas de un desencuentro interpretativo doloroso.
Cuantos analistas y ensayistas podrían aprender de la mirada tierna e hipercompleja de Bodoc. Cuantos políticos y dirigentes deberían sintoniza con sus criterios de distinción sutiles y abarcadores. Ahora entiendo lo que decía Manguel el otro día acerca de la literatura como espejo de la realidad. Que suerte que Bodoc sea nuestra y que escriba de y para nosotros.
Textos
Cuatro capitulos de Los dias el venado
Reseñas
Los dias del venado por Nora Lía Sormani
Entrevistas
Me inclino ante la Saga de los Confines, es una forma nueva y hermosa de escribir, mostrando la belleza olvidada y aun asi los horrores de la guerra.
No se centra en un solo personaje, muestra los sentimientos de cada uno, y con unos pocos trazos Liliana Bodoc dibuja el personaje que se menciona en la mente del lector.
Su mensaje de que debemos unirnos para lograr un objetivo es realmente toda una enseñanza para el corazón.Además posee giros sorprendentes que ponen en tension al lector y soluciones impensables; no se puede predecir con exactitud lo que viene en la proxima página, porque cada hoja, cada página, tiene una sorpresa y muchas veces un nuevo misterio para develar.Es verdaderamente imperdible.
Yo leí hace poco los tres libros.
Hace rato que no disfrutaba tanto.
Por la expresión literaria poética, original,sencilla y grandiosa al mismo tiempo, y por el contenido absolutamente maravilloso y cercano a nuestras tierras americanas.
Además enaltece el espiritu humano, mostrando diferencias , debilidades y valores de profunda dignidad y nobleza
Ojalá todos pudieran leer esta saga.
Nos enseña mucho, a mi me hizo crecer por dentro, como hace siempre la buena literatura
La saga es una caricia para el alma.
Recuerda nuestras raices, los sentimientos que nos hacen comunes a todos, como el amor a la naturaleza o la magia que hay en ella y que en el mundo actual olvidamos con tanta facilidad.
Ningun libro me desperto esta gama de sentimientos.
Esta escrita de una forma magistral, es como un estilo nuevo, no habia visto nada parecido.
Mis admiraciones a la autora, es una obra maestra.
Hola, tengo 14 años, vivo en La Rioja y en el 2003 leí Los días del Venado, cuando mi mamá me lo regaló. Lo leí en una semana y fue fascinante. Luego, en un viaje con el coro a Mendoza, compré el segundo libro. Mejor aún que el primero! Finalmente, al enterarme de la publicación de Los días del fuego, en un viaje a Buenos Aires, compré la primera edición del último libro de la saga. Desde entonces, vengo recomendando esta maravillosa y poética saga a todo amigo, compañero del colegio, y profesores. El problema fue hasta este año, que ninguna librería en la ciudad vendía los libros. Hasta el día de hoy, sigo recomendando y sólo mi amigo Héctor lo tomó en cuenta: leyó el primer libro y le encantó, y ahora le presté el segundo. Saludos a todos los habitantes de los confines de la épica argentina!
El libro me parace una porqueria!!!
voy por la 177 y no lo pienso terminar porq ya me lo comtó un amigo 🙂
igual los quiero 🙂
besotes