Periodismo exhibicionista que se las da de crítico
Hay pocas cosas que me irriten mas -y eso que hay tantas que me irritan- que el periodismo complaciente. Ese que juega a hacerse el objetivo y el profundo y no rasca ni la superficie de las cosas, pretende hacer pasar gato por liebre y autocomplacientemente cree que dejar exhibirse a las entrevistados en todo su esplendor es la mejor forma de congraciarse con el lector.
Craso error. Estos son cada vez mas agudos, Internet hace cortocicuito con cualquier intento interpretativo sesgado, y finalmente el periodista al vulnerar la credibilidad, ennoblecer exageradamente al entrevistado y sobretodo ignorar la otra cara de las cosas, termina violando su propio compromiso, no con la verdad o con la objetividad sino con el carácter desentumecedor de la entrevista misma.
Hace un par de meses mis peores sospechas se vieron confirmadas al leer la entrevista que Magdalena Ruiz Guiñazu le hizo a María Kodama. Casi mas enamorada de María que de Borges, dando por sentadas todas y cada una de las afirmaciones de la portadora de apellido Borges, ignorando contradicciones flagrantes en su discurso, desconociendo su carácter manipulador, y queriéndose cobrar in aeternum su rol de lazarillo durante décadas convirtiéndose en viuda ejemplar, Magdalena metió la pata numerosas veces y mostró la hilacha del principio al final de la entrevista.
Uno de los momentos mas reveladores de la connivencia entre entrevistadora y entrevistado fue cuando Magdalena metió el bocado de que Adolfo Bioy Casares tenia una opinión muy critica de María Kodama, y en otro pasaje lo que resalto fue la manipulación que esa señora hacía de las obras completas de la Pleiade so pena (al mejor estilo de la hermana de Nietzsche) de preservar su santa memoria, siendo que en realidad ella se erigió en albacea y en intérprete oficial (contra el propio Borges) de su obra ejemplar.
Borges por Adolfo mil veces mas genuino que el de la viuda
En esos días se ha publicado en Buenos Aires una extrañisima obra titulada sinopticamente Borges. Su autor es Adolfito, la editorial es Destino y entre las sorpresas esta la magnitud de los testimonios recogidos. Porque la obra alberga 1663 paginas de sintética prosa en donde Adolfito recupera en su diario personal infinitos fragmentos, de los cuales este torbellino registra tan solo aquellos que tienen a Borges como protagonista.
En una reciente transcripción del diario Perfil que publica entusiasmadisimo las entrevistas de Magdalena como si se tratara de Oriana Fallaci o de Susan Sontag, cuando en realidad no es mas que una bondadosa señora de su casa, Adolfito trazo un perfil que relega a María al lugar de las pérfidas y manipuladoras dignas del mejor culebrón.
Para Adolfito María era una mujer de idiosincrasia extraña, que acusaba a Borges por cualquier motivo, lo castigaba con el silencio, lo celaba enfermizamente, y se impacientaba con sus lentitudes.
Junto a ella Borges vivía temiendo enojarla y tenia que bancarse tradiciones inconmensurables como los que existían entre los paradigmas kuhnianos. Sino ¿porque le habría dicho Borges a Adolfito que «uno no puede casarse con alguien que no sabe lo que es un poncho o lo que es el dulce de leche»?
Para peor Adolfito estaba mas que convencido de que Borges con María podía sentirse muy solo. Replicando lo que le había dicho Silvina Ocampo, Borges habría partido a Ginebra y se habría casado con María para mostrarse independiente como un chico que quiere ser independiente y hace un disparate. Finaliza el testimonio Adolfito con un lapidario «viajó para mostrarse independiente y de pasó no contrariar a Maria».
Todo fue tortuoso y confuso en la despedida que hizo Borges de Buenos Aires, En la última llamada que le hizo a Adolfito, cuando un mes antes de morir le dijo que no volvería nunca mas a Buenos Aires, en su muerte en la lejanía y la soledad. Y Adolfito no escatima esfuerzos en responsabilizar a Maria Kodama del secuestro y condena a muerte por ostracismo del gran Georgie.
Nada de esto fue ventilado como correspondía en la entrevista de MRG. Sus preguntas estaban cargadas de condolencias y conmiseración para la pobre viuda. Pero leyendo estos fragmentos de Adolfo y no teniendo mas testimonios en una dirección o en otra que los escritos de Bioy y la dichosa Kodama, me quedo mil veces con los primeros y no con los comentarios de la segunda.
En la entrevista de MRG no hay ningún atisbo de estas contradicciones, ni ningún interés en examinar con un poco mas de detalle porque Kodama aprovecho -sino su cuestionable belleza juvenil, si al menos su capacidad infinita de lazarillo- para convertir a Borges en su pasaporte a la eternidad.
Porque jamas hubiese logrado sino fuera por el apellido «de Borges». Feo muy feo.
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