Paradigmas y nativos digitales
Cuando Thomas S. Kuhn, después de muchos papers preparatorios y atisbos de usos posibles, lanzó al mundo la noción de paradigma (científico) una bola se echo a rodar, y el meme tuvo tal éxito que a los pocos años se convirtió en un genérico lingüístico. Pero que una idea o una frase bien lograda atice controversias, genere una heurística y abra un campo de extensión conceptual donde antes no había nada no siempre es indicador de buenas prácticas.
No habían pasado tres años desde la publicación de la primera edición del libro seminal de Kuhn La estructura de las revoluciones científicas para que una comentarista (Margaret Masterman) no tuviera mejor idea que diseccionar los usos del término encontrándose con el sorprendente resultado de que en la propia obra maestra de Kuhn el término había sido utilizado en mas de 25 sentidos diferentes.La idea (diferencia que hace una diferencia) Paradigma que tanto había servido para revitalizar la historia de la ciencia, la genealogía de las revoluciones científicas, las analogías con las revoluciones políticas, y que había introducido una perspectiva discontinuista radical en los estudios de la ciencia, también, por sobreuso/sobreabuso, indiferencia hacia su polisemia, oportunismo acerca de su extensión y comprensión tanto a favor como en contra, se había convertido en un obstáculo epistemológico casi tan grande como los que su propia aparición como noción desentumecedora había llevado a desterrar.
Si hoy nos acordamos de uno de nuestros autores favoritos y de uno de los mejores inspiradores y compañeros de ruta que jamás hayamos tenido, ello se debe a que hace ya un tiempo que una noción que en un principio nos había resultado provocativa y jugosa, prontamente comenzó a desteñir y se está convirtiendo en una rémora mas que en un aliciente para abrir nuevas y fructuosas sendas de investigación. Nos referimos a la categoría nativos digitales.
Usos temporalmente acotados de los conceptos.
En varios oportunidades a lo largo de 2006 y 2007 la usamos profusamente porque nos alentó para mostrar las inconmensurabilidades entre estilos cognitivos, capacidades analíticas, propuestas sintéticas, habilidades alfabéticas, etc. etc entre los postalfabetizados digitales y los alfabetos analógicos. Como lo hemos mencionado mas de una vez quien acuñó esta distinción fue Marc Prensky en el año 2001.<p>
Para Prensky la distancia que separaba a los chicos del tercer milenio de los anteriores no eran las consabidas modas, vestimentas, looks, gustos y preferencias hasta sexuales, sino a saber la difusión e introyección de las tecnologías digitales al punto que deberíamos hablar de singularidad (como hablan los cosmólogos y el propio Raymond Kurzweil cuando se refiere a una raza post-humana generada por el acople integral entre humanos y tecnologías) para empezar a pensar el fenómeno.
En algo tanto apologistas como detractores coinciden, dados los entornos informacionales crecientes, el embebimiento en que especialmente en el Norte están metidos los estudiantes y la adopción creciente de modelos 1 a 1, conectividad ubicua no cabe duda de que los estudiantes procesan la información de un modo muy distinto a las generaciones anteriores. Se trata de una generación que puede conversar animadamente y sacarle el jugo con creces a su interacción permanente, creciente y cada vez mas sofisticada con las computadoras, los videojuegos e Internet. Hacer muchas cosas al mismo tiempo, funcionar en modo multitasking, pensar y hacer al mismo tiempo, etc etc.
Antecedentes terminológicos
Autores señeros en estos temas como son Henry Jenkins y Danah Boyd han tratado de rastrear los orígenes de la frase de Marc Prensky en la literatura fundacional anterior del ciberespacio. Así encontraron antecedentes de este dipolo nativos vs inmigrantes digitales en la «Declaración de Independencia para el Ciberespacio» de John Perry Barlow de quien la escuchamos leída en la Quinta Conferencia sobre el Ciberespacio en Madrid en 1995 adonde conocimos a Diego Lewis.
Allí Barlow hacía alusión a adultos aterrorizados por adolescentes nativos en un mundo donde los adultos siempre seremos inmigrantes. Provocador como de costumbre, Barlow insistía que les tememos tanto a los nativos que somos incapaces de lidiar con ellos, y por eso los ponemos a cargo de las burocracias educativas, mas interesadas en minimizar costos que en potenciar innovaciones.Existe asimismo una novela de Nicola Griffith Slow River (1995) que alude con repetidas y similares metáforas a una divisoria entre los refugiados de guerra, los padres extranjeros frente a sus hijos nacidos en otras culturas y lenguajes, viejos que resultaron inmigrantes en su propio país.Tampoco podemos pasar por alto la referencia de Prensky en Digital Games-Based Learning a la obra de Douglas Rushkoff Playing the Future: How Kids’ Culture Can Teach Us to Thrive in an Age of Chaos, en la cual se lee literalmente que los chicos son nativos en lugares en donde la mayoría de los adultos son inmigrantes.
Nativos vs Inmigrantes digitales, un dipolo que nos sigue sirviendo
El problema con el dipolo nativos vs inmigrantes no es tanto que las diferencias no sean enormes entre unos y otros, que para nosotros si lo son, sino que el mismo no es lo suficientemente sutil para detectar diferencias dentro de los propios nativos (y de los inmigrantes). No es que la distinción sea inútil sino que es insuficiente. Le falta granularidad y por ello enfrentamos en las editoriales anteriores este problema desde el enfoque adoptado por Danah Boyd.Muchas veces hay mas diferencias entre los jóvenes de distintos niveles educativos, económicos y socioculturales que entre los nativos y los inmigrantes. Aun así la distinción sigue siendo útil como bien lo proclama el Harvard’s Digital Natives Project que ilustra mejor que muchas críticas externas interesadas las limitaciones del concepto, las variedades de experiencia que a veces capta y otras no, y las restricciones a las que debemos responder cuando lo utilizamos.
Porque en definitiva nadie sabe exactamente qué es y qué significa ser un nativo digital.
Además la propia palabra digital parecería dejar fuera a los medios convencionales o analógicos, siendo que lo que habría que determinar con mucha mayor precisión que hasta el presente es la remediación y sobretodo la naturaleza de la convergencia cultural que implica la ecología de los medios en la actualidad (trabajo en el que viene descollando Henry Jenkins).
Precisamente según este último (mas de un local nativofóbico se va a alegrar) exagerar la distinción termina creando un bache generacional que vuelve impotentes a los adultos. Además la convergencia cultural aúna y engloba tanto a adultos como a jóvenes. Como siempre sobreenfatizar las discontinuidades y las incomensurabilidades termina volviendo imposible entender los puntos en común y las bases del entendimiento (eso que Grice llama principio de cooperación).
Dicho con mas precisión. La extensión de los conceptos también es temporal. Su validez viene con fecha de vencimiento. Lo que fundamenta al mismo tiempo obtura (lugar común del psicoanálisis). Es mas lo hace al mismo tiempo. Si bien quizás entre 2001 y 2003 o 2004 (y con cierto decalaje hasta el 2006 en nuestros países) al tratar de identificar las viejas nociones de experiencia y habilidades educativas el dipolo resultó poderoso, de pronto se convirtió en una herramienta retórica que a veces dificulta la colaboración intergeneracional.
A Jenkins también le preocupa el sobreénfasis en el carácter negativo de los acentos lingüísticos de los inmigrantes digitales, al reforzar estereotipos que siempre se blandieron en el mundo real y que actualmente con la onda xenofóbica prevaleciendo en USA -pero también en la UE e incluso en nuestros países- podría afectar muy negativamente los intentos de colaboración intergeneracional.
Inmigrantes reales devenidos nativos digitales
Resulta paradójico que muchos de los líderes de Silicon Valley sean inmigrantes reales devenidos nativos digitales en el mundo virtual, y seguramente la mayoría de ellos están mas capacitados que los propios nativos digitales en lo que serian los lenguajes digitales que supuestamente los definirían.
Aunque no compartimos estrictamente esta inversión en la valorización de la noción de ND hay algo en lo que dice Jenkins con lo que no podemos sino dejar de estar de acuerdo, y es que las profundas limitaciones y fracasos del sistema educativo no pueden adscribirse exclusivamente ni mucho menos a la falta de entusiasmo, capacidad o interés por parte de los docentes tradicionales en cuanto a abrazar como propia la cruzada digital.
El fenómeno es mucho mas complejo y por ello los vaivenes del proyecto OLPC atestiguan (aparte de la guerra por el negocio de las máquinas de bajo costo) una real estupefacción frente al desafío tan poco comprensible aun de como mejorar la educación usando máquinas cuando en realidad las máquinas son teoría incorporada y lo que falla en el hecho de que los chicos no aprenden utilizándolas, no son las máquinas en si sino las teorías incluidas en esas máquinas, que nada o poco entienden e instrumentan- acerca del aprendizaje porque están totalmente cooptados por las teorías de la enseñanza actual con las insuficiencias que les conocemos).
Paralelamente queremos profundizar en el dipolo y en vez de tirarlo nos interesa enriquecerlo. para ello invitamos a estudiar y analizar propuestas como las que pueden encontrarse en sitios como estos
Global Kids Digital Media InitiativeMIT
New Media Literacies project Digital Youth Research University of California, Berkeley/USC
<p>Mediatized Stories. Mediation perspectives on digital storytelling among youth University of Oslo
También ha sido muy interesante el experimento un tanto sesgado de Carlos Neri filmando y tratando de detectar diferencias y semejanzas entre nativos e inmigrantes argentinos en las aulas universitarias argentinas.
Obviamente nuestro corazoncito esta del lado de Michael Wesch quien avanzo mucho mostrando las enormes potencialidades creativas de los nativos digitales sin preocuparse demasiado por las definiciones.
Creo que otro concepto que se está desdibujando es el de «Brecha digital». Recientemente descubrí otro concepto complementario (http://e-rgonomic.blogspot.com/2007/10/la-brecha-del-conocimiento.html) que creo mejora la percepción del problema: «brecha del conocimiento»
Muy bueno el cambio de plataforma.
Saludos!
Ayer hablaba con un amigo y él comentaba que no ha leido libro de ciencias sociales de los últimos tiempos en el que no se mencionara a Kuhn. Es como una marca de calidad: «se de que estamos hablando».
CUALES IN
Hola, soy de Argentina, estudiante de la carrera de Licenciatura en Sociología, y en este momento estoy cursando una materia que se llama «Informática Social», en la cual nos piden que hagamos un trabajo sobre un tema en especial y debemos hacer entrevistas a los autores que elijamos, pero estas deben ser via internet. Con mi grupo hemos elegido el tema «Nativos Digitales» y buscando información encontré su página…quería pedirle si ud acepta hacer una entrevista para nuestro trabajo, que tendría que ser por mail. Sólo si es posible debería ser antes de las 16 horas de hoy viernes 7 de noviembre, sino cuando usted pueda, me vendrían muy bien las respuestas aunque tenga que presentarlas días mas tarde.
Desde ya muchas gracias.
Laura Tumino.
1) ¿A quien se los denomina «nativos digitales»?
2) ¿Y los «inmigrantes digitales»?
3) ¿Qué va a pasar con estos últimos en el futuro?
4) ¿Por qué cree que ha sucedido esto?
5) ¿Qué efectos produce en la sociedad?
6) ¿Qué pasa con los países subdesarrollados y los «nativos digitales»?
7) ¿En su opinión, esto genera mayor inclusión o excluye a los que no tienen acceso?
me parecieron excelentes los conceptos.
felicitaciones.
luis viale, cordoba, argentina