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Categoría: Diseño

La felicidad de no saber lo que queremos enseñar. Facebook como caso práctico de pasaje de pedagogíaas de la retención a pedagogías de la participación Tercera Parte


La segunda versión del curso de Downes & Siemens

Entre otros horrores de la pedagogía -lo viví como alumno en la escuela secundaria y lo vi repetirse hasta el infinito en la universidad de los dos lados del mostrador, tanto como alumno como docente- uno de los que mas me irritan es la repetición infinita de lo mismo.

Los mismos temas, los mismos autores, los mismos textos. Las mismas metodologías, las mismas estrategias. Como siempre lo que sobresale en esa repetición autista de lo mismo es la clase magistral, la voz autorizada que propala, el dictado de ideas (la mayoría de las veces ajenas) que se enlazan con mayor o menor felicidad, y que tratan de replicarse memeticamente en la cabeza de los alumnos.

Así pasó la gloria de la computadora de los 100 dólares


De OLPC a Apple

Hace pocos días una noticia bomba surcó las redacciones digitales del planeta. Apple -la empresa mas cercana a nuestro corazón- había contratado a Iván Krstic, quien había tenido un desempeño excepcional en el proyecto OLPC, en el cargo de director de arquitectura de seguridad, habiendo implementado BitFrost, un maravilloso sistema de seguridad.

O sea que Iván fue junto a Walter Bender, Mary Lou Jepsen, Jim Gettys y el propio Nicholas Negroponte uno de los padres de la criatura OLPC, así que su renuncia hace un año al proyecto -mucho antes del despido masivo de la plantilla a principios de 2009- tenía un simbolismo especial.

La felicidad de no saber lo que queremos enseñar. Facebook como caso práctico de pasaje de las pedagogías de la retención a las pedagogías de la participación. Primera Parte

Momento de bifurcación, hay que cambiar la isla de Lost de lugar

Ha llegado el momento. Durante décadas lo hemos estado entreviendo, primero como hipótesis de trabajo, después como saturación ante el estado decepcionante de la cosas educativa, finalmente como punto de bifurcación. En América Latina tenemos muchos y mejores antecedentes que en el Norte, porque las condiciones siempre fueron mas difíciles, el modelo de conciliación -entre conocimiento para la contemplación y conocimiento para la acción- de allá arriba nunca fructificó colectivamente (salvo en pocos instantes históricos convertidos ahora en añoranza y epopeya), desde la Pedagogìa del Oprimido de Paulo Freire a la Pedagogía del aburrido de Ignacio Lewcowickz) y ahora la crisis suena a terminal o casi.

Nos referimos a la inviabilidad de los sistemas de transmisión actuales como forma de preservar (vivo) el pasado, de entender el presente y de diseñar el futuro, especialmente tal como existen hoy y son defendidos a rajatabla por sus cultores de los formatos mas convencionales de la educación formal.

Nos referimos asimismo a los indicios, llamados de atención y a veces fuegos de artificio, que insisten en atraer la atención de los jóvenes, que se autopresentan o insinúan ser congruentes con sus intereses y dietas cognitivas, y que amenazan con una fuerza jamás vista previamente, a la escuela en sus funciones mas inveteradas y que le dan identidad.

Hay que ser anfibios, híbridos y polialfabetizados

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Post original y entrevista a manos del excelente periodista Franco Piccato de La Voz del Interior

Entrevista a Alejandro Piscitelli, experto en ciberculturas

“Hay que ser anfibio, híbrido y polialfabetizado”

En su último libro, se sumerge en el universo de los nativos digitales, cuestiona la defensa corporativa del mundo del libro, y ofrece claves para diseñar la educación 2.0.

Escuchar a Alejandro Piscitelli supone un intenso recorrido por lo más vibrante del pensamiento contemporáneo sobre ciberculturas y medios digitales. Un itinerario que va y viene entre dos mundos. ¿Virtualidad real? ¿Realidad virtual? Los límites ya no están tan claros. Especialmente para los chicos de la “generación Y”, nacidos a partir de 1980, que se mueven como peces en el agua en el universo de las redes sociales, blogs, wikis, celulares e Internet.

Presentando Nativos Digitales en la Biblioteca Alberdi en Tucumán

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EDITORIAL PRESENTANDO NATIVOS DIGITALES EN LA BIBLIOTECA ALBERDI DE LA CAPITAL TUCUMANA Post original La Gaceta.com de Tucumán 28/4/2009

ENTREVISTA – ALEJANDRO PISCITELLI

“Estamos viviendo una época de exploración, de innovación”

El autor de “Nativos digitales” habló de los cambios sociales que produjo la tecnología. El experto en nuevas tecnologías y ex gerente del portal Educ.ar presentó en Tucumán su libro. Las viejas dicotomías.

Si se mira la fecha de nacimiento de Alejandro Piscitelli, puede decirse que el epistemólogo y escritor es un “infiltrado” en el mundo digital. Quizás sea este distanciamiento cronológico lo que le ha permitido a este hijo intelectual del siglo XX bucear en la lógica y en la filosofía que subyace a la producción de la era digital.

La cultura de los poslectores

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Con motivo de una nueva feria del Libro, editoriales, diarios, consiglieri, defensores del sacrosanto orden del papel, etc etc hacen lo imposible para: 1) mostrar su irreductibilidad a las modas tecnológicas, 2) hacer mínimas concesiones al universo digital que sin prisa, pero sin pausa tampoco, está poniendo patas para arriba un orden establecido hace 500 años y que por algun extraño motivo los primeros consideran eterno.

La revista Ñ (que junto a ADN de La Nación y Radar de Página/12 son núcleos privilegiados de esa resistencia) entre desganada y preocupadamente armó un informe titulado El libro y el pensamiento en la era digital coordinado por Alejandra Rodriguez Ballester & Jorgelina Nuñez. Pero por el resultado el tiro puede haberles salido por la culata porque por primera vez el balance es bastante mas duro para los libros que para las pantallas.

Abre este informe mi nota (inédita) “La cultura de los post-lectores “que dialoga con “Los libros y el pensamiento” de Gloria Pampillo. El dossier incluye además una entrevista a Robert Baensch, una pésima experiencia de lectura de e-books de Eduardo Belgrano Rawson (Francis Pisani leyó una novela entera de 600 páginas en el Kindle 2, y la gozó de lo lindo), “La condiciones de la época” sobre la poesía en Internet analizado en profundidad por Santiago Llach; “Mi blog, bitácora de escritura” de Daniel Link; “Google la nueva divinidad” por Jorge Carrión, y el que mas me gustó “La escuela me hizo odiar la lectura” de Francisco Tonucci. Como corresponde Clarín pijotea el material y no lo puso en línea. Por eso aquí subo el mío.

El bautismo de presentación de Nativos Digitales en San Miguel de Tucumán

Tejiendo futuros digitales

Un libro es una cápsula de ideas, pero sin sostén material apenas sería su visión incomunicable. Esos lenguajes privados de los que tanto hablaba Ludwig Wittgenstein. Para que el libro circule y se convierta en meme necesita de soportes materiales, necesita de impulsores y contradictores, necesita básicamente de una materialización (aunque sea en el ciberespacio).

El libro (al menos el aún físico de papel) no es tal sin el editor y el imprentero, sin el director de colección y el marketinero, sin el superlector editorial que lo evalúa y, sobretodo, si no tiene padrinos, gente que apueste a él, que estén tanto en el mercado como en la familia, que sean coautores que asisten a charlas, clases y semianrios, que son también auitores de otros libros con (o contra) los cuales el autor dialoga.

Taxonomías de los medios, ¿Un medio un fin? ¿Para qué?, ¿Para quién?

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¿Clasificar para mejor vivir?

No hay duda de que la proliferación de posibilidades, oportunidades variedad y cantidad de opciones es una característica mas que visible de esta postmodernidad tardía, que algún autor lúcido como José Luis Marina a mas que bien caracterizado como ultramodernidad.

Y que la variedad excesiva (como su recíproca su casi ausencia) son tan valoradas como temidas. Barry Schwartz ha denominado a este estado existencial como la Paradoja de la elección, mostrando con muchos ejemplos de caso, que en presencia de opciones sucesivas de oportunidades de elección, abiertas en forma arborescente y en expansión indefinida, el consumidor o cliente o usuario tiende a inhibirse, paralizarse y finalmente a no-elegir aunque, batesonianamente, esa es otra forma de la elección.

Pero hoy no estamos hablando de consumir bienes en un supermercado cada vez mejor surtido, y por ello mismo crecientemente inhibidor, sino de hacerlo con conceptos y distinciones, con definiciones y clasificaciones, básicamente con taxonomías.

La reinvención de la Academia Internacional de Tecnología y Conocimiento(AiTyC)

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Los primeros pasos

Hace un largo tiempo atras, en las cercanías del periférico del DF mexicano, se creó AiTyC, una institución sui generis, al estilo de los mejores think tanks internacionales, dedicada a reflexionar, operar, diseñar, analizar y proponer ideas y procedimientos para mejorar la articulación entre tecnología y conocimiento.

Como toda nueva entidad que se precie, AiTyC empezó en grande, con reuniones en un hotel importante, con la consabida mesa rectangular que permitió que este conjunto de personas provenientes de muchos países latinoamericanos, pudiéramos juntar esfuerzos y ganas, para generar un nuevo emprendimiento iberoamericano.

Los cofundadores oscilábamos entonces entre ser gestores en actividad en el sector público y empresarios, líderes universitarios y ex-ministros, sobretodo de educación, ciencia y tecnología, gente con mucha experiencia en liderar equipos de trabajo, habiéndose/nos desempeñado en instituciones entre medianas y grandes, y con antecedentes interesantes como para poder poner en marcha trabajos colaborativos que algún impacto podrían llegar a tener en la región.

El Flashback de los arrepentidos. Lost y el pensamiento con imágenes

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1. Ver Televisión como se nos canta a nosotros y no como quieren los canales

Que bueno que en la era del rip, mix & burn haya tantas maneras distintas de ver Televisiòn. Que suerte que las majors, tratando de escaparle a la huelga de ojos caídos de los espectadores tradicionales, publiquen las series completas apenas terminada la última temporada, permitiendo de este modo la glotonería de ver 24 capítulos (una temporada completa) en 2 o 3 días. Cuando la limosna es tan grande, a veces da para aprovechar.

Mi enamoramiento de las series de la segunda e´pioca dorada de la TV es bien tardío. Descubrí 24 haciendo zapping recién en la cuarta temporada. Ví Los Sopranos a los saltos y entrecortadamente a voluntad del programador, y asi me pasó con la mayoria de las series, hasta que decidí que la mejor forma de verlas era programándolas yo mismo, y ahí me tragué varias temporadas seguidas de 24, para descubrir (¿cuando no?) que las primeras siempre eran mejores que las últimas (la séptima realmente es mala mala).