Todos tenemos nuestros autores fetiche. Cuando se alcanza una edad provecta como la nuestra, podríamos imaginar que ese listado sería suculentamente largo. Sin embargo lo mismo que ocurre con los gustos musicales sucede con los implantes epistemológicos, somos groupies de apenas un quinteto de buenos ancestros absorbidos generalmente en nuestra juventud.
Primera semana de noviembre de 2024, cansancio que agota a todos, más en una Argentina de cimbronazos permanentes. Muchos a la que contactamos para invitarlos a participar de miniproyectos, se excusan porque están abarrotados de demandas, proyectos, exigencias, que no necesariamente los hacen más felices (o tal vez sí).
Demasiado pronto para decirlo «Las revoluciones tecnológicas no tardan tanto en ver sus efectos como las políticas«. Siempre nos encantó esta afirmación probablemente apócrifa que…
En 1977, el Collège de France creó la cátedra Semiología Literaria y designó como profesor titular a Roland Barthes por consejo de Michel Foucault. Desde entonces, su Lección inaugural El Placer del texto se ha convertido en parte de ese texto clásico de permanente consulta.
Barthes examinó en esa obra los efectos de la escritura sobre aquel que recorre el texto, algo que revolucionó a la crítica literaria, sorprendiendo tanto a las perspectivas conservadoras como a las radicales. ¿Qué gozamos del texto? Una razón táctica nos lleva a formular esta pregunta: es necesario afirmar el placer del texto contra las indiferencias de la ciencia y el puritanismo del análisis ideológico, pero también contra la reducción de la literatura a simple entretenimiento.
Como en toda película de villanos, si esquematizamos mucho las cosas siempre nos quedaremos con malos, malos y buenos, buenos. Solo que cada vez resulta mas difícil cual es cual.
En la IA este dualismo se traduce en exaltados visionarios que apuestan a trascender nuestra endeble funda de carbón, convirtiéndonos en mas que humanos -con Raymond Kurzweil y el advenimiento de la singularidad a la cabeza- y tozudos refractarios, que imaginan una próxima guerra entre especies, en la que los humanos seremos sometidos -como tanta ciencia-ficción desde Matrix hasta Trascendence poetizan- en esta carrera por la dominación planetaria y eventualmente galáctica.
@mkirschenbaum How long before an LLM (like a Tesla) kills someone?
“I am not a human being; I am a human becoming”. “I live on Earth at present, and I don’t know what I am. I know that I am not a category. I am not a thing—a noun. I seem to be a verb, an evolutionary process—an integral function of the universe” (Buckminster Fuller. I seem to ve a verb)
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1 Ser Early Adopters e poi muori
En el seminario que dictamos con Julio Alonso en febrero 2022 en la Maestría en Tecnología Educativa en el Postgrado de la UBA a cargo de Mariana Maggio habíamos coqueteado con las sorpresas (y amenazas) que encarnaba el GPT. Ni nos imagínabamos lo que seguiría.
DALL-E 2 se lanzó en abril de 2022. En mayo, Google anunció (pero no lanzó) dos modelos propios de text-to-pict-converters , Imagen y Parti. Luego vino Midjourney, un modelo de text-to-pict-converters creado para artistas. Y agosto trajo Stable Diffusion, un modelo de código abierto que la startup Stability AI lanzó al público de forma gratuita. Y luego, en octubre, tuvimos la segunda ronda: una serie de modelos de text-to-video converters de Google, Meta y otros. En lugar de solo generar imágenes fijas, pueden crear videoclips cortos, animaciones e imágenes en 3D.
“We’re living in an age . . . of really slow and boring technological change compared to what our ancestors managed to generate (Martin Wolf ‘On the Technological Slowdown‘(2009)’
Tenemos una larga historia de decepciones con nuestras descripciones del mundo (de los hechos, los valores, los comportamientos, las expectativas) porque creemos que debemos binaria o ternariamente elegir siempre una opción en detrimento de las otras dos o tres. Cuando en realidad de lo que se trata es de aceptar -y operar- en el mundo de contradicciones en el que nos ha tocado vivir y que seguirá complejizándose crecientemente.
De la prospectiva tecnológica a la social y vuelta
Una cosa es la prospectiva tecnológica (que puede mas o menos validarse como ocurre cada fin de año o década como en Top 10 tech trends that will shape the coming decade, according to McKinsey) y algo muy diferente son las tendencias sociales, políticas y económicas que, ya sea se mueven por olas mucho mas lentas (décadas sino siglos), o pueden ser interrumpidas de manera brutal por un hecho no tanto inesperado (Cisne negro) como deliberadamente desplazado del centro de atención (crisis económicas, pandemia, guerras) por ausencia de visión de largo plazo de capacidad de lectura de entramados (entanglements).
Cuando programamos nuestras 20 palabras claves para el entrenamiento en #ecologiadisruptiva en Misiones, tuvimos especial cuidado en reservar las dos últimas reuniones (las de la pasada semana de diciembre) para ilustrar una sentencia de Stewart Brand escrita en 1968: We are as gods and might as well get good at it. Lo hicimos recurriendo, por una parte a la biología sintética, y también avanzamos en algunas dimensiones de la vida artificial. Para ello nos inspiramos en gran medida en los extraordinarios investigaciones y debates ilustrados en un documental reciente de Netflix Unnatural Selection
1 La máquina imaginaria (pero bien real) de Turing
Si bien la inteligencia artificial ha oscilado durante décadas entre éxitos furibundos y frustraciones no menos llamativas, los innumerables logros alcanzados en la última década (podemos poner como divisoria la compra de Deep Mind por parte de Google en 2014 y todos los subproductos de la IA posteriores) ignoran cuestiones clave acerca del comportamiento humano, y de su simulación por parte de las máquinas.