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Categoría: Info-Tecnologías

La novela, la ficción y la adivinanza de las mentes ajenas

¿Porqué Peter Walsh tembló al encontrarse con Clarisa en la novela Mrs. Dalloway de Virginia Woolf?

El llamativo libro de Lisa Zunshine Why We Read Fiction: Theory of Mind and the Novel se inicia con una pregunta ¿Porqué Peter Walsh tembló al encontrarse con Clarisa en la novela Mrs. Dalloway de Virginia Woolf? La pregunta es mas detallada aun: ¿qué le hace pensar a Woolf que automáticamente leeremos el lenguaje corporal de sus personajes como indicativos de sus pensamientos y sentimientos?

La respuesta está en el corazón de la propuesta de Zunshine una profesora de la Universidad de Kentucky, que hizo su doctorado en Stanford, y que viene trabajando hace ya mas de una decada en temas de narratologia y acaba de publicar un excelente prólogo a Introduction to Cognitive Cultural Studies (previamente publicó interesantes obras como Strange Concepts and the Stories They Make Possible: Cognition, Culture, Narrative. y Nabokov at the Limits: Redrawing Critical Boundaries. entre varias otras).

Para Sunshine hacer inferencias acerca de los estados mentales de los demás es algo tan natural que nos ocurre estando en piloto automático, ya sea que los personajes sean reales o ficticios, estén presentes o sean meramente mencionados. Si el «mind-reading» es lo que está por detrás de la invención de la propia existencia de la novela tal como la conocemos, la razón por la que leemos ficciones sería porque permitiría ejercitar nuestra competencia para la lectura de las otras (y de las nuestras) mentes.

La novela (aunque lo mismo podría decirse de cualquier serie de televisión de las de ahora, en rigor novelas audiovisuales) al ser una representación sostenida de numerosas mentes en interacción, alimentaría la necesidad de esa máquina sedienta de representaciones que son las adaptaciones cognitivas que los mamíferos superiores ostentamos orondos. (llámense mente, conciencia, sed de saber/entender o como les guste mas)

Cerebro y Ficción: la construcción narrativa de lo social

Cerebro y ficción. Raíces sociobiológicas de la imaginación

golden2.jpgEste cuatrimestre en la cátedra Datos abrazaremos una hipótesis intermedia, aunque empezaremos apostando muy mucho-urante el priemr cuatrfimestre- a esta idea de la ficción y de la narrativa como dominio constitutivo de nuestro ser social. Curiosamente la base conceptual de la que partiremos para hacer esta defensa (provisoria) no radica en el carácter profundo del arte, en las verdades abstractas de prácticas alejadas de toda corrupción práctica (el arte como kantiana finalidad sin fin), sino que están asentadas en una extraña e inesperada alianza que queremos restaurar entre la ficción y el cerebro humano.

Asi y apoyándonos en obras como la novela Thinks de David Lodge, pero mucho mas precisamente en Consciousness and the Novel: Connected Essays del mismo autor, donde se hace preguntas acerca de como la novela representa a la conciencia, y de cómo esto ha cambiado a lo largo del tiempo, cómo comparar a la novela con las peliculas, cómo opera el inconsciemte creativo, etc, queremos revalorizar el valor evolutivo de la ficción.

Los Medios del Futuro estallan por doquier

(Viene de El diseño de medios segun Paul Saffo y el valor (limitado) de lo que hay ) Primera Parte de dos

Cuando hace un semestre nos iniciamos en esto de los medios del futuro teníamos muchas expectativas y suponíamos que llegaríamos a buen puerto. Ahora no estamos tan seguros y creemos que mas alla de las buenas intenciones cometimos muchos errores metodologicos graves (el peor fue haber agrupado a los miniproyectos en comisiones enteras), pero tambien caímos presa de un tecnofatalismo que hay que revisar.

Porque si queremos inventar medios del futuro tenemos que saber mucho mas acerca de los medios del presente y del pasado. Si queremos inventar medios del futuro tenemos que entender mucho mejor cómo es posible que los medios del presente sigan teniendo relativa presencia, sigan siendo consumidos por algunas bandas etarias y se resisten (con mayor o menor éxito) a desanclarse de su pasado y a reinventarse o simplemente perecer.

Si queremos inventar medios del futuro tenemos que alfabetizarnos digital y mediáticamente mucho mas alla de los convencionalismos, escuchar a quienes los están haciendo, indagar en las fuentes mas inverosímiles, y, sobretodo, aprender a reconocer a un ornitorrinco para el cual no tenemos ni categorías ni anteojeras. (siguiendo la máxima de que para predecir un medio del futuro, lo mejor es inventarlo).

De no hacerlo corremos el riesgo de volver a los viejos esquemas, de tomar como nuevos a los convencionales, de quedarnos atados a marcos y referencias que porque son casi ancestrales se vuelven mas que convencionales.

De como redefinir lo que es un aula 1@1. Apuntes intermitentes de la experiencia 1@1Sarmiento

De las fantasías teóricas a la prácticas desentumecedoras

Después de haberle dedicado un libro entero como fue 1@1 Derivas en la educación digital, a las experiencias 1@1, después de venir trabajando con TIC´s en la construcción de espacios de diálogo y creación durante mas d euna década, después de utilizar computadoras desde hace mas de 30 años, algo hemos aprendido de que es lo que funciona y de que es lo que no funciona en el aula como máquina de aprendizaje.

Y justo cuando nos poníamos a practicar algunas nuestras teorías gracias a la donación que hizo el gobierno de casi un millón de máquinas a los chicos, y mediando un subsidio mas que valioso del IDRC, muchas de nuestras creencias están siendo puestas a prueba y muchas de nuestras convicciones están siendo azotadas por el tsunami de la realidad y por eso debemos ponernos a a barajar y dar de nuevo.

Pero no solo se trata de revisar nuestras estrategias y de reinventarlas, porque así lo exigen las aulas reales, que son laboratorios vivientes de una complejidad inusitada, sino también de asimilar marcos y potencias creativas que hasta ahora no pudieron encarnarse por deficits varios (de equipamiento, de conectividad, de falta de docentes entrenados en TIC, de desconocimiento de las nuevas reglas de juego pedagógias en un mundo pleno de incertidumbre, etc etc

Lox extraños vaivenes de los nuevos medios

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En lo que seguramente será una carrera infinita por demostrar la indispensabilidad del genero, la posibilidad de financiarlo, la alternativa de reinventarse para no morir, los comienzos del año 2011 han sido pletóricos de gestos e iniciativas para mostrar la vitalidad del periodismo en formatos compatibles con las formas tecnológicas de vida. A principios de febrero de 2011 vio la luz el esperado proyecto The Daily una apuesta conjunta de Steve Jobs y de Rudolph Murdoch.

Con una redacción ad hoc de 100 periodistas profesionales, con una inversión inicial de 30 millones de dólares (y 26 millones anuales para mantenerlo) la aparición de The Daily esta generando mucho ruido pero pocas nueces. Basado en un filtrado autoral, con la extraña noción para el mundo digital de un coagulado de noticias mañaneras, una aplicación única para el iPad (habiendo hoy unas 17 millones de tabletas en total, 15M de iPads y 2M de Galaxy Samsung) y competidores en formatos muchos mas ricos (por su actualización permanente, y la posibilidad de menúes a la carta como el es el caso de Flipboard), queda por verse si The Daily es una buen intento o una frustración inevitable en el camino evolutivo que siempre supone extinciones masivas de innovaciones fallidas.

Una confusión de géneros mayúscula. Tecnofílicas que se vuelven tecnofóbicas. El mundo al vesre y van…

Cada día esperamos mas de la tecnología y menos de las personas

Los árboles tapan cada vez mas al bosque. No me pregunten cómo lo logran, porque me cuesta cada vez entenderlo mas. Pero el fenómeno se ha convertido en un commodity y no hay día que pase, Twit que nos llegue, comentario que aparezca en un diario de divulgación general o en revistas especializadas, ya sea on- u off-line que no se refiera a este incómodo hecho.

Queda claro que por motivos indecibles cada día esperamos mas de la tecnología y menos de la gente -como fabulosamente bien subtituló Sherry Turkle a su último libro Alone Together (que de paso le hace mas que buen eco al famoso Bowling alone. The Collapse and Revival of American Community de Robert Putnam).

No es menos cierto que cada vez -especialmente en el campo escolar- apostamos mucho mas al software y al hardware que a los átomos de carbono que forman esa entidad denominada docente.

Queda claro que a medida que las mediciones muestran resultados cada vez mas endebles y lamentables en el aprendizaje formalizado y repetitivo, a mas de uno se le aparece como inevitable la necesidad de reemplazar a los docentes-dicentes por robots de un tipo que aún no existe. Pero que de hacerlo se parecerían cada vez mas a Sócrates, y cada vez menos a mi profesor de historia del secundario, (mío o vuestro poco importa la diferencia, aunque yo me acuerdo muy bien del mío y no se lo recomiendo a nadie).

Hay aquí tantas cuestiones entreveradas que no sabemos por donde empezar a tirar de la piola, especulando con que en vez de perdernos mas en el laberinto, llegaremos por fin a algún Minotauro, y que encima en vez de matarlo de lo que se trataría es de acariciarlo y domesticarlo.

Labs de arteciencia educativos, culturales y comerciales

Redefiniendo lo que es un Lab

Hace rato que me preguntaba donde estaban los Labs. Digo esas instituciones parecidos al Media Lab Prado de Madrid. Porque seguramente debía haber otros, además de los que pertenecen a esa red, y que se reunieron en septiembre en un trabajo colaborativo del que participó Carolina Gruffat.

Y como bien dice Juan Freire lo menos importante en el Media Lab Prado son las tecnologías. Por lo que lo que estábamos buscando no era una actualización trasnochada del Media Lab del MIT un cuarto de siglo mas tarde (por suerte para ellos al final en el 2009 inauguraron su segundo y renovado edificio), sino la propuesta de un espacio abierto y colaborativo.

E inesperadamente como siempre sucede cuando se encuentra lo que no se busca, me tope en un Barnes&Noble de Dallas con el libro de David Edwards The Lab Creativity and Culture (2010), que cuenta la historia de una seguidilla de laboratorios inspirados en parte en la Bauhaus y en parte en Google, Ideo, Ars Electronica Futurelabs y el ya citado Media Lab del MIT.

El backstage del Seminario El Paréntesis de Gutenberg

Curando un evento impar

Cuando junto a Carolina Gruffat imaginamos como curar el evento El Paréntesis de Gutenberg en el CCGSM todo estaba abierto a las posibilidades mas diversas, pero también al fracaso mas estentóreo: ¿cuántas mesas habría?, ¿qué tipo de exposición primaría?, ¿cuál sería la duración de las charlas? y sobretodo ¿cómo se concretaría la articulación y la selección de los invitados?

Porque varios vendrían por compromisos previos, otros habían sido solicitados por alguna institución sponsor, a la mayoría los conocíamos de vidas pasadas, pero a algunos tuvimos que googlearlos. Queríamos combinar algunos consagrados con otros noveles, queríamos darle el mismo espacio a la práctica y a la teoría, queríamos tener intervenciones cortas y vibrantes, sin por ello perder densidad y relevancia.

Como siempre sucede nuestras intuiciones y expectativas se cumplieron en algunos casos y fallaron en otros. Cada persona es un mundo, cada mañana anuncia nubarrones o días felices sin anticipación posible, así que la lotería es mejor predictor del éxito  fracaso de un orador que cualquier algoritmo bien afiatado.

Y así como hubo alguna decepción circunstancial, también hubo un par de sorpresas extraordinarias, Entre estos tapados figuró la expositora número 33 (con la ausencia de último momento de dos oradores a ella le tocaria ser la penúltima) una directora de colegio secundario que arrancaría aplausos y empatía a granel, y que se convertiría a mi gusto en una de las mejores expositoras del evento. ¿Cómo y qué ocurrió?

El fin de Rediseñar 2010. Viva eGutenberg!

Fue una cursada atípica, como casi todo lo que hacemos, pero en este caso mas aun por el paro que debilito el funcionamiento de la facultad durante 44 días, que llevo a prolongar las clases casi un mes, que anulo el turno de exámenes de diciembre y que en general genero un clima de caos y desasosiego de que la mayoría de las cátedras aun no logro reponerse.

A menos que supongamos que esta forma de operar es la norma. Que en realidad la facultad esta siempre de aro. Que el orden como se lo concibe en otro lados aquí no cuenta y que estar en el borde, en los márgenes, reinventandonos cada semanas mas que una opción es el ADN de la que estamos hechos en estas pampas.

Nosotros supusimos que no debíamos parar porque hacerlo seria perder el momentum. Dimos clases en condiciones inverosímiles, no perdimos un solo teórico, hasta usamos el del día de la primavera para juntarnos los casi 50 que somos y festejar sino el día del estudiante al menos el de los no-docentes.

El cuatrimestre siguió las huellas del anterior que nos había llenado de satisfacciones y alegrías. Porque en el habíamos ido mucho mas alla de El Proyecto Facebook (algunos éxitos pueden convertirse en pesados mandatos) al generar dispositivos de persuasión masiva.

Porque habíamos logrado capturar las ganas y la creatividad de un puñado de nuevos alumnos que tenían mucho para decir y hacer. Porque al haber perdido insumos claves como nuestra pata audiovisual tuvimos que recrearla ya no en una individualidad sino en el colectivo.

De la literatura como ocasión para el sentimiento a la literatura como ocasión para la interpretación

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«Nuestros instrumentos de escritura contribuyen a nuestro pensamiento» (Nietzsche)

Las amenazas fisiológicas de la conversiòn digital y el desconocimiento de la materialidad de la cultura.

Es un lugar común insistir que el advenimiento de la religión digital está causando las mismas zozobras, utilizando mecanismos similares, y generando polémicas y discusiones muy semejantes, a las que la humanidad ha vivido en ocasiones anteriores. Ya sea cuando se inventó la imprenta, o mucho mas lejano en el tiempo, cuando se diseñaron los primeros alfabetos, y la oralidad fue sustituida por la viralización de la escritura, en particular a través de la construcción de su versión alfabética.

Nosotros mismos lo hemos repetido en innumerables ocasiones por lo cual conviene ir en otras direcciones de trabajo mas ricas que las letanias o constataciones. Es lo que ha hecho Karin Littau en Teorías de la Lectura. Libros, cuerpos y bibliomanía (Manantial, 2008) en una obra mas que valiosa que investigaremos en estos vuelos por sobre el continente americano, un lugar idea para trabajar en esta Biblioteca en el Aire que es la combinacion de una iPad, cuya batería para escribir puede durar indefinidamente, y un par de libros que aportan mucho para seguir profundizando en los infintios vericuetos que supone tomarnos en serio a El paréntesis de Guteberg.

Uno de los aspectos mas interesantes de estas investigaciones cruzadas es que ambos (los apólogos del libro, los apólogos de la computadora) pasan por alto un hecho crucial, a saber el carácter material de los contenidos empaquetados en distintos formatos. Porque un libro (y una pantalla) no son uno sino que siempre son (al menos) dos: un artefacto manufacturado y un transmisor de significado. Esta disociación entre ambas funciones es bastante reciente, no tiene mas de un siglo. Al haberse producido en forma oculta y poco reconocida, esconde el principal motivo por el no cual no podemos pensar, ni realizar una transición remedial del papel a la pantalla, y terminamos invariablemente enredados siempre en discusiones estériles, simplistas y básicamente reduccionistas.

También este proceso es el principal responsable de haber liquidado definitivamente al carácter revulsivo de la oralidad habiends sancioando al mundo analìtico como al privilegio supremo de la razòn y la argumentación.