Una cosa es la foto y otra la pelicula. A pesar de todo el parloteo que Apple viene ganando desde el 2007 con la introducción…
Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás
Una cosa es la foto y otra la pelicula. A pesar de todo el parloteo que Apple viene ganando desde el 2007 con la introducción…
En lo que seguramente será una carrera infinita por demostrar la indispensabilidad del genero, la posibilidad de financiarlo, la alternativa de reinventarse para no morir, los comienzos del año 2011 han sido pletóricos de gestos e iniciativas para mostrar la vitalidad del periodismo en formatos compatibles con las formas tecnológicas de vida. A principios de febrero de 2011 vio la luz el esperado proyecto The Daily una apuesta conjunta de Steve Jobs y de Rudolph Murdoch.
Con una redacción ad hoc de 100 periodistas profesionales, con una inversión inicial de 30 millones de dólares (y 26 millones anuales para mantenerlo) la aparición de The Daily esta generando mucho ruido pero pocas nueces. Basado en un filtrado autoral, con la extraña noción para el mundo digital de un coagulado de noticias mañaneras, una aplicación única para el iPad (habiendo hoy unas 17 millones de tabletas en total, 15M de iPads y 2M de Galaxy Samsung) y competidores en formatos muchos mas ricos (por su actualización permanente, y la posibilidad de menúes a la carta como el es el caso de Flipboard), queda por verse si The Daily es una buen intento o una frustración inevitable en el camino evolutivo que siempre supone extinciones masivas de innovaciones fallidas.
Hace ya casi dos décadas que el término Coolhunting se aplica a un nuevo grupo de profesionales del marketing denominados coolhunters. Su tarea era detectar mediante observaciones y predicciones cambios en las tendencias culturales. La palabra derivada de la estética del «cool» (palabra talismán de Beavis & Butthead) tiene antecedentes en la forma de trabajo de Nancy White en Harper’s Bazaar 1958–1971).
Aunque los coolhunters operan básicamente a nivel de la moda de la calle y el diseño su trabajo se confunde a veces con el de futuristas como Faith Popcorn The Popcorn Report, que saco un par de libros en la colección Futuro que dirigimos en el 2000 en Granica.
Trabajo antropológico amateur hace una década hoy es el pan de cada dia de muchos wbeloggers, especialmente en las áreas tecnológicas (ejemplos ad hoc son Uberbin de Mariano Amartino, o Alt 1040 de Eduardo Arcos)
Dentro de un mes empezaré mis periplos anuales por el mundo incluyendo el viejo mundo. Invitado nuevamente por mi quertido amigo Jesús Martínez Marín, Responsable de Nous Programes Formatius del Centre d’Estudis Jurídics i Formació Especialitzada, del Departament de Justícia de la Generalitat de Cataluña -y compartiendo nuevamente cartel con Dolors Reig se nos pidió algo un poco distinto, y aprovechando la publicación hace pocos días de la pregunta Edge del año 2011, aquí va al primer barrunto de lo que espero desarrollar allí con sonido, imagen y mucho pirirpipi.
Porque cada año la revista virtual Edge.com liderada por John Brockman inventa una pregunta genial y apuesta a que gente idem la conteste.
Este año ha hecho probablemente la mejor desde que existe preguntando -a partir del brillante psicólogo de Harvard Steven Pinker-a mas de un centenar y medio de científicos de renombre mundial qué concepto científico a su entender mejoraría la capacidad de pensar de cualquier ser humano.
Cada día esperamos mas de la tecnología y menos de las personas
Los árboles tapan cada vez mas al bosque. No me pregunten cómo lo logran, porque me cuesta cada vez entenderlo mas. Pero el fenómeno se ha convertido en un commodity y no hay día que pase, Twit que nos llegue, comentario que aparezca en un diario de divulgación general o en revistas especializadas, ya sea on- u off-line que no se refiera a este incómodo hecho.
Queda claro que por motivos indecibles cada día esperamos mas de la tecnología y menos de la gente -como fabulosamente bien subtituló Sherry Turkle a su último libro Alone Together (que de paso le hace mas que buen eco al famoso Bowling alone. The Collapse and Revival of American Community de Robert Putnam).
No es menos cierto que cada vez -especialmente en el campo escolar- apostamos mucho mas al software y al hardware que a los átomos de carbono que forman esa entidad denominada docente.
Queda claro que a medida que las mediciones muestran resultados cada vez mas endebles y lamentables en el aprendizaje formalizado y repetitivo, a mas de uno se le aparece como inevitable la necesidad de reemplazar a los docentes-dicentes por robots de un tipo que aún no existe. Pero que de hacerlo se parecerían cada vez mas a Sócrates, y cada vez menos a mi profesor de historia del secundario, (mío o vuestro poco importa la diferencia, aunque yo me acuerdo muy bien del mío y no se lo recomiendo a nadie).
Hay aquí tantas cuestiones entreveradas que no sabemos por donde empezar a tirar de la piola, especulando con que en vez de perdernos mas en el laberinto, llegaremos por fin a algún Minotauro, y que encima en vez de matarlo de lo que se trataría es de acariciarlo y domesticarlo.
Redefiniendo lo que es un Lab
Hace rato que me preguntaba donde estaban los Labs. Digo esas instituciones parecidos al Media Lab Prado de Madrid. Porque seguramente debía haber otros, además de los que pertenecen a esa red, y que se reunieron en septiembre en un trabajo colaborativo del que participó Carolina Gruffat.
Y como bien dice Juan Freire lo menos importante en el Media Lab Prado son las tecnologías. Por lo que lo que estábamos buscando no era una actualización trasnochada del Media Lab del MIT un cuarto de siglo mas tarde (por suerte para ellos al final en el 2009 inauguraron su segundo y renovado edificio), sino la propuesta de un espacio abierto y colaborativo.
E inesperadamente como siempre sucede cuando se encuentra lo que no se busca, me tope en un Barnes&Noble de Dallas con el libro de David Edwards The Lab Creativity and Culture (2010), que cuenta la historia de una seguidilla de laboratorios inspirados en parte en la Bauhaus y en parte en Google, Ideo, Ars Electronica Futurelabs y el ya citado Media Lab del MIT.
Curando un evento impar
Cuando junto a Carolina Gruffat imaginamos como curar el evento El Paréntesis de Gutenberg en el CCGSM todo estaba abierto a las posibilidades mas diversas, pero también al fracaso mas estentóreo: ¿cuántas mesas habría?, ¿qué tipo de exposición primaría?, ¿cuál sería la duración de las charlas? y sobretodo ¿cómo se concretaría la articulación y la selección de los invitados?
Porque varios vendrían por compromisos previos, otros habían sido solicitados por alguna institución sponsor, a la mayoría los conocíamos de vidas pasadas, pero a algunos tuvimos que googlearlos. Queríamos combinar algunos consagrados con otros noveles, queríamos darle el mismo espacio a la práctica y a la teoría, queríamos tener intervenciones cortas y vibrantes, sin por ello perder densidad y relevancia.
Como siempre sucede nuestras intuiciones y expectativas se cumplieron en algunos casos y fallaron en otros. Cada persona es un mundo, cada mañana anuncia nubarrones o días felices sin anticipación posible, así que la lotería es mejor predictor del éxito fracaso de un orador que cualquier algoritmo bien afiatado.
Y así como hubo alguna decepción circunstancial, también hubo un par de sorpresas extraordinarias, Entre estos tapados figuró la expositora número 33 (con la ausencia de último momento de dos oradores a ella le tocaria ser la penúltima) una directora de colegio secundario que arrancaría aplausos y empatía a granel, y que se convertiría a mi gusto en una de las mejores expositoras del evento. ¿Cómo y qué ocurrió?
Fue una cursada atípica, como casi todo lo que hacemos, pero en este caso mas aun por el paro que debilito el funcionamiento de la facultad durante 44 días, que llevo a prolongar las clases casi un mes, que anulo el turno de exámenes de diciembre y que en general genero un clima de caos y desasosiego de que la mayoría de las cátedras aun no logro reponerse.
A menos que supongamos que esta forma de operar es la norma. Que en realidad la facultad esta siempre de aro. Que el orden como se lo concibe en otro lados aquí no cuenta y que estar en el borde, en los márgenes, reinventandonos cada semanas mas que una opción es el ADN de la que estamos hechos en estas pampas.
Nosotros supusimos que no debíamos parar porque hacerlo seria perder el momentum. Dimos clases en condiciones inverosímiles, no perdimos un solo teórico, hasta usamos el del día de la primavera para juntarnos los casi 50 que somos y festejar sino el día del estudiante al menos el de los no-docentes.
El cuatrimestre siguió las huellas del anterior que nos había llenado de satisfacciones y alegrías. Porque en el habíamos ido mucho mas alla de El Proyecto Facebook (algunos éxitos pueden convertirse en pesados mandatos) al generar dispositivos de persuasión masiva.
Porque habíamos logrado capturar las ganas y la creatividad de un puñado de nuevos alumnos que tenían mucho para decir y hacer. Porque al haber perdido insumos claves como nuestra pata audiovisual tuvimos que recrearla ya no en una individualidad sino en el colectivo.
Paisajes laborales mas que inciertos
El paisaje laboral del futuro está siendo diseñado por la web 2.0 y por la generación M, los que nacieron entre 1980/90: los hiperconectados. ¿Será posible utilizar las tecnologías que se usan para el marketing directo y el diseño de prosumidores fuera de la empresa, para reinventar las organizaciones por dentro? Para lograrlo conviene desbrozar que será el ecosistema del aprendizaje social, un mediador indispensable en esta transición de organizaciones 1.0 a 2.0, que busca la conflictiva reconciliación alfabetogeneracional indispensable para las organizaciones del futuro que no quieran quedarse en el camino.
Se trata de empresas en las que convivirán entre 4 y 5 generaciones, y donde los objetivos de los mileniales difieren ampliamente de los objetivos, valores y expectativas de quienes hoy tienen el sarten por el mango y el mango tambien. Así veremos aparecer promovidos concursos de reclutamiento en Youtube, cada vez se pulsarán mas las cuerdas de Twitter para identificar candidatos prospectivos y nos sumergiremos crecientemente en los videojuegos para detectar habilidades y deseos.
Como todo listado el que encontramos bautizado como The workplace engagement 2020 Model en la obra de Jeanne Meister & Karie Willeyard The 2020 Workplace. How Innovative Companies Attract, Develop, and Keep Tomorrow’s Employees Today es tan arbitrario como cualquier otro, pero mas alla de las fuentes y el procesamiento de la información, lo que estos autores comentan sirve como puntapié inicial para imaginar como diseñar el futuro de los modelos mentales de los mileniales. esa generació que invadirá masivamente la fuerza de trabajo dentro de 10 años, y que sobre la base de un acuerdo con las generaciones precedentes ya hoy empiezan a descontar el futuro de una manera notablemente distinta a como lo hicimos nosotros y las generaciones intermedias que nos separan de ellos. Hacièndolo todo muy difícil. Para nosotros peor tambièn para ellos