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Categoría: Lenguajes

El Flashback de los arrepentidos. Lost y el pensamiento con imágenes

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1. Ver Televisión como se nos canta a nosotros y no como quieren los canales

Que bueno que en la era del rip, mix & burn haya tantas maneras distintas de ver Televisiòn. Que suerte que las majors, tratando de escaparle a la huelga de ojos caídos de los espectadores tradicionales, publiquen las series completas apenas terminada la última temporada, permitiendo de este modo la glotonería de ver 24 capítulos (una temporada completa) en 2 o 3 días. Cuando la limosna es tan grande, a veces da para aprovechar.

Mi enamoramiento de las series de la segunda e´pioca dorada de la TV es bien tardío. Descubrí 24 haciendo zapping recién en la cuarta temporada. Ví Los Sopranos a los saltos y entrecortadamente a voluntad del programador, y asi me pasó con la mayoria de las series, hasta que decidí que la mejor forma de verlas era programándolas yo mismo, y ahí me tragué varias temporadas seguidas de 24, para descubrir (¿cuando no?) que las primeras siempre eran mejores que las últimas (la séptima realmente es mala mala).

Topándonos con excéntricos que bien valen la pena. Joseph Beuys recaló en Santiago de Compostela ¿A pesar suyo?

Túneles del tiempo

Les tomamos el pelo a los alumnos porque confunden la fecha de nacimiento de Galileo con la de Karl Popper, pero nos sacan de nuestro estanque pequeño pequeño, y estamos tan perdidos como turcos en la neblina. Esta asincronía nos pasa a todos, por mas leídos, hablados o cultos que nos creamos. Porque después de pasearme por los tres pisos de La Sede Fundación Caixa Galicia de Santiago de Compostela, lo que mas me irritaba era no saber si el artista al que le estaba rindiendo pleitesía estaba vivo o no.

Y si me hubiesen apurado hubiese apostado un montón a que si. Y hubiese perdido por goleada porque el sujeto de marras hacía 22 años que había dejado este plano y yo, tan informado como creo estarlo en tantas cosas, no tenía la menor idea, aunque claro bastó con consultar la Wikipedia para poner las cosas en su lugar.

El personaje en cuestión es Joseph Beuys, un artista conceptual cuya trayectoria artística incluye el activismo, la filosofía y el espíritu de transformación. La obra que está siendo expuesta en Santiago es ³Joseph Beuys. Múltiples² y consiste en objetos, fotografías, grabados y films editados en serie, es decir sus múltiples, evidenciando su pensamiento social y político y su actividad creadora.

El desafío de reinventarse(nos) docentes. Segunda y última Parte

Ideas vs emociones, un falso dilema

Resulta simplificador al máximo insistir en que la generación de los jóvenes en vez de manejarse por las ideas se maneja por las emociones, mientras que los adultos (que alguna vez fuimos jóvenes) lo haríamos solo por las ideas. Como la neurobiología (la obra de Antonio Damasio debería ser estudiada con no menor ahínco que la de Humberto Maturana) lo ha demostrado hace mucho, nadie se mueve por las ideas. A lo sumo algunas personas se mueven gracias a su pasión por algunas ideas.

Todos nos movemos por las emociones, algunas mas primarias, otras mas elaboradas, algunas en estado primigenio y violento, otras tamizadas por la intervención de la corteza cerebral.

Si la publicidad entiende al receptor mucho mejor que la educación es porque entiende mucho mejor al mundo emocional en el que el receptor vive como pez en el agua. Aunque escribió sobre el tema hace 4 décadas, y cuando lo hizo fue para criticar de un modo demoledor al sistema de producción de mercancías, Baudrillard entendió bastante bien al sistema de los objetos.

Los bárbaros de Google. Educando con sentido a la Generación Einstein. Primera Parte

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De un orden cognitivo a otro

Hace un par de de décadas, sino mas, que estamos viendo disolverse un orden cognitivo y emerger pari passu otro. Las raíces están en los 60 y en los 70 como décadas prodigiosas que fueron. Las combinatorias y la ruleta evolutiva (y en este caso histórica) jugaron lo suyo. No son pensables disrupciones mentales sin disrupciones sociales, no hace falta sentir de nuevo si ya lo estábamos haciendo antes intensamente.

Pero siempre faltaba algo para que no se notara el hilo de la costura cuando de pensar esta dinámica hipercompleja entre cultura/tecnología se trata. Porque no conseguimos proyectar una mirada estereoscópica y sobretodo anamórfica sobre una realidad que solo puede verse en esas extrañas dimensiones recurriendo a una pulsión conceptual que en general brilla por su ausencia.

Cara a cara con el desafío docente. El encuentro virtual/presencial en Santander. Escribir/enseñar en colores y leer/ser leído en blanco & negro

Cuando Heráclito y Parménides tenían los dos razón.

El eterno dilema del autor es como combinar su narcisismo y deseo, que lo/nos lleva a querer reinventar(se) permanentemente, para ser idéntico a si mismo en el flujo y las transformaciones. Porque en la eterna guerra entre Heráclito y Parménides al final, como era previsible, ambos tenían razón. Al mismo tiempo, en el mismo rincón de la mente, en el mismo repliegue del corazón.

Nadie se baña dos veces en el mismo río (mientras queden ríos), porque las moléculas tanto propias como ajenas están siempre en constante mutación, pero al mismo tiempo «el ser es y el no ser no es», y eso mientras estamos vivos y a lo mejor después también.

Basta de maniqueísmos y basta de reduccionismos. Lo proclamaba indignado Martín Varsavsky hace poco, y no hay momento u ocasión que no nos obligue a hacer lo mismo a nosotros. En su polémico observatorio acerca de la sociedad y de si mismo en que se ha convertido su weblog, Varsavsky decía no entender porque él escribía en colores y sus lectores (algunos lectores especialmente los argentinos) insistían en leerlo en Blanco y Negro.

De «Wittgenstein flies a kite», a «The Craftsman» de Richard Senett

«Idas y vueltas en nuestras errancias librescas

Con un libro reciente me pasó lo mismo que me pasó en su momento con History of The Pencil. A story of design and circumstance de Henry Petrovski. En viajes sucesivos, que en ese tiempo tomaban intervalos de a lo mejor de un año, lo ví en los anaqueles, lo hojeé un par de oportunidades, y aun así no me lo traje en las faltriqueras que solo admiten una decena por viaje.

Esta vez se trata de Wittgenstein Flies a Kite: A Story of Models of Wings and Models of the World de Susan Sterrett, que en el curso de dos meses ya pasó dos veces por mis manos, en ambos casos a un precio mas que reducido, y que aun así me pareció tan exótico (pero al mismo tiempo tan tentador), que di vueltas y vueltas y otra vez lo dejé reposar en los anaqueles.

Estatuas vivientes

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Una vieja y sana costumbre

Siempre me llamaron la atención. Desde hace añares. Aunque las ví en distintos lugares, donde seguramente mas me encantaron fue en la Recoleta de Buenos Aires. No eran demasiado sofisticadas y cada tanto esperaba que quienes las encarnaban, se equivocaran o movieran o mostraran algún signo de cansancio. Pero no creo haberlo logrado.

Como tantas cosas que empañan o engalanan la experiencia urbana, después de verlas tanto no les prestamos mayor atención. Igual siempre les tuve admiración y envidia. Por su manejo del cuerpo. Por su ejercicio de la paciencia. Por su capacidad de detener al tiempo y de fijar la atención en un espacio móvil atiborrado de sensaciones superfluas y de estímulos vacíos.

Las Escuelas single-sex ¿promueven o esterilizan la diversidad aúlica?

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¿Anacronismos organizacionales?

Venía silbando bajito tratando de autojustificarme porque la monarquía tenía algún uso, fungía como cemento social, permitía procesar algunas diferencias, y en definitiva el cuerpo de un rey devaluado y demasiado secularizado aun podía cumplir alguna función pacificadora. Y pensé ipso facto en la reina Isabel en Inglaterra y en el rey Juan Carlos Borbon en España. Y claro la pátina de lo retrógrado enseguida tiñe cualquier reflexión alrededor de la monarquía. Por eso pare la mano tallador! Si nos tomamos en serio las ideas de Salvador Paniker acerca de lo retroprogresivo deberíamos ser mas cuidadosos con esta división sin resto nuevo/viejo.

Porque no necesariamente es cierto que la monarquía sea lo viejo malo, ni que los presidencialismos cesarísticos latinoamericanos sean lo bueno nuevo. Tampoco es cierto que todos los resultado presentes negativos deben ser inevitablemente atribuidos a la novedad, y que por ende debamos inevitablemente volver a algún formato mas antiguo, menos democrático o mas clásico ya que eso solucionaría mágicamente la disfuncionalidad actual.

Cuando la semántica es política, pero también un inasible algo mas

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Palabras, poder, suspicacia

Hace añares Lewis Carroll nos lo enseñó con una claridad meridiana. Fue cuando inventó este diálogo imborrable en Alicia en el País de las Maravillas

—“Cuando yo empleo una palabra —insistió Humpty Dumpty en tono desdeñoso—- significa lo que yo quiero que signifique. Ni más, ni menos.

—La cuestión está en saber —repuso Alicia— si usted puede conseguir que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

La cuestión está en saber —replicó Humpty Dumpty— quién manda aquí. Eso es todo”.

Si esta cita desde que la redescubrió Paul Watzlawick se ha empleado en innumerables oportunidades, mostrando una lozanía y un valor heurístico casi superior al esgrimido por el propio Carroll, frente a ciertos usos pragmáticos del lenguaje redespertarla mas que una oportunidad es un mandato.

Si no hablamos de los nativos digitales, ¿de quiénes estamos hablando?

add-shirt.pngParadigmas y nativos digitales

Cuando Thomas S. Kuhn, después de muchos papers preparatorios y atisbos de usos posibles, lanzó al mundo la noción de paradigma (científico) una bola se echo a rodar, y el meme tuvo tal éxito que a los pocos años se convirtió en un genérico lingüístico. Pero que una idea o una frase bien lograda atice controversias, genere una heurística y abra un campo de extensión conceptual donde antes no había nada no siempre es indicador de buenas prácticas.

No habían pasado tres años desde la publicación de la primera edición del libro seminal de Kuhn La estructura de las revoluciones científicas para que una comentarista (Margaret Masterman) no tuviera mejor idea que diseccionar los usos del término encontrándose con el sorprendente resultado de que en la propia obra maestra de Kuhn el término había sido utilizado en mas de 25 sentidos diferentes.