La historia se repite. Muchas veces con tenues variaciones. Pero ese leve desplazamiento nos encuentra tan cambiados, o nos pega tan biseladamente que lo mismo es tan distinto.
Podemos ir tantas veces a un mismo lugar. Veraniego tal vez. Alguna buena excusa laboral. Obligaciones quizás. Un seminario que hay que dictar o tomar dos veces en una misma ciudad. Varias veces a lo largo de un tiempo sincopadamente, como los rituales académicos exigen.
O quizás puede tratarse de un libro o autor con el que venimos conversando desde antaño, pero que por algún motivo insondable de pronto suena distinto, parece como que lo hubiésemos leído por primera vez, o por enésima vez, y aun así algo diferente, misterioso y quizás provocativo nos regala.