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Categoría: Lexias

El Maestro Ignorante existe e insiste

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Podemos leer a los mil teóricos de la post- o eco-escuela, empezando con los clásicos de la escuela nueva, la escuela activa, la nueva educación, la educación nueva y otras, todas derivadas de la pedagogía progresista, y nuestras prácticas en la escuela no cambiarán un ápice.

El concepto genérico de «escuela nueva» tuvo múltiples versiones en instituciones educativas concretas, con orientaciones ideológicas muy dispares, desde el «Mouvement de l’École moderne» o Escuela Moderna de Freinet, o la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de los Ríos (de carácter liberal-progresista, identificada intelectualmente con el krausismo), hasta los proyectos de Francisco Ferrer y Guardia (de base libertaria -pedagogía en el anarquismo-), Maria Montessori, Alexander Sutherland Neill, y un largo y diverso etcétera.

Cogitamus ergo sumus

Cuando todo es ciencia y técnica (o política) nada lo es.

Ya lo decía Althusser hace medio siglo atrás de su gemela desconocida: cuando todo es política nada es política. Pero cuando nada es ciencia y técnica y nada es política es cuando se vuelve imposible entender ¿dónde vivimos? (¿de qué lado de la grieta estamos en los relatos mutuamente descalificadores que florecen por doquier?), ¿porqué el mundo ha tomado la extraña figura contradictoria (nunca hubo mayor riqueza, nunca estuvo peor distribuida) que le conocemos hoy?, ¿porqué justo cuando se proclamó a los cuatro vientos el fin de la historia, de las ideologías, de los nacionalismos, de los irracionalismos y de las injusticias, las vemos aflorar con mas fuerza que nunca, aunque quizás con menor perdfids de vdia shumanas que antaño como insiste Steven Pinker?

La mayoría de los humanos nos parecemos a la pobre rana en la cacerola hirviendo tan lentamente que no nos damos cuenta de que nos están (estamos) cocinando. Proclamamos indistintamente la autonomía de las ciencias (como factor explicativo), o nos resignamos pragmáticamente a que la política (o la ideología), justifiquen cualquier fenómeno por mas absurdo que sea -y los hay cada vez mas Trump mediante-, sin poder identificar con claridad como se articulan la ciencia y la polìtica en un mundo turbulento e incierto.

Si 10 libros no alcanzan vayamos por otros 10 mas.

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En un listado publicado hace un par de semanas atrás
Los libros del 2017 que nos sirvieron para pensar/actuar, detallamos unos cuantos detonadores meméticos sin cuya existencia al final del 2017 pensaríamos, menos, un poco peor y sin capacidad de tomar decisiones un tanto mas fundamentadas, como creemos que lo estamos haciendo gracias a su ayuda, y a la infinitas lecturas anteriores acumuladas a lo largo de mas de medio siglo.

Pero encapsular la cantidad de decenas o centenares de lecturas de un año en 20 títulos es un poco mezquino, y aunque nuestra inmensa biblioteca sigue aun escondida vergonzosamente en cajas, algunos estantes que pudimos pisperar nos guiñan los ojos y se sintieron un poco ofendidos de haber perdido sitial en este weblog.

Los libros del 2017 que nos sirvieron para pensar/actuar

Cada fin de año es una una buena oportunidad para diarios y revistas, para portales y sistematizadores de contenidos, para generadores de listados de libros, discos, películas, restaurantes y conciertos y hasta destinos turísticos, mas importantes de cada año. Todas las miradas se posan sobre aquellas especies culturales que merecen nuestra atención y apoyo. Los que se han convertido en referentes ineludibles de nuestras preferencias y atención.

Hay portafolios de una exquisitez sin fin, por la calidad de las recomendaciones, por la forma que permiten navegar la información, por las referencias cruzadas con las que se atreven como hace Best Books of 2017: NPR

Para lectores de papel empedernidos como nosotros son obvias las recomendaciones que pueden hacernos el suplemento Babelia de El Pais o la revista Ñ de la Argentina

Ultimo día de 2016.

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Fue un último día del año, como los otros 67 que hemos pasado en distintas latitudes del mundo, generalmente en Argentina, aún cuando estuviéramos viviendo en otros países con solo dos excepciones recentísimas. Diciembre de 2014 y Diciembre de 2015. El primero por un motivo evidente. Recién habíamos llegado a México, después de una experiencia no demasiado feliz en Bogotá de un año, y habíamos descubierto una bellísima, amplia y acogedora casa en Paseo de la Reforma casi en su cruce con Constituyentes, en los Bosques de Chapultepec.

Después de casi tres meses de vivir provisoriamente en la colonia Hipódromo, con un jardín despampanante, dentro de una casa no demasiado funcional, nos mudábamos a una zona privilegiada, mucho mas cerca de la escuela Maguen David, a pocos minutos de Santa Fé, combinando piscina, follaje, pastoreo para Wiki y muchas expectativas de reinvención personales y profesionales.

Twitter como subtitulado de la realidad

Temario

1. Los tiempos están cambiando
2. La cultura digital se dice de muchos modos
3. Los wicked y thorny problemas del presente
4. Y la educación ¿qué, cómo, dónde?

Los tiempos vienen cambiando desde 1960 o mucho antes. El mundo se divide en dos cerca de 1970. En ese entonces vivíamos 4.000 millones de almas en el planeta, hoy 46 años mas tarde ya orillamos los 7.400. Bob Dylan, con su reciente Premio Nobel, encarna de muchos modos esos vientos de cambio.

La cultura digital acelera el transformismo universal, pero no es el origen ni la causa primera de sus infinitas reverberaciones. Son numerosas las causas concomitantes que rompen cualquier espejismo de linealidd y nos insta a sumergirnos en el torbellino de una causalidad reciproca enmarañada.

Vivimos atravesados por problemas malditos, espinosos, tramposos, inasibles. Y aun así tenemos que decidir y apostar, cada vez con mayor frecuencia, cada vez con menos seguridad de acertar.

Mientras la educación forma parte de estos entramados y transfondos infernales. Las subjetividades mutan, la falta de sincronía entre adultos y jóvenes se amplifica. Pregonamos la diversidad, pero no sabemos como gestionarla, nos maravilla la complejidad pero también nos asusta y nos cohibe. Bienvenidos al mundo de la duda sintomática, los saberes difuminados, y la reinvención de las instituciones de aprendizaje.

1. Los tiempos están cambiando

Bob Dylan The Times They Are A Changin’ 1964

Fugaz recorrida por algunos memes españoles, versión verano de 2015

La conferencia performativa como una forma crítica.. Manuel Olveira. Parte VIII, VIII Curso de introducción al arte.. from musacmuseo on Vimeo.

Fue una semana vertiginosa, de ir y venir sin parar, de viajes, cenas, reuniones, encuentros, visitas, libros y mas libros. De museos y charlas, de discusiones y lecturas, de poca Internet pero sobretodo de inmersión permanente en proyectos, en discusiones, en perspectivas a futuro, y fue también tiempo de hacer balances, de revisar lo hecho en estos últimos meses, de sopesar los proyectos en carpeta, de alegrarnos por algunos logros y de sospechar de las dificultades por avanzar en otros (aquí nuestras primeras impresiones del 10mo TVMorfosis).

El contraste entre Europa y América crece irremediablemente, A pesar de la crisis ya crónica, a pesar de las quejas de los europeos porque sus países y su continente ya no son lo que supieron ser, a pesar de la incertidumbre (no tanto acerca de lo que harán sino de lo que no harán) que generan las figuras de Manuela Carmela y de Ada Colau como futuras alcaldesas de Madrid y Barcelona, mas allá de las decepciones de ofertas de calidad pedagógica y de investigación muy alta que naufragan ante la falta de apoyo y de audiencias, lo que tienen, lo que han logrado, lo que conservan y lo que vemos en cada viaje apabulla,

Ciencia abierta y mentes cerradas en la era de las desintermediación desenfrenada

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En el mundo hay mucha gente que piensa y hace de lo mejor. Antes identificarlos era mucho mas difícil porque vivíamos en un mundo de escasez, de bajo acceso, de nichos incomunicados. Hoy gracias al poder desintermediador de Internet estas murallas (como las de Loudun) empiezan a derribarse, y de pronto es posible entablar conversaciones y fomentar encuentros de alto voltaje intelectual, aunque vivamos a miles de km de distancia, o cuando nuestros antecedentes de encuentros físicos hayan sido mínimos. Despues de haber departido con Joaquín Rodríguez y Antonio Lafuente en algunas ocasiones, habiendo leído La Nueva Ciudad de Dios. Un Juego Cibercultural Sobre el Tecno-Hermetismo con coautoria de Andoni Alonso, estos tres quijotes de lo abierto me pidieron un prólogo para su próxima obra a ser publicada en Cátedra bajo el titulo “Todos sabios! Ciencias ciudadana y conocimiento expandido”. Mas alla de mi vagancia crónica y de lo cómodo que es leer en vez de escribir, ante su insistencia no me quedó sino complacerlos y he aquí lo que su excelente obra despertó como eco ligeramente desfasado. Gracias amigos

Dar la vida por lo abierto

Enero de 2013 nos despertó con una noticia que jamás habríamos querido encontrar como titular de algún medio y mucho menos ver devenido en un hashtag muy concurrido en la red. Un joven de 26 años se suicidaba, no por motivos amorosos o por algún desengaño político, sino por haber sido amenazado por una fiscal federal de USA con penas de 30 años de cárcel y 1 millón de dólares de multa por haberse animado a regalarle al mundo una base de datos conteniendo 4 millones de artículos científicos.

El juicio que debería haberse celebrado a principios de abril del 2013 lo ponía entre las cuerdas, no por haber intentado (y logrado) hacerse de números de tarjetas de crédito, no por haber usufructuado información confidencial en provecho propio o de terceros, no por haber descollado en el comercio algorítmico, no por haber ganado un sólo centavo con sus habilidades magistrales habiendo convertido al código computacional en un arte. Sino porque usufructuando clandestinamente la red del MIT y sus credenciales -el que era un alumno de lujo de Harvard- logró acceder a la base de datos de JSTOR (archivos académicos) y descargar 4 millones de archivos sin siquiera ocultar su identidad. Al punto de que en cuanto se descubrió que había enchufado una portátil a la red y que era suya, entregó los discos y JSTOR quiso que todo terminara -no asi el gobierno de USA y el propio MIT.

El suicida se llamaba Aaron Swartz y fue uno de los activistas de Internet que hicieron de la libertad de expresión y de la internet abierta una de sus banderas; fue parte gigante del freno a SOPA/PIPA, y como hacker había colaborado en la especificación RSS a los 14 años y hasta cofundado REDDIT en 2010 .

Como bien dijo Cory Doctorow en una de las innumerables obituarios que sacudieron a la red: “Para el mundo: todos perdimos hoy a alguien que tenía más trabajo por hacer, y que hizo del mundo un lugar mejor cuando hizo su trabajo.”

Este infortunado suicidio de Swartz está mas que ligado a la tesis de Antonio Lafuente/Andoni Alonso/Joaquín Rodríguez acerca de que ser sabios no es cosa de unos pocos. ¿Cómo es posible establecer este inesperado paralelismo?

Las «Digital Humanities» y como pensamos en la era de la análitica cultural

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Deviniendo posthumanos y mas aun

Conocí a Katherine Hayles en un evento organizado por la Media Ecology Association en México en el 2007. Habia leído un par de sus libros como Chaos and Order: Complex Dynamics in Literature and Science. (ed.), (Chicago: The University of Chicago Press, 1991) y How We Became Posthuman: Virtual Bodies in Cybernetics, Literature and Informatics, (Chicago: The University of Chicago Press, 1999.

Mientras tanto eHayles había escrito un conjunto de ensayos sobre la intersección entre tecnología y cultura, y mas precisamente de la interacción entre narrativa y tecnología sumamente destacables tales como Nanoculture: Implications of the New Technoscience (ed.), 2004 y Writing Machines (Cambridge: The MIT Press, 2002).

Como la mujer, que ya pisa los 70 años, no descansa nunca, año a año fue profundizando en estas intersecciones desde la veta autobiográfica como en My Mother Was a Computer: Digital Subjects and Literary Texts (Chicago: The University of Chicago Press, 2005), metiéndose de lleno en la literatura digital como en Electronic Literature: New Horizons for the Literary, (South Bend: University of Notre Dame Press, 2008), para finalmente publicar este año un impresionante conjunto de ensayos y reflexiones concentradas en una pregunta que se hiciera Vannevar Bush hace cerca de 80 años en How we may think , con la diferencia de que ella no especula tanto acerca de como será el futuro sino que en How We Think: Digital Media and Contemporary Technogenesis (Chicago: The University of Chicago Press, 2012). trabaja con un detalle y una profundidad pocas veces vista antes, como escribimos, pensamos, investigamos, nos comunicamos, nos conectamos, etc en el entorno digital.

Ah si, es una persona de muy bajo perfil, encantadora, muy profunda en sus comentarios y observaciones, muy abierta al diálogo y contrariamente a lo que podría surgir de su apuesta por lo cyborg, lo posthumano y lo hiperdigital, tiene una fina sensibilidad hacia la cultura clásica, está empapada de las problemáticas centrales de la cultura humanista, y aunque defiende a rajatabla el nuevo paradigma digital, ello no implica para nada que desconfíe o esté dispuesta a sacrificar miles de años de cultura letrada, de sesudas reflexiones o de análisis mas que profundos acerca de la naturaleza humana, su cultura, su tecnología y aledaños a manos del tsunami eidético o la lectura fragmentaria y superficial.

Pisando las calles de Tunez nuevamente, o casi Segunda Parte

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Point of no return

Cada tanto una palabra o concepto aprendido literalmente hace decenios se agolpa en el frente de la memoria e insiste en sacarle ventaja a los miles o millones de otrose que pululan en la ecologia neuronal. Esta vez se trata de la expresión «point of no return» que me dejó su imprint a los 16 o 17 años cuando lei No Highway una novela de Nevil Shute.

La novela era bastante pedorra pero el concepto me sigue acompañando casi medio siglo mas tarde, buen testimonio de que lo que queda no lo hace tanto por profundidad o relevancia, sino por algún misterioso acople entre emisión y recepción, que tendrá su lógica (contextual en cada caso) aunque la aristotélica o cartesiana no la comprenda.

En esa obra sumergida en el túnel del tiempo la expresión remitía al momento en que un avión había pasado la mitad del recorrido que lo separa del destino final, por lo que en caso de avería, error o fatiga del metal (esa era la clave en esta novela) quedaba mas cerca del destino que del origen, así que al agua pato.

En los congresos pasa lo mismo, hay un período de acumulación (un poco mas largo como en este caso de la reunión de UNRSCO sobre libertad de prensa, cuando literalmente no conocía a ninguno de los asistentes), y después de mediodía o de uno pasamos el punto de no retorno, nos hacemos amigos de circunstancia o conocidos mas o menos afectuosos, y de un mar de átomos nos convertimos en algunos subgrupos que comparten anécdotas, descubren amigos en común, retozamos acerca de temas y experiencias mas o menos compartidas, y de un santiamén ya somos un grupo y no ya un conjunto de entidades disjuntas.

Como era de esperar esto ocurrió en Túnez en esta Conferencia, y como comentaron todos los participantes esto es lo que queda como residuo cognitivo y afectivo en estos eventos, mas alla de las maratónicas sesiones, de los discursos efectistas, y de las proclamas y de las ganas mas o menos cumplidas de los convocantes y de los organizadores devenidos activistas de sus causas.