Nuestra biblioteca de papel (porque en la iPad ya nadan 1.000 títulos, casi todos posteriores a 2010) es inmensa. Y si bien no conserva los 127 mts lineales desperdigados en varios cuartos de otrora, ahora con sus mas de 100 metros alberga mas de 6.000 títulos (los sobrantes siguen aún en unas cajas que no terminamos de vaciar).
Luego de varios ejercicios en estos pares inusuales, estamos mucho mas perplejos que al principio. Porque originalmente, cuando imaginamos aparear dos libros, que intuitivamente o tradicionalmente a muchos les costaria ver su conexión, (aunque la pauta que conecta la anteponemos siempre nosotros, no los temas tratados, ni el estilo narrativo), nos dimos cuenta de que con pares no alcanzaba.
A lo mejor necesitaríamos trios inusuales. Pero tampoco lo de los tríos nos convence demasiado, ya que a lo mejor lo que para nosotros es inusual para otros es mas que usual.
Hoy cuando todos son memes, viralidad, hipercomentario, paradoja sin fin en tiempo real, creemos estar viviendo en una nueva era de la información. Abusando de la sentencia papal según la cual no estamos viviendo una época de cambios sino un cambio de época (¿que querrá decir eso?), unos cuantos apuestan al sueño leibniziano mediado por supercomputadoras.
Como todo el mundo miente (en las encuestas y en la vida real como bien invemntaría Seth Stephens-davidowitz en Big Data, New Data, and What the Internet Can Tell Us about Who We Really Are), y solo las redes descubrirían nuestros gustos mas oscuros, creemos que una analítica cultural, y el uso hiperinteligente de los algoritmos revelará los sueños del futuro, y nos permitirá acceder por fin a las verdades indubitables y duraderas.
Los pares inusuales se dicen de muchos modos. Trátese de autores que ven lo mismo de manera antagónica. O de autores provenientes de campos disciplinarios antagónicos que ven lo mismo de manera muy similar.
Recién mudado a la ciudad de México en 2014 me topé con una mole en construcción, que devendría en Centro Diseño, uno de mis lugares soñados de trabajo tiempo después. En ese entonces Centro diseñaba un evento VOR, que aún no se realizaba en la sede neonata, que trataba temas entrañables como los pares inusuales.
Se trataba de un llamado a contrastar voces para dar cuenta de la riqueza de respuestas que las combinaciones inusuales ofrecen para resolver problemas contemporáneos
Son ya décadas, muchas, que gran parte del tiempo que paso lejos de casa, está dedicado a explorar librerías, a pescar novedades, a sorprenderme por la gran cantidad de esfuerzo, pensamiento y alma, que un puñado de autores pone en la confección de obras mayúsculas, que sirven en tiempos de mucha confusión, ya sea para echar algo de luz en el marasmo, o de abrir nuevos vericuetos para nuestra curiosidad y necesidad de plasmar en sentido nuestro asombro.
La lectura pormenorizada de este último libro de Barabasi y de sus colegas, una vez tamizada por sus fuentes, lecturas oblicuas, cierto autoensalzamiento de Barabasi con su propio éxito, una síntesis muy ambiciosa de -mas que de leyes indicaciones acerca de cómo triunfar-, merece profundas relecturas sobretodo siguiendo los pasos de sus colaboradores y continuadores, que son parte sustancial de su propio recorrido
No siempre pero bastante seguido hacemos el listado de los libros que nos rompieron la cabeza durante el año en curso apenas transcurrido. Es un rito que no le hace mal a nadie, que ordena retrospectivamente nuestro gusto insaciable por los temas mas diversos y que nos lleva a justificar nuestras inversiones cognitiva (aunque cada vez compramos menos comparativamente con décadas pasadas).
Además estos listados son cada vez mas fragmentarios, limitados e inconclusos. Porque como en este caso están limitados a los libros de papel que han pasado por nuestras manos (a nivel de lecturas de solapas han sido muchos centenares), y que por razones de empatía, decoro o mucha ganas, han terminado por engrosar los estantes ya atiborrados de una biblioteca en estado de desquicio total (prometemos que la pondremos a cero en el 2019).
Y por otra parte propuestas como las de de Pierre Bayard en Cómo hablar de los libros que no se han leído, Anagrama 2011 (original 2007) vuelve aun mas inútiles a listados como el nuestro. Aun así nos llevamos (le llevamos) la contra a Bayard y hacemos nuestra síntesis anual con la misma
Porque en Cómo hablar de los libros que no se han leído, Bayard no solo asume con naturalidad nuestra sempiterna condición de no-lectores (por mucho que seamos ávidos devoradores de libros, el número de lecturas pendientes siempre será infinitamente mayor), sino que convierte esa en apariencia vergonzante no-lectura en el núcleo mismo de la lectura