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Categoría: Memetica

El bautismo de presentación de Nativos Digitales en San Miguel de Tucumán

Tejiendo futuros digitales

Un libro es una cápsula de ideas, pero sin sostén material apenas sería su visión incomunicable. Esos lenguajes privados de los que tanto hablaba Ludwig Wittgenstein. Para que el libro circule y se convierta en meme necesita de soportes materiales, necesita de impulsores y contradictores, necesita básicamente de una materialización (aunque sea en el ciberespacio).

El libro (al menos el aún físico de papel) no es tal sin el editor y el imprentero, sin el director de colección y el marketinero, sin el superlector editorial que lo evalúa y, sobretodo, si no tiene padrinos, gente que apueste a él, que estén tanto en el mercado como en la familia, que sean coautores que asisten a charlas, clases y semianrios, que son también auitores de otros libros con (o contra) los cuales el autor dialoga.

Adiós a Gregorio Klimovsky el mas tolerante de los epistemológos argentinos

Amigos los hay de varias clases

Con el lío que inventó Facebook (demonizado esta semana en la nota de tapa Espías en Red por la Revista Veintitrés que suma todos los lugares comunes a la incomprensión periodística en estado máximo) de los amigos Nesquik, ya es difícil saber quien es un verdadero amigo -o así quieren hacérnoslo creer algunos pícaros.

Yo los tengo en dos categorías, el puñado de incondicionales, que mas allá de la distancia y del tiempo, e indiferentes al contacto físico (otra vez gracias Internet por ser tan generosa) son sentidos como tales. Ya sea que los haya conseguido cuando estudiaba en la UBA hace 40 años atrás como Nora de México, o que nos hayamos cruzado en algún viaje o red como Mónica de San Pablo hace 30 años, o como Marcelo quien fuera hace 20 años marido de una jefa de trabajos prácticos de la Universidad Nacional de Rosario, pero también a quienes conocí en los últimos años como Horacio, Roberto, Iván o Ernesto y algunos mas.

El Hilo de Alejandro Prólogo del libro Nativos Digitales Por Francis Pisani


Ya no podemos oponer el mundo real al virtual como lo hacíamos antaño. Lo virtual es parte de nuestra vida real. Emociones y acciones reales afectan nuestro quehacer virtual. Pasamos tanto tiempo en uno como en otro y resulta cada vez más difícil separarlos.

No son mundos opuestos. Son capas más bien de una misma realidad -la nuestra- vivida en múltiples niveles tanto simultánea como alternativamente.

Es más, lo que realmente cuenta en nuestras vidas se hace online o pasa por momentos, datos, conexiones que se establecen electrónicamente. Lo determinante y lo estratégico se trasladan poco a poco a la capa virtual y conectada.

Dada y Lenín un solo corazón. Créase o no

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Aunque Barcelona no es Nueva York… tampoco es el Mar Muerto

Si si ya lo sabemos Barcelona no es Nueva York o Londres, y entonces nada nos va a sorprender demasiado, ninguna locura bibliográfica nos va a comer el mate, y tampoco cambiaremos de vestido ideológico o epistemológico de un día al otro. Pero les puedo asegurar –como vengo haciéndolo en forma inalterada al menos desde 1998-, sino antes, que venir a España, y saquear las librerías locales, aunque a veces haya que rasguñar las piedras y si se lo hace un intervalo de 4/6 meses (a diferencia de uSA donde cada 1/2) da un resultado cuantitativo mas o menos parecido brinda joyas unicas y maravillosas.

Fue lo que me paso ayer en los pocos minutos que tuvimos junta Hugo Pardo y a Carlos Scolari de recorrer dos o tres librerías en el barrio de El Raval y aquí va un breve racconto de lo encontrado, que habrá que deglutir en los próximos meses o años. Y conste que hemos sido precisos y que hemos restringido la dieta cognitiva al maximo. Igual la decena de libros elegidos ya debitaron 150 euros de mis escualidas faltriqueras

Gloria y loor al Gran Negroponte

Nadie es profeta en todas sus tierras

Fernando Flores nos enseñó muchas cosas. Especialmente un truismo que casi todos ignoramos, y que las representaciones sociales alentadas por los medios, no hacen sino profundizar para mal.

La expertise y la competencia de alto nivel se ejerce en muy pocos dominios. Podemos ser grandes profesores, pero al mismo tiempo pésimos padres (o hijos). Podemos jactarnos de destilar gustos refinados, pero gritamos como descosidos desde el tablón. Podemos dárnoslas de cultos y leídos, y somos incapaces de detectar nuevas tendencias, y de ver en el autor novel de hoy, el estilo del consagrado de mañana. Y la lista sigue y sigue.

Usar es comunicar. La arquitectura es la poética (de la interacción) en Facebook

Cuando no comunicar es una forma de comunicar

Hace muchísimos años atrás Gregory Bateson, en muchos lugares, pero principalmente en esa roca de su producción que fue Mind and Spirit (curiosamente traducida entre nosotros como Espíritu y Naturaleza) sostenía (como lo habían hecho Paul Watzlawick y otros compañeros de su etapa de Palo Alto) que era imposible no comunicar. La versión batesoniana era mas fuerte aun cuando insistía en que la falta de respuesta era también una respuesta. Que la pregunta no respondida del amante respecto de ser amado, era también una respuesta. Que no hacer nada, que no contestar, que no pronunciarse, que no explicitar era toda una declaración, y fundamentalmente que todos tenemos una epistemología, especialmente los que nos jactamos de no tener ninguna.

Nuestras primeras observaciones acerca de los usos de Facebook (acerca de los efectos inesperados de su uso) van exactamente en esta dirección. Lo notamos con sorpresa y casi arrobamiento respecto del cambio de estado civil. Pasar de single a in a relationship, de I’ am complicated a single, convierte de pronto a relaciones intimas antes desconocidos en una complicidad o un exhibicionismo propio de las páginas del corazón.

De la reticulación a las piscifactorías. Los links no son interacciones. Eppur… Facebook se mueve


Quien no es programador, es un analfabeto digital

Estos días estamos viendo violentas e interesantes confrontaciones acerca de los usos sociales de las redes. Que oscilan entre el fanatismo y la ingenuidad de quienes las poseen o las usan, para vender fruta de distinta calidad, hasta quienes las ven como un reencarnación del panóptico bemthaniano/foucaultiano. Y en el medio una gama de usos mas o menos libertarios o meros espejismos, al mejor postor.

En la última reunión de cátedra con Mario hablábamos del gran déficit que padecemos como internautas o internetólogos. Dado que vivir en red es básicamente padecer (u ofrecer) arquitecturas, quien no tiene habilidades de programación (es mi caso y el de la mayoría de los cientistas sociales, filósofos, humanistas, investigadores de todo tipo, pontificadores y vendedores de combustibles espirituales o de aceites curalotodo a excepción es claro de Carlos Reynoso), es un analfabeto digital de nuevo cuño.

Etnografías de Facebook. Irreduciendo el software social. Cuando la arquitectura es la retórica de la red


Modalizar no es moralizar

Bruno Latour nos enseñó tantas cosas, que es difícil agradecerle todas y bien. Pero una de las mas duraderas ha sido la noción de modalizacion de los discursos. Importa tanto lo qué se dice acerca de qué, como cómo se dice acerca de, quién dice qué, cómo se instalan los temas y los tropos, quiénes los definen y bautizan, quiénes los explican y los rearticulan. Y esto vale tanto acerca del mundo real como del virtual. Y muy especialmente del virtual. Donde las operaciones de marketing, visibilización, esponsorización y de puesta en circulación requieren de figuras, de promotores, de usuarios.

La modalización tiene sus riesgos cuando se presenta como academización. Tuvimos un excelente ejemplo cuando nos enfrascamos en la lectura de Ciberculturas Juveniles coordinada por Marcelo Urresti de la UBA, donde fenómenos que son vibrantes, confusos, e desinstitucionalizantes, fueron barridos por la mirada ubamarxista, pasteurizados por las viejas dicotomías y distinciones de siempre, y en definitiva englobados bajo una mirada ideologizante previas a cualquier lectura y que se impone mecánicamente llevando a conclusiones sabidas de antemano independientemente de que objeto se analiza.

Polialfabetismos. La Tercera Etapa del Taller de Procesamiento de Datos. El devenir proyecto de la Cátedra.


La prehistoria de la catedra

Creada en 1986 con el inicio del único curriculum que la Facultad logró alguna vez consensuar (bah imponer en ese entonces), reinventada en 1996 con la división de la cátedra en dos (Crom en ese entonces -a partir del 2009 Becerra- y Piscitelli a partir de entonces), nuestra materia hoy ya añosa de 12 pirulos, sufrió cambios y transformaciones de todo tipo (temáticas, organizacionales, tecnológicas, institucionales).

Acunada al ritmo de Internet, con una importante rotación de ayudantes, habiendo tenido cuatrimestres masivos, y otros muchos mas chicos ahora (como que la matrícula de la carrera pasó de 2.400 alumnos anuales a 700), nuestro plan de enseñanza se ha ido modificando a la luz de distintos incentivos, motivaciones, demandas y fundamentalmente, a partir de nuestro propio crecimiento y mutaciones varias.

Empezamos concentrándonos en temas formales y abstractos como las máquinas, los algoritmos, los sistemas formales. A lo largo del tiempo nos fuimos sociologizando y epistemologizando, pero sobretodo internetizándonos. Perdimos docentes y aliados en el camino, pero también ganamos reconocimientos, fuimos pioneros en el uso de los weblogs y el destilado de ayudantes y coayudantes que tenemos hoy es de lujo. Durante mucho tiempo no pudimos sobrepasar el nivel periodístico informativo en temas cibercultiurales, y recién en los últimos 3 o 4 cuatrimestres a través de un uso intensivo de las herramientas, pero sobretodo habiendo cambiado la dieta cognitiva de nuestros alumnos creímos que estábamos entrando finalmente a la tierra de los nativos digitales.

La Era Digital y la Reinvención de la Humano

El presente texto es una transcripción editada y complementada de la conferencia inaugural que dicté en el Congreso Comunicación y Transmisión Digital, realizado en Costa Rica en Mayo de 2008. Para ilustración de varios de los elementos descritos aquí, una presentación previa en PowerPoint se encuentra disponible en http://www.slideshare.net/apiscite/convergencia-cultural/. Este texto editado formará parte de un libro que aparecerá a la brevedad en Centroamérica. Habiendo dictado cerca de 25 conferencias similares en los últimos 6 meses, esta es hasta ahora una de las transcripciones mas fieles y detalladas de dichos contenidos. En mi próximno libro sobre Nativos Digitales que saldrá probablemente en abril del 2009, irán acumulándose estos temas y otros en curso de pensamiento y acción.

Introducción

Deliberadamente no titulé esta charla como «convergencia digital» porque la convergencia digital, en realidad, es un sub-capítulo de algo mucho más importante y más complejo: la convergencia cultural.

En 1959, un destacado intelectual británico, C.P. Snow, hacía referencia al conflicto de las dos culturas, insistiendo en la dificultad para sostener conversaciones por parte de dos grupos humanos, que nos atraviesan a todos los que estamos en esta sala: por un lado, los científicos de las ciencias básicas y duras; por otro lado, los humanistas, los filósofos, la gente de las ciencias blandas (1).

Ese enfrentamiento, tras casi 50 años, en algunos casos se sintetizó y dio lugar a esta convergencia cultural; pero en otros no, y ha generado un ensanchamiento de la brecha entre científicos y humanistas vinculada a la naturaleza tan distinta de las actividades de cada uno.