Categoría: Papelones

Antipatías recíprocas

Nunca me cayo simpático Bucay. Yo tampoco a el. Y como no hemos venido al mundo para caernos mutuamente simpáticos en esto al menos estamos a mano.

Si en algunas áreas me creo avispado, en otras soy una opa como el que mas. Hasta hace 5 años de Bucay sabia poco y nada. Conocía de pispearlos muy por encima alguno de sus libros, esas interminables cartas dirigidas a no se quien (Damian y bla bla bla) y esos cuentos tantas veces contados con fines supuestamente terapéuticos, pero no le daba ninguna importancia.

No tanto por sectario o por academicoso sino porque los pocos párrafos que había leído del hombre me parecían literalmente insufribles. Y a pesar de que mi novia de entonces quería hacerme creer que Paolo Coelho estaba en otra categoría nunca consegui apreciar ninguna diferencia sustantiva entre Coelho, Bucay y Barylko, este entra en la volteada por asociación ya verán como.

En la tarde del viernes 13 de mayo educ.ar se vio sorprendida por una serie de notas publicadas en distintos medios de esta capital en donde se dejaba trascender la inexistencia de una política del portal en cuanto a poner bajo recaudo sus contenidos asi como defender los derechos de niños y docentes a no ser afectados por el contenido pornográfico que fluye con cierta libertad por la Red.

La cultura se vio zamarreada estos días por dos episodios significativos. Uno fue el intento de levantamiento de dos programas que se dicen culturales Los siete locos de Cristina Mucci, y El refugio de la cultura, de Osvaldo Quiroga. El otro fueron las expresiones del genéticamente provocativo Torcuato di Tella insistiendo en que la cultura es el gallinero de una casa que se incendia. Vayamos por primeras partes.