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Categoría: Educación

Las TIC de caja de herramientas a nuevo entorno vital

Otra conferencia sobre TIC y Educación y van….

they vs us

Hace un par de días tuvo lugar en Santiago el seminario Internacional La tecnología digital frente a los desafíos de la educación inclusiva: algunos casos de buenas prácticas, en el marco del proyecto e-education que se desarrolla desde hace tres años en la División de Desarrollo Social de la CEPAL y que forma parte del Programa @LIS2, “Alianza para la Sociedad de Información 2 – Diálogo político inclusivo e intercambio de experiencias«.

En el seminario se presentaron los resultados de ocho estudios de buenas prácticas de TIC en educación, los que fueron seleccionados luego de un proceso que incluyó un trabajo conceptual de definición y discusión de criterios y de prácticas en un taller de expertos y la sistematización de los casos en terreno.

Cuatro de estos casos son políticas nacionales que se han convertido en referentes interesantes de analizar cuando se toman opciones de política. Se trata de El Plan Ceibal de Uruguay; Programa Enlaces de Chile; Programa nacional de informática educativa de Ciudad de Buenos Aires, Programa nacional de uso de medios y nuevas tecnologías en Colombia

Los otros cuatro son programas de nivel local que responden a distintos desafíos del sistema educativo, y que son escasamente conocidos más allá de los contextos donde se desarrollan. Se trata de Educación indígena: Programa Lengua, cultura y educación en sociedades multilingües de México; Educación de estudiantes con necesidades especiales: Plan digital de la Ciudad de Buenos Aires; La ampliación del acceso a secundaria en poblaciones rurales: Programa Centro de midías para la educación del Amazonas; Las TIC y el derecho a la educación: Programa Pro-niño de la Fundación Telefónica en Panamá.

El curriculum escolar y la nueva ecologia del aprendizaje

Mutando que es una sana forma de crecer

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Cesar Coll es un maestro de maestros. Fue uno de los númenes de la reforma educativa española, que fuera importada con devoción por el equipo de Decibe/Braslavsky/Filmus en los albores de la era menemista, de principios de los años 90. Desde hace mas de una década se ha venido reconvirtiendo progresivamente a las huestes TIC. Lo conocí en Madrid donde fuimos compañeros de la XXII Semana Monográfica Santillana de la Educación. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación: retos y posibilidades (2007), lo frecuenté en varios simposios internacionales cuando la OEI creía en los expertos (y ambos formábamos parte junto a Hugo Martínez, Guillermo Sunkel, Marcia Padilha, Roberto Carneiro y otros amigos de uno de sus grupos , y lo seguí viendo intermitentemente ya sea en España o en América Latina.

Escuché varias de sus charlas, y aunque coincidía erráticamente con algunas de sus perspectivas, lo veía demasiado apegado a las alfabetizaciones tradicionales, muy orientado hacia la defensa del curriculum tradicional, muy escéptico respecto del potencial (y no solo de los usos efectivos de las TIC en las escuelas), y en general como a un tipo lúcido pero demasiado tradicionalista.

Los prejuicios vienen y van, y después de escucharlo atentamente ayer a la mañana en su charla en el auditorio Elis Regina en el Parque Anhembi en el marco de las jornadas 2012 de Interdidactica (pero mejor aun a lo largo de las innumerables charlas que tuvimos entre lunes y martes), debo comerme mucho de lo que pensaba (me voy a atragantar si me sigue pasando esto), y debo reconocer que César ha ido cambiando sutilmente sus posturas, no ha menguado en un ápice su escepticismo (pero cada vez por mejores razones), y sin embargo ha abierto espacio a varias vetas de reflexión y acción mucho mas interesantes aun de lo que ya lo eran una década atrás.

Acerca de la génesis del programa de la cátedra Datos: Narrativas interactivas. Corsi e ricorsi de las historias intelectuales.

1. La consciencia quiere pero el inconsciente decide

Hace un par de meses comenzamos a preparar el temario y la modalidad de la cursada de datos correpondiente al año 2012. Veníamos muy azuzados por la proximidad de la aparición del aun no nacido programa iBook Author que según nos decían, mancomunadamente, Apple y las editoriales, cambiarían para siempre la forma de educarnos a través de la reinvención de los libros de texto (en Apple habló y a mucho no nos gustó lo que dijo. Ojo igual con las primeras impresiones están nuestras observaciones sobre el tema).

Si bien la posibilidad de convertir contenido multimedia en una app linda con la magia (hasta pocos días antes se trataba de una inversión de miles de dólares), en el fondo nada de eso ocurrió ni ocurrirá por esa vía. Algo que testimoniamos en varias editoriales desencantadas durante el verano especialmente en El fetichismo de los libros de texto impide la participación y la inmersión.

Para nuestros fines inmediatos ya sea por ese motivo, o por la inexistencia en forma lo suficientemente numerosa entre nuestros alumnos (pero también entre nuestros ayudantes) de tablets, iPads o de otras superficies lectoras, así como el carácter demasiado teórico que algunos le vieron a nuestra propuesta, de testear en la práctica qué otras formas de leer no solo son posibles, sino necesarias, terminó postergandose ese dichoso programa que esperamos trabjar en algún curso de postgrado en México, Colombia o España.

De como redefinir lo que es un aula 1@1. Apuntes intermitentes de la experiencia 1@1Sarmiento

De las fantasías teóricas a la prácticas desentumecedoras

Después de haberle dedicado un libro entero como fue 1@1 Derivas en la educación digital, a las experiencias 1@1, después de venir trabajando con TIC´s en la construcción de espacios de diálogo y creación durante mas d euna década, después de utilizar computadoras desde hace mas de 30 años, algo hemos aprendido de que es lo que funciona y de que es lo que no funciona en el aula como máquina de aprendizaje.

Y justo cuando nos poníamos a practicar algunas nuestras teorías gracias a la donación que hizo el gobierno de casi un millón de máquinas a los chicos, y mediando un subsidio mas que valioso del IDRC, muchas de nuestras creencias están siendo puestas a prueba y muchas de nuestras convicciones están siendo azotadas por el tsunami de la realidad y por eso debemos ponernos a a barajar y dar de nuevo.

Pero no solo se trata de revisar nuestras estrategias y de reinventarlas, porque así lo exigen las aulas reales, que son laboratorios vivientes de una complejidad inusitada, sino también de asimilar marcos y potencias creativas que hasta ahora no pudieron encarnarse por deficits varios (de equipamiento, de conectividad, de falta de docentes entrenados en TIC, de desconocimiento de las nuevas reglas de juego pedagógias en un mundo pleno de incertidumbre, etc etc

Aprendizajes mas eficientes en la sociedad interconectada

(III Jornadas de Innovación en Formación en Barcelona)

Las redes sociales no son la causa última de las revoluciones árabes pero si la causa primera. Semejante a ludditas amateurs capaces de desarmar relojes desde el mas chiquito al mas grande, en pocos días, las multitudes inteligentes árabes desbarataron enormes sistemas de creencias especialmente mal entendidos en Occidente.

No sabemos con quien indignarnos mas si con los retrógrados analógicos que las minimizan, o si con los académicos iluminados, como Samuel Huntington a la cabeza que habían hecho de los sistemas de gobierno árabes basados en un supuesto fundamentalismo islámico antidemocrático civilizaciones que por fuerza deberían chocar con la nuestra.

En todo caso la gran incógnita no es tanto como ambos pudieron equivocarse tanto, sino quienes serán los nuevos relojeros capaces de recombinar las piezas desmanteladas y conformar, en un bricolage innovador genial, nuevos organizadores materiales y conceptuales, que a la vez que trascienden estos malos diagnósticos anuncian nuevas formas de convivencia y vida en comùn.

A una semana de la entrega del libro El Paréntesis de Gutenberg a la editorial santillana

Uy que descuidado que está el News, a pesar de que cenamos con Pablo y Raúl hace una semana festejando su décimo sexto aniversario. Sucede que enero es un mes muy malo para pensar y escribir…cosas nuevas. Enero es aun peor que los meses intensos de viajes, que ya pronto se inician con las primeras excursiones a Madrid y a Nueva York dentro de 10 días.

Porque los viajes tienen a favor los aviones y las estancias en los aeropuertos que siempre ayudan con los tiempos muertos, e invitan a hacer funcionar las neuronas mas rápido y mas prestamente, especialmente cuando estamos a 10.000 metros de altura.

El problema con enero y parte de febrero es que se los dedicamos a revisar lo mucho dicho y escrito durante el año previo, para convertirlo en una argamasa de textos e ideas que por tercera vez consecutiva terminaran siendo un libro editado por la editorial Santillana.

Empezamos este nuevo ciclo que finalmente redundo en este tríptico en el verano del 2008, recién mudados a Tigre. Hacia un calor infernal y todavía andábamos con el pie torcido. No terminábamos de traer los trastos del centro, no estábamos demasiado convencidos de los infinitos beneficios de la gran mudanza, la crisis económica mundial nos había pegado mal y un par de excitantes ofertas internacionales habían mordido el polvo.

Labs de arteciencia educativos, culturales y comerciales

Redefiniendo lo que es un Lab

Hace rato que me preguntaba donde estaban los Labs. Digo esas instituciones parecidos al Media Lab Prado de Madrid. Porque seguramente debía haber otros, además de los que pertenecen a esa red, y que se reunieron en septiembre en un trabajo colaborativo del que participó Carolina Gruffat.

Y como bien dice Juan Freire lo menos importante en el Media Lab Prado son las tecnologías. Por lo que lo que estábamos buscando no era una actualización trasnochada del Media Lab del MIT un cuarto de siglo mas tarde (por suerte para ellos al final en el 2009 inauguraron su segundo y renovado edificio), sino la propuesta de un espacio abierto y colaborativo.

E inesperadamente como siempre sucede cuando se encuentra lo que no se busca, me tope en un Barnes&Noble de Dallas con el libro de David Edwards The Lab Creativity and Culture (2010), que cuenta la historia de una seguidilla de laboratorios inspirados en parte en la Bauhaus y en parte en Google, Ideo, Ars Electronica Futurelabs y el ya citado Media Lab del MIT.

La escala crea al fenómeno. De porque fracasan las tecnologias redentoras en el aula

Escala, granularidad y comprensiòn de/en las ciencias blandas

La cita del físico decimonónico francés Charles Eugéne Guye nos acompaña desde hace mucho tiempo, y la hemos visto probada mil y una veces en el campo de las ciencias duras, con el aditamento de que muchas veces no solo necesitamos cambiar de escala para ver (crear/descubrir) al fenómeno, sino que encima tenemos que inventar el dispositivo (la teoría concretizada) que haga posible siquiera intuir que hay un fenómeno a ver, teorizar, diseñar, entender y finalmente convertir en dispositivo de persuasión.

Seamos menos enigmáticos. Sin microscopio no habría célula, y sin telescopio no habría cráteres en la luna, ni anillo en Saturno, ni canales (¿secos o mojados?) en Marte y mucho menos ADN o bases. Aunque es claro para que alguien decidiera inventar y arriesgar reputaciòn y pecunio en esos emprendimientos es porque previamente la teorìa llamaba a ver esos fenòmenos intuidos pero aun no comprobados

Pero no solo en las ciencias duras se aplica la máxima de «la escala crea al fenómeno». Otro tanto ocurre en las humanidades, y gran parte de la redología, para no hablar de la teoría de la complejidad, dicen exactamente lo mismo.

Estamos hablando también de granularidad es decir de nivel de resolución, y a medida que nos alejamos de las ciencias duras y nos acercamos a las humanidades y las transdisciplinas, estas cuestiones se agigantan y nuestro desconocimiento (porque cuanto menos sabemos peor actuamos) llega a extremos brutales y autodestructivos. Como se ve en el caso de la educación y muy especialmente en el del uso de tecnologías en la educación.

El backstage del Seminario El Paréntesis de Gutenberg

Curando un evento impar

Cuando junto a Carolina Gruffat imaginamos como curar el evento El Paréntesis de Gutenberg en el CCGSM todo estaba abierto a las posibilidades mas diversas, pero también al fracaso mas estentóreo: ¿cuántas mesas habría?, ¿qué tipo de exposición primaría?, ¿cuál sería la duración de las charlas? y sobretodo ¿cómo se concretaría la articulación y la selección de los invitados?

Porque varios vendrían por compromisos previos, otros habían sido solicitados por alguna institución sponsor, a la mayoría los conocíamos de vidas pasadas, pero a algunos tuvimos que googlearlos. Queríamos combinar algunos consagrados con otros noveles, queríamos darle el mismo espacio a la práctica y a la teoría, queríamos tener intervenciones cortas y vibrantes, sin por ello perder densidad y relevancia.

Como siempre sucede nuestras intuiciones y expectativas se cumplieron en algunos casos y fallaron en otros. Cada persona es un mundo, cada mañana anuncia nubarrones o días felices sin anticipación posible, así que la lotería es mejor predictor del éxito  fracaso de un orador que cualquier algoritmo bien afiatado.

Y así como hubo alguna decepción circunstancial, también hubo un par de sorpresas extraordinarias, Entre estos tapados figuró la expositora número 33 (con la ausencia de último momento de dos oradores a ella le tocaria ser la penúltima) una directora de colegio secundario que arrancaría aplausos y empatía a granel, y que se convertiría a mi gusto en una de las mejores expositoras del evento. ¿Cómo y qué ocurrió?