Demasiado pronto para decirlo «Las revoluciones tecnológicas no tardan tanto en ver sus efectos como las políticas«. Siempre nos encantó esta afirmación probablemente apócrifa que…
Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás
Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás
Demasiado pronto para decirlo «Las revoluciones tecnológicas no tardan tanto en ver sus efectos como las políticas«. Siempre nos encantó esta afirmación probablemente apócrifa que…
Mudez ¿transitoria o permanente?
Lo dijimos en nuestro último post en marzo, que duró un suspiro y lo repetimos ahora en Julio. Algo no está funcionando en Filosofitis . Parece que la mudez no era transitoria sino mas bien permanente. Para el ínclito Horacio Guarany si se calla el cantor significa que aquellos que alzan la voz contra la injusticia y la opresión enmudecen, y su silencio representa la pérdida de la lucha por los derechos y la dignidad de los más desfavorecidos.
De la metafísica…
Como en toda película de villanos, si esquematizamos mucho las cosas siempre nos quedaremos con malos, malos y buenos, buenos. Solo que cada vez resulta mas difícil cual es cual.
En la IA este dualismo se traduce en exaltados visionarios que apuestan a trascender nuestra endeble funda de carbón, convirtiéndonos en mas que humanos -con Raymond Kurzweil y el advenimiento de la singularidad a la cabeza- y tozudos refractarios, que imaginan una próxima guerra entre especies, en la que los humanos seremos sometidos -como tanta ciencia-ficción desde Matrix hasta Trascendence poetizan- en esta carrera por la dominación planetaria y eventualmente galáctica.
“We’re living in an age . . . of really slow and boring technological change compared to what our ancestors managed to generate (Martin Wolf ‘On the Technological Slowdown‘(2009)’
Tenemos una larga historia de decepciones con nuestras descripciones del mundo (de los hechos, los valores, los comportamientos, las expectativas) porque creemos que debemos binaria o ternariamente elegir siempre una opción en detrimento de las otras dos o tres. Cuando en realidad de lo que se trata es de aceptar -y operar- en el mundo de contradicciones en el que nos ha tocado vivir y que seguirá complejizándose crecientemente.
Hace décadas que venimos fascinados con la comunicación zoosemiótica. Revisando los extensos anaqueles de papel que conforman nuestros itinerarios meméticos entre 1970 y 2010 (antes de que los ebooks empezaran a competirle al punto de contar ya con un 50% con títulos mucho mas recientes que los de la gigantesca biblioteca), encontramos decenas de volúmenes sintonizado en las preocupaciones que este cuatrimestre desflecaremos en Escenarios de Futuro en @udesa dedicado a las semiosis aumentadas.
“We shape our buildings, and thereafter our buildings shape”
(Winston Churchill, 1943)
Enseñar para aprender
Como me comentó hace mucho el perdido amigo Luis Alberto Quevedo dar una clase (programa, formación, diseño curricular) no es sino una pretexto para el aprendizaje pero tanto o igual del docente como de los alumnos. Y si bien la organización de los estudios universitarios por cátedra (son pocas las facultades de humanidades organizadas por departamentos y menos las materias ofertadas mediante el sistema de créditos) conspira en contra de esta expansión, apertura y diversificación de los programas universitarios, nuestra propia experiencia a lo largo de muchas décadas demuestra que no solo es posible, sino inexcusablemente indispensable este aggiornamiento conceptual permanente.
Nos faltan estudios longitudinales para ver cómo evolucionan los programas en relación a los temas de estudio, sobretodo cuando éstos (es del caso de comunicación, tecnología y sociedad, innovación, nuevas prácticas, evolución social y tecnológica) están en un estado de ebullición permanente -como por suerte fue nuestro caso.
Los últimos días estuvimos remolones con este diario. Ya son demasiados los días casa adentro y este eterno encierro puede desgastar al más fuerte, que seguramente no es nuestro caso. Regulamos nuestros intercambios externos, tratamos de usar poco y nada al Zoom. cada tanto hay algún evento o asistimos a alguna clase, pero en general nuestro escepticismo con la fuga hacia lo virtual y la glorificación de los resistentes virtuales como héroes, cada día se agranda mas y mas [imagínense un año mas tarde].
Después del inicio general de la primera semana de nuestra nueva materia con Julito Alonso en la Carrera de Diseño de la Universidad de San Andrés, en esta segunda reunión incorporamos nuevos materiales, sistematizamos sitios y bibliografía, asistimos a presentaciones de los alumnos, y fuimos mechando visiones, lecturas, enfoques y antecedentes, para ir delinenado una mentalidad o inteligencia prospectiva (o futurizadora).
La década de los años 60
La década de 1960 fue la segunda década prodigiosa del siglo XX. Previamente los roaring 20’s, o «Jazz Age» (años locos) fueron la primer década en tener un apodo: «Roaring 20s». Los locos años veinte obtuvieron su nombre de la exuberante cultura popular que definió a la década. Fue la década que creó un cambio político y social dramático, abrió la libertad para las mujeres, y masificó la apropiación de los avances en las ciencia y en la tecnología.
Carole Cadwalladr: Facebook’s role in Brexit — and the threat to democracy
Ya se han cumplido 50 años desde la publicación de una obra señera de un autor cuasi centenario (Edgar Morin cumplirá 99 años el próximo 8 de Julio). Si hasta la mitad de su vida Morin se había floreado con escritos politicos, confesiones personales, endechas sobre el cine y el star system, y hasta un diario de California (lo que no le impidió ser miembro de la resistencia y verse expulsado del Partido Comunista en 1952 por hereje), con la publicación de El Paradigma Perdido, la Naturaleza Humana. Ensayo de bioantropología (Seuil, Paris, 1969), daría un golpe de timón y se aproximaría a una filo-tercera cultura trandisciplinaria antes que la mayoría de nosotros.