Un buen proyecto llega a su fin. A proyecto muerto, proyecto puesto
A principios de Octubre de 2010 están por cumplirse los dos años desde la primera vez que empezamos a pensar en el Proyecto Facebook. Las primeras reuniones que lo vieron emerger tuvieron lugar a fines de 2008, en esa época yo usaba poco y nada tanto a Facebook como a Twitter, y jamás me pude imaginar que una iniciativa puramente académica tendria los reflejos, rebotes, carambolas y la recepción que en definitiva el proyecto tuvo.
Hace un tiempo hicimos la cronología de sus principales momentos, y hemos repetido hasta el hartazgo sus supuestos, sus aspiraciones, su metodología, sus encarnaciones, los efectos buscados, los logros inesperados, la ruptura del pacto pedagógico que el mismo supuso, y que para nuestra sorpresa convertiría a una buena cátedra -que exigía mucho y planteaba lecturas de una dificultad notable- en una usina no solo de ideas y de proyectos, sino tambien y sobretodo de formatos y propuestas, casi en el borde de lo educativo, e invadiendo terrenos como la publicidad, el periodismo, las politicas editorials y vials operas indiustrias de psih.
Primero hubo un proyecto, después se produjeron dos cursadas con sus consabidos trabajos, después vinieron los 4 meses en los que codificamos la experiencia, y la cuarta y última fase fue la presentación del libro en 5 ciudades en forma sucesiva a lo largo del año 2010: Buenos Aires (Mayo), Madrid (Junio), Bogota (Julio), Barcelona (Septiembre), Mexico (Octubre)