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Categoría: Vivencias

Fugaz recorrida por algunos memes españoles, versión verano de 2015

La conferencia performativa como una forma crítica.. Manuel Olveira. Parte VIII, VIII Curso de introducción al arte.. from musacmuseo on Vimeo.

Fue una semana vertiginosa, de ir y venir sin parar, de viajes, cenas, reuniones, encuentros, visitas, libros y mas libros. De museos y charlas, de discusiones y lecturas, de poca Internet pero sobretodo de inmersión permanente en proyectos, en discusiones, en perspectivas a futuro, y fue también tiempo de hacer balances, de revisar lo hecho en estos últimos meses, de sopesar los proyectos en carpeta, de alegrarnos por algunos logros y de sospechar de las dificultades por avanzar en otros (aquí nuestras primeras impresiones del 10mo TVMorfosis).

El contraste entre Europa y América crece irremediablemente, A pesar de la crisis ya crónica, a pesar de las quejas de los europeos porque sus países y su continente ya no son lo que supieron ser, a pesar de la incertidumbre (no tanto acerca de lo que harán sino de lo que no harán) que generan las figuras de Manuela Carmela y de Ada Colau como futuras alcaldesas de Madrid y Barcelona, mas allá de las decepciones de ofertas de calidad pedagógica y de investigación muy alta que naufragan ante la falta de apoyo y de audiencias, lo que tienen, lo que han logrado, lo que conservan y lo que vemos en cada viaje apabulla,

10mo TV Morfosis made in Valencia

Speculative Everything – Anthony Dunne at Resonate 2013 from Resonate Festival on Vimeo.

No vinimos como turistas a Valencia (ver síntesis al final) sino como ponentes a la 10ma edición de TVMorfosis Los contenidos audiovisuales en el nuevo escenario mediático, habiendo sido parte de la primer camada en Guadalajara en el lejano 2009 donde compartimos cartel con Roberto Aparici, invitados por Guillermo Orozco en lo que fue también nuestra primera visita a esa ciudad.

TVMorfosis voló a la Universidad do Vale do Paraíba(Univap), en São José dos Campos, a Bogotá y tiene previstas escalas en Buenos Aires y Canadá, es un formato eminentemente televisivo consistente en 10 mesas de 4 o 5 participantes y algunas entrevistas individuales. Asistimos como público a su edición Bogotana del año pasado, y probablemente participemos en la próxima que será en Barranquilla en 2016, y nos encuentra en esta ocasión junto a conocidos y amigos como Gabriel Torres, Gustavo Lomelin, Agustin Garcia Mantilla, German Franco, Guillemro Orozco entre otros.

Fin y reinvención de ConectarLab

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Hace ya tiempo inmemorial creamos de la mano de cinco valientes ( los que se sumó una decena mas de participantes) un laboratorio de innovación en el seno de Conectar Igualdad, el programa argentino que repartió 3.5 millones de computadoras a todos los estudiantes de los colegios públicos de la Argentina.

El espacio institucional fue lo de menos, podía haber sido allí o en la Luna. La convocatoria de los indiecitos fue cuasi aleatoria. Casi ninguna de las personas que comenzó a trabajar en el Lab, hace exactamente 18 meses, disponía ni del tiempo, ni de la seguridad pero sobretodo, de las ganas de vivir full-life una experiencia de características curiosas, inestables, muy sometida a los vaivenes de la coyuntura, y encima encapsulada en un proyecto político/ideológico que la mayoría no compartía.

A pesar de tantos imponderables, y ayudados por la confianza inquebrantable de quien en ese momento fuera el director del programa, el Lic. en Física, peronista histórico y gran practicante de la tecnología en el seno del estado, Pablo Fontdevila, y semiayudados por una burocracia administrativa, que en ese entonces, más o menos alejada del cepo absolutista de la administración que la sucedió, permitía grados de innovación, porque suponía que el programa iba más allá de la sospecha opositora que lo rebautizó como «una computadora = un voto», un presupuesto mas o menos generoso nos permitió imaginar la que sería una flor de un día.

Bienvenidos a los Revolabs. Lo digital como preludio (opcional) al cambio real


Una idea es una diferencia que hace una diferencia

Una idea es una diferencia que hace una diferencia. Lo sostuvo el genial Gregory Bateson e inusitadamente las vemos propagarse estos días por las latitudes menos imaginables a través de insurgencias sociales desplegadas en nombre de la democracia, los movimientos de liberación, el cuestionamiento del status quo, o una nueva oscilación del péndulo de la historia.

Lo cierto es que los vientos de cambio asolaron a Europa Oriental a principios de los años 90, destronaron al neoliberalismo en América Latina a principios de los 2000, están hundiendo al proyecto de la Unión Europea desde fines de la primer década del Tercer Milenio, y finalmente están liquidando a las autocracias árabes en el norte de África, con estribaciones recientes en Turquía (donde arrinconan al primer ministro Recep Tayyip Erdogan, el mayor enemigo de las redes sociales desde el destronamiento de Hosni Mubarak, y al propio Brasil -afortunadamente ganador-, cuando quería vivir su hora de gloria con la Copa de las Naciones, aperitivo del Mundial del 2014 y las Juegos Olímpicos de 2016).

Toda revolución siempre estuvo asociada o codeterminada a/por los medios de comunicación, desde las revoluciones burguesas y su filiación en el libro, hasta la caída de las repúblicas socialistas, corroídas por la radio y la televisión capitalistas. Siguiendo con este enfoque, son muchos los que creen conectadas causalmente a las redes sociales con las revoluciones árabes y las que vendrán.

Es un meme interesante y casi convincente. Sin embargo desde las dudas que abrigó Malcolm Gladwdell cuando insistió en que la revolución no sería twitteada, hasta las observaciones mucho más sutiles de Manuel Castells para quien correlación no es causalidad, desmienten tanta facilidad explicativa.

Arrimándonos muy de refilón a la magia de Marruecos

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No fue mi primera vez en Africa. Ya había pasado un tiempo en Dakar, otro tanto en Túnez en un par de visitas recientes, y lo mismo sucedió con Dubai y Riyahd. En todos esos lugares estuve mas o menos cerca del desierto, subí a algún camello, comí toneladas de appetizers locales, ví mujeres con más o menos velos, visité mezquitas, llegué a charlar con árabes vestidos en distinguidas túnicas blancas, y pude apreciar la belleza de sus construcciones (hermoso pueblo blanco Sidi Boud Said que visitamos con Alejandro Prince y Patricia Bertolotti), lo pretencioso de sus apuestas arquitectónicas (como la Kingdom Tower en Riyahd), y sobretodo la voluntad de hacerle pito catalán al desierto, a la pobreza y a la tradición e inventarse una Las Vegas de carne y hueso como es el caso de Dubai y sus mil y una fantasías hechas realidad empezando con el hotel vela Burj Al Arab y el edificio mal alto del mundo el Burj Kalifha.

Pero sin quitarle mérito a ninguna de estas sensaciones, faltó mucho en esas visitas anteriores para captar y apreciar algo mas profundo y mas auténtico de la Africa sentida. No se trataba de fechas ni de cargos, ni de lecciones de historia a la page, ni de guías mas o menos versátiles y poliglotas, capaces de transmitir en mayor detalle y con capacidad de traducción cultural algunos de los secretos imperecederos de la cultura árabe.

Mas allá de estarnos completamente vedada su lengua, la posibilidad de sumirnos en sus valores y deseos, en sus tradiciones y en sus acervos, en su sensibilidad y en su forma de vernos, condenada desde siempre al fracaso y al silencio, distanciados como estamos por de la comunicación directa, franca y transparente con ellos era una deuda que había que pagar.

Por eso una breve excursión a Marruecos (frustrada en Julio de 2009 por la enfermedad de Francis Pissani que me llevó a suplantarlo en Málaga -impidiéndonos llegar a Tánger y Fez- en la clase inaugural de los cursos de la UNIA) pudo llegar a ser el fiel que inclinara la balanza y decidiera de qué lado del mostrador estamos cuando queremos determinar cual es el nivel de «arabeidad» que tenemos en el cuerpo y en la mente.

Ciencia abierta y mentes cerradas en la era de las desintermediación desenfrenada

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En el mundo hay mucha gente que piensa y hace de lo mejor. Antes identificarlos era mucho mas difícil porque vivíamos en un mundo de escasez, de bajo acceso, de nichos incomunicados. Hoy gracias al poder desintermediador de Internet estas murallas (como las de Loudun) empiezan a derribarse, y de pronto es posible entablar conversaciones y fomentar encuentros de alto voltaje intelectual, aunque vivamos a miles de km de distancia, o cuando nuestros antecedentes de encuentros físicos hayan sido mínimos. Despues de haber departido con Joaquín Rodríguez y Antonio Lafuente en algunas ocasiones, habiendo leído La Nueva Ciudad de Dios. Un Juego Cibercultural Sobre el Tecno-Hermetismo con coautoria de Andoni Alonso, estos tres quijotes de lo abierto me pidieron un prólogo para su próxima obra a ser publicada en Cátedra bajo el titulo “Todos sabios! Ciencias ciudadana y conocimiento expandido”. Mas alla de mi vagancia crónica y de lo cómodo que es leer en vez de escribir, ante su insistencia no me quedó sino complacerlos y he aquí lo que su excelente obra despertó como eco ligeramente desfasado. Gracias amigos

Dar la vida por lo abierto

Enero de 2013 nos despertó con una noticia que jamás habríamos querido encontrar como titular de algún medio y mucho menos ver devenido en un hashtag muy concurrido en la red. Un joven de 26 años se suicidaba, no por motivos amorosos o por algún desengaño político, sino por haber sido amenazado por una fiscal federal de USA con penas de 30 años de cárcel y 1 millón de dólares de multa por haberse animado a regalarle al mundo una base de datos conteniendo 4 millones de artículos científicos.

El juicio que debería haberse celebrado a principios de abril del 2013 lo ponía entre las cuerdas, no por haber intentado (y logrado) hacerse de números de tarjetas de crédito, no por haber usufructuado información confidencial en provecho propio o de terceros, no por haber descollado en el comercio algorítmico, no por haber ganado un sólo centavo con sus habilidades magistrales habiendo convertido al código computacional en un arte. Sino porque usufructuando clandestinamente la red del MIT y sus credenciales -el que era un alumno de lujo de Harvard- logró acceder a la base de datos de JSTOR (archivos académicos) y descargar 4 millones de archivos sin siquiera ocultar su identidad. Al punto de que en cuanto se descubrió que había enchufado una portátil a la red y que era suya, entregó los discos y JSTOR quiso que todo terminara -no asi el gobierno de USA y el propio MIT.

El suicida se llamaba Aaron Swartz y fue uno de los activistas de Internet que hicieron de la libertad de expresión y de la internet abierta una de sus banderas; fue parte gigante del freno a SOPA/PIPA, y como hacker había colaborado en la especificación RSS a los 14 años y hasta cofundado REDDIT en 2010 .

Como bien dijo Cory Doctorow en una de las innumerables obituarios que sacudieron a la red: “Para el mundo: todos perdimos hoy a alguien que tenía más trabajo por hacer, y que hizo del mundo un lugar mejor cuando hizo su trabajo.”

Este infortunado suicidio de Swartz está mas que ligado a la tesis de Antonio Lafuente/Andoni Alonso/Joaquín Rodríguez acerca de que ser sabios no es cosa de unos pocos. ¿Cómo es posible establecer este inesperado paralelismo?

Interfases del futuro, de la ciencia ficcion a la crasa realidad y vuelta Primera Parte de Varias

Viñetas de un futuro que aún no llego… por suerte

Una de las escenas mas dramáticas de la historia del divorcio entre humanos y máquinas pertenece a la película de Stanley Kubrick 2001. Odisea de espacio. (1967). A la orden dada por el astronauta Frank Bowman a HAL (Heuristically programmed ALgorithmic computer), la computadora que controla al Discovery One, la nave que lo lleva a Jupiter sin que él lo sepa: «Open the door Hal» varias rondas de conversación mas tarde Hal contestará: «I know that you and Frank were planning to disconnect me, and I’m afraid that’s something I cannot allow to happen«. (Hal 9000 VS Dave – Ontological scene in 2001: A Space Odyssey). El gran impact psicológico de esta desavenencia trágica está dada por el tenor de la voz humana de Hal. Para desafiar a un humano nada mejor que hacerlo en un registro verbal terso y convencido. Cuando se trata de discusiones ligadas a la vida y a la muerte nada mas potente que un tete a tete sonoro.

En Star Trek IV: The Voyage Home (1986) que transcurre en el año 2286 al ingeniero Montgomery Scott confrontado con una computadora del siglo XX le acercan un mouse (disponible públicamente recién dos años antes gracias a la Mac 128K) y él le habla como si fuera una interfaz verbal (natural en su futuro), hasta que alguien le recomienda que use un teclado (natural en nuestro presente).

En Minority Report (2002) así como en IronMan 2 (1992) nos encontramos con interfases hápticas y gestuales que todavía hoy nos sorprenden por su belleza, eficacia pero sobretodo diferencia abismal con las interacciones efectivas que tenemos con las computadoras actuakes, que oscilan desde una primacía casi total de los teclados y el mouse en las desktops y portátiles, hasta la presencia creciente de las interfases táctiles (hipereduccionistas, lo que un critico ha denominado Pictures under screens) en las tabletas y en las computadoras híbridas.

Hacia un materialismo cultural de segundo orden

Otra trilogía que merece mucha mas aprehensión y difusión

Habían pasado escasos meses desde la publicación del original The Craftsman de Richard Sennett (primera obra del tríptico que se continuaría con Guerreros y Sacerdotesy El extranjero, cuando hicimos en «De Wittgenstein flies a kite», a «The Craftsman» de Richard Senett» una oportuna referencia a una obra que Anagrama traduciría un año mas tarde, y que debe figurar sin dudas como una de las balizas mas importantes de las que disponemos actualmente para escaparle como a la peste al idealismo (y a los reduccionismo, incluyendo al tecnológico), a la vez que nos permite retomar una rica y perdida tradición de revalorización de la práctica (especialmente de la escuela francesa en donde anidan autores como Gilbert Simondon (1924-1986), André Leroi-Gourham (1911-1986)).

Pasa el tiempo y cada vez entendemos menos el rol de la tecnología, de los oficios, del hacer en una sociedad crecientemente atenazada por un lado por el delirio místico de los conceptos (al mejor postor), y por el otro por un consumo de bienes finales que cada dia mas vienen encapsulados en cajas negras.

Por eso cuando estamos a bordo de un lab que viene marcando el ritmo del hacer (pensando) a una velocidad rauda, mientras sintonizamos cada vez mejor con las variadas tribus urbanas y rurales que fragmentan acompasadamente el territorio nacional (para lo cual devenir extranjeros es el mandato obligado), retomar no tanto las conclusiones de una obra -como la de Sennett- que ya lleva medio siglo de construcción laboriosa, sino ciertos impulsos y marcos referenciales para «bajarla» a nuestra tarea cotidiana en los Labs como dispositivos de aprendizaje, será un buen ejercicio y ayudará a replicar y amplificar nuestros esfuerzos.

El síntoma de la división de las dos culturas en la reinvención del aula

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A proyecto muerto, proyecto puesto

Por cuarto año consecutivo, desde que en marzo de 2009 empezáramos a «invertir la clase «con El Proyecto Facebook nos tenemos que enfrentar con el momento mas dramático de la cursada universitaria que es la asignación de recompensas y cocardas (la nota) destiladas en un escuálido número arábigo que cumple múltiples funciones.

Desde la explicación mas trivial que es asentar formalmente la ingestión de saber de un determinado recorte burocrático de la realidad, hasta la satisfacción psicológica de encontrarse en el décil mas alto de la escala (que bendice simbólicamente con la distinción a un puñado de alumnos respecto de sus compañeros), desde el mas previsible que es la satisfacción de haber entendido consignas y de haber jugado al juego dictaminado por los mayores (supuestamente mas sapientes), al mas pícaro de aprobar una materia (a la que no se desea ni respeta), habiendo hecho poco y nada para merecerlo. Desde el desafortunado que tiene que aprender a jugar otras reglas de juego, porque en esta materia no valen las que si en la mayoría de las otras, hasta quienes festejan haber sido asignados por el SIU (sistema de asignación automática de materias a cursar) a compartir experiencias insólitas e inesperadas con compañeros no elegidos pero que que finalmente son como los hermanos que uno hubiera querido tener.

Pero si bien en nuestra historia todas las cursadas son ensayo y error (muy diferente del «toco y me voy» que sienten algunos alumnos), no lo es menos que los aciertos/errores de los últimos años nos llevaron progresivamente a oscilar pendularmente entre un privilegio alternativo del contenido (durante los 10 primeros años de la cátedra) al del continente (desde 2006 hasta ayer nomás), buscando un difícil equilibro que tiene dos denominadores mayúsculos: 1) la enseñanza por/para proyectos, 2) la evaluación participativa, mucho mas desarrollado el primrro que la segunda.

Gutenberg el geek. Un Steve Jobs (y muchos mas) avant la lettre

El Paréntesis de Gutenberg, again

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Dedicamos hace medio año un libro entero a El Paréntesis de Gutenberg (con el mismo nombre) por lo cual enterarnos de que Jeff Jarvis había escrito Gutenberg the Geek, un Kindle single (que se puede leer en media hora), un desprendimiento de su investigación para su ultimo libro Public Parts. How Sharing in the Digital Age Improves the Way We Work and Live, nos llamó la atención y nos sumergimos en el texto. En paralelo leíamos el trabajo de José Joaquín Brunner presentado en el Seminario de la CEPAL, que llevó a aclararnos como nunca antes (aqui esta el testimonio: Las TIC de caja de herramientas a nuevo entorno vital), porqué nuestro metier está ligado a la investigación, testeo y diseño de la cultura digital, y muy marginalmente a las cuestiones educativas estructurales.

En un ejercicio de historia en futuro anterior (proyectar sobre el pasado distinciones que son válidas hoy, o dicho de otro modo inventarnos precursores para justificar en el pasado exitoso -o no- lo que hacemos hoy), Jarvis nos vuelve a contar (basado en las obras de Albert Kapr Johann Gutenberg: The Man and His Invention (1996), y de Albert Kapr Johann Gutenberg: The Man and His Invention y de John Man The Gutenberg Revolution: How Printing Changed the Course of History (2003), la historia de Johanes Gutenberg, como si se hubiese tratado de un Steve Jobs avant la lettre.