Tan atribulados estamos en Argentina y en América Latina que terminamos creyendo que nuestros males son endémicos, que nuestros gobiernos son incorregibles, que nuestros países se jodieron (de una vez para siempre) hace medio/un siglo o dos, y que vivimos en el año de la marmota condenados a repetir nuestros errores… interminable-, exponencialmente.
Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás