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Filosofitis Entradas

Tres semanas mas un día, una diferencia que hace una diferencia

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Y al final llegaron Toddy y Wiwi

Hacía ya tres semanas que habíamos vuelto a Bogotá. Harto preocupados por la pronta llegada de @mirandau y wiki y sin conseguir un lugar donde hacer yacer huesos y mente, un sprint afortunado nos regaló (previo pago de una parva de dólares) un lindo departamento en Sierras del Este frente a la circunvalar, en la intersección con la calle 61.

Apenas habíamos puesto un pie en la flamante casa (de diseño, tapizada con lindas amenities) llegaron los viajeros, y un Wiki que había permanecido encerrado 13 horas empezó a recorrer sus nuevos aposentos. Para nuestra dicha después de varios días aprisionado en un espacio mínimo, cuando él era un gato libre de verdad, empezó a convivir en este lugar, y hoy hizo un primer paseo por escaleras y canchas de basquet, eso si debidamente enlazado a una correa.

Habían sido semanas difíciles, con un síndrome de adaptación a cuestas, con mucho apoyo practico y emocional de parte de un puñado de buenos amigos, y sería entonces hora de cosechar. Algo que ocurrió en profusión gracias a la presencia de mis partes faltantes, y a la conjunción de los astros, que aburridos de declararnos la guerra en Buenos Aires, parece que aquí decidieron darnos una tregua, y nos abrieron algunas puertas que seguramente no son sino las primeras de un largo recorrido que haremos de ahora en mas.

Adiós 2013 bogotano. Mas que un balance solo un aperitivo por lo mucho bueno que vendrá

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100 días que duraron un suspiro

Ojo que todavía faltan tres semanas largas para terminar el 2013, y que aun están pendientes los dos llamados de presentación de trabajos de Humanidades Digitales en la UBA, pero nosotros ya no estamos en Bogotá sino que vamos rumbo al hundido sur en un vuelo de Aerolíneas Argentinas que despegó casi dos horas mas tarde de lo programado. Mientras nos llevamos atesorados 100 días (no literales ya que mas de la mitad los pasamos fuera la capital colombiana).

¿Qué pasó en este paréntesis pasado en el extranjero? ¿Especialmente en términos de proyectos, búsquedas y futuros? Precisamente buscando abrochar la experiencia, ayer a la mañana tuvimos una reunión con la rectora de la Universidad Tadeo Lozano, la Dra María Cecilia Vélez después de una larga charla preliminar con Carlos Hernandez, el Director de Innovación. La charla con la rectora (de la que participó Carlos) fue muy amena, hicimos un balance de lo prometido/realizado este primer trimestre de trabajo conjunto, evaluamos fortalezas y debilidades de varias unidades de la institución, y de algunas áreas de trabajo de las que pudimos participar, y sobretodo visualizamos numerosas tareas a realizar el año próximo, que prometen ser desafiantes y abarcadoras.

Como lo comentamos en varias oportunidades (incluso en la propia Tadeo cuando compartimos el Pecha Kucha Bogota 11) las universidades son instituciones lentas y paquidérmicas. Aunque supuestamente dedicadas a la innovación y el cambio generalmente están arrinconadas por lo conocido y aprobado. Por ello cuando se diseña una célula de cambio como es el @Tadeolab empiezan los corcoveos y las repuestas inquietas y cuestionadoras de quienes no comparten nuestros presupuestos, no valoran nuestras metodologías y mucho menos conciben como serios y bien orientados proyectos que buscan «decloisenner» autismos disciplinarios y obsesiones monotemáticas.

Fin y reinvención de ConectarLab

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Hace ya tiempo inmemorial creamos de la mano de cinco valientes ( los que se sumó una decena mas de participantes) un laboratorio de innovación en el seno de Conectar Igualdad, el programa argentino que repartió 3.5 millones de computadoras a todos los estudiantes de los colegios públicos de la Argentina.

El espacio institucional fue lo de menos, podía haber sido allí o en la Luna. La convocatoria de los indiecitos fue cuasi aleatoria. Casi ninguna de las personas que comenzó a trabajar en el Lab, hace exactamente 18 meses, disponía ni del tiempo, ni de la seguridad pero sobretodo, de las ganas de vivir full-life una experiencia de características curiosas, inestables, muy sometida a los vaivenes de la coyuntura, y encima encapsulada en un proyecto político/ideológico que la mayoría no compartía.

A pesar de tantos imponderables, y ayudados por la confianza inquebrantable de quien en ese momento fuera el director del programa, el Lic. en Física, peronista histórico y gran practicante de la tecnología en el seno del estado, Pablo Fontdevila, y semiayudados por una burocracia administrativa, que en ese entonces, más o menos alejada del cepo absolutista de la administración que la sucedió, permitía grados de innovación, porque suponía que el programa iba más allá de la sospecha opositora que lo rebautizó como «una computadora = un voto», un presupuesto mas o menos generoso nos permitió imaginar la que sería una flor de un día.

Tadeolab da sus primeros pasos dentro y fuera de la universidad

De la idea a la acción

Cuando finalmente terminó la larga exposición que hicimos el lunes pasado ante el Consejo Académico de la Universidad Tadeo Lozano en Bogotá, hubo unanimidad total en la sala. Nuestra propuesta, que habíamos diseñado junto a Catalina Quijano y a Ana Campos, con la mediación gráfica de Juanita Carrillo, había calado hondo y consistentemente en el auditorio.

Lo que hasta días antes era apenas una intuición, o un deseo, de la mano de una presentación contundente, potenciada gráficamente (y eso que no usamos, aun, nuestra arma de combate icónico como es el Prezi), y con un perfecto blending entre los que mis coequipers habían vivido y aprendido en el CRI de Paris, liderado por el potente Francois Taddei, y lo que vinimos haciendo en ConectarLab el último año y medio, el devenir lab de la Cátedra de Datos, mas las experiencias previas del 1a1Sarmiento y el Proyecto Facebook, se habían convertido en una poderosa aplanadora digital.

Mediante un trazado sutil que debió permanentemente jugar a la resultante entre dos coordenadas abiertamente incompatibles, como son una universidad que necesita autrorreproducirse y que con un elenco estable de docentes mas o menos adocenados lo puede hacer sin cambiar demasiado, y propuestas disruptivas que amenazan el status quo, que son marginalmente rentables (al menos en un principio) y que carecen de cuerpos formados como para pasar del estado embrionario o de prototipo, debería haber una tercera posición. Como en tantos otros espacios y temporalidades que supimos frecuentar, tertium datur y aquí esa posición nada fácil, pero siempre tentadora vio abrirse la ventana de la oportunidad.

Recién empezamos, ni siquiera hemos ocupado aun el espacio incipiente que nos fue asignado, pero antes siquiera de atravesarlo sabemos que es apenas un punto de partida, porque la demanda, las propuestas y las energías que la propuesta están desatando son tan grandes que seguramente pronto quedará mas que chico.

El proyecto 1@1 Sarmiento en Retrospectiva

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Alla lejos y hace tiempo

Durante el año 2011 nos metimos de cuerpo entero en la aventura de pretender cambiar radicalmente el perfil de intervenciones en una escuela secundaria porteña. Después, abocados a crear un Lab de Innovación, reflexionamos y reubicamos muchas de nuestras estrategias, oscilando entre reintroducirlas en la universidad, o convertirlas en políticas públicas.

Hoy cuando ya hemos entregado nuestros informes finales, podemos ver en perspectiva lo mucho y bueno que hicimos con un equipo entusiasta proveniente mayoritariamente de la Universidad Pública. Pero también sabemos lo infinito que queda por hacer en la reforma educativa como bien nos lo enseñan Andy Hargreaves y Dennis Shurley en The Fourth Way? The Inspiring Future for Educational Change

Gracias a todos los colaboradores por su compromiso y dedicación. Para nosotros fue un desafío enorme que si bien estuvo tachonado tanto de sinsabores como de momentos sublimes, nos mostró (como esta revelando estos días Evgeny Morozov en su nuevo libro To Save Everything, Click Here: The Folly of Technological Solutionism), que ninguna transformación radical es posible sin ruidos, sin fricción, sin mugre, sin innumerables resistencias, sin efectos contraproductivos, sin ineficiencias varias.

Que no es posible disparar ninguna dinámica de cambio sin que debamos contrarrestar en el proceso una ingeniería social (o educativa) incapaz de respetar la diversidad y la variedad propias de metodologías reduccionistas, permedada de fantasías de aplanamiento y homogeneización digital (camisa de fuerza digital bautiza Morozov a esta fantasía tan presente en Silicon Valley y sus clones devaluados locales) que se suma a las analógicas archiconocidas.

Bienvenidos a los Revolabs. Lo digital como preludio (opcional) al cambio real


Una idea es una diferencia que hace una diferencia

Una idea es una diferencia que hace una diferencia. Lo sostuvo el genial Gregory Bateson e inusitadamente las vemos propagarse estos días por las latitudes menos imaginables a través de insurgencias sociales desplegadas en nombre de la democracia, los movimientos de liberación, el cuestionamiento del status quo, o una nueva oscilación del péndulo de la historia.

Lo cierto es que los vientos de cambio asolaron a Europa Oriental a principios de los años 90, destronaron al neoliberalismo en América Latina a principios de los 2000, están hundiendo al proyecto de la Unión Europea desde fines de la primer década del Tercer Milenio, y finalmente están liquidando a las autocracias árabes en el norte de África, con estribaciones recientes en Turquía (donde arrinconan al primer ministro Recep Tayyip Erdogan, el mayor enemigo de las redes sociales desde el destronamiento de Hosni Mubarak, y al propio Brasil -afortunadamente ganador-, cuando quería vivir su hora de gloria con la Copa de las Naciones, aperitivo del Mundial del 2014 y las Juegos Olímpicos de 2016).

Toda revolución siempre estuvo asociada o codeterminada a/por los medios de comunicación, desde las revoluciones burguesas y su filiación en el libro, hasta la caída de las repúblicas socialistas, corroídas por la radio y la televisión capitalistas. Siguiendo con este enfoque, son muchos los que creen conectadas causalmente a las redes sociales con las revoluciones árabes y las que vendrán.

Es un meme interesante y casi convincente. Sin embargo desde las dudas que abrigó Malcolm Gladwdell cuando insistió en que la revolución no sería twitteada, hasta las observaciones mucho más sutiles de Manuel Castells para quien correlación no es causalidad, desmienten tanta facilidad explicativa.

Arrimándonos muy de refilón a la magia de Marruecos

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No fue mi primera vez en Africa. Ya había pasado un tiempo en Dakar, otro tanto en Túnez en un par de visitas recientes, y lo mismo sucedió con Dubai y Riyahd. En todos esos lugares estuve mas o menos cerca del desierto, subí a algún camello, comí toneladas de appetizers locales, ví mujeres con más o menos velos, visité mezquitas, llegué a charlar con árabes vestidos en distinguidas túnicas blancas, y pude apreciar la belleza de sus construcciones (hermoso pueblo blanco Sidi Boud Said que visitamos con Alejandro Prince y Patricia Bertolotti), lo pretencioso de sus apuestas arquitectónicas (como la Kingdom Tower en Riyahd), y sobretodo la voluntad de hacerle pito catalán al desierto, a la pobreza y a la tradición e inventarse una Las Vegas de carne y hueso como es el caso de Dubai y sus mil y una fantasías hechas realidad empezando con el hotel vela Burj Al Arab y el edificio mal alto del mundo el Burj Kalifha.

Pero sin quitarle mérito a ninguna de estas sensaciones, faltó mucho en esas visitas anteriores para captar y apreciar algo mas profundo y mas auténtico de la Africa sentida. No se trataba de fechas ni de cargos, ni de lecciones de historia a la page, ni de guías mas o menos versátiles y poliglotas, capaces de transmitir en mayor detalle y con capacidad de traducción cultural algunos de los secretos imperecederos de la cultura árabe.

Mas allá de estarnos completamente vedada su lengua, la posibilidad de sumirnos en sus valores y deseos, en sus tradiciones y en sus acervos, en su sensibilidad y en su forma de vernos, condenada desde siempre al fracaso y al silencio, distanciados como estamos por de la comunicación directa, franca y transparente con ellos era una deuda que había que pagar.

Por eso una breve excursión a Marruecos (frustrada en Julio de 2009 por la enfermedad de Francis Pissani que me llevó a suplantarlo en Málaga -impidiéndonos llegar a Tánger y Fez- en la clase inaugural de los cursos de la UNIA) pudo llegar a ser el fiel que inclinara la balanza y decidiera de qué lado del mostrador estamos cuando queremos determinar cual es el nivel de «arabeidad» que tenemos en el cuerpo y en la mente.

La interminable querella entre los duros y los blandos, los antiguos y los modernos, los datos y la interpretación

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La Tradición Clásica

Hace chiquicientos años compré dos voluminosos tomos del FCE laboriosamente burilados por Gilbert Highet titulados la Tradición Clásica (traducción del original de 1949 de The Classical Tradition: Greek and Roman Influences on Western Literature). Alli en mas de 800 págines Highet se hacía preguntas que tienen hoy tanta vigencia (sino mas) que hace medio siglo atrás.

¿Qué debe nuestro mundo contemporáneo al mundo de Grecia y Roma? ¿Qué lazo nos une con Homero y Virgilio, con Píndaro y Horacio, con Cicerón y Plutarco? Para Highet los hombres del Renacimiento no necesitaban preguntárselo: la atmósfera en que ellos vivían estaba saturada del hálito de la Antigüedad, pues el Renacimiento, en la literatura, no fue en gran parte sino una resurrección del admirable pasado de Grecia y Roma. Highet, Batesonianamente buscaba (inventar) pautas que conectan.

Pero el hombre moderno, envanecido por sus adelantos técnicos, necesita plantearse esas preguntas. Es lo que hace ese libro de Gilbert Highet. Nuestra deuda para con el mundo clásico, el lazo que con él nos une, los bienes espirituales que de él hemos recibido: tales son sus temas. Tradición y creación individual son las dos grandes fuerzas que mueven la literatura. Y la tradición clásica ha sido y es, una de las más poderosas. Amplifivada hasta el paroximo por la daga de la muerte del libro que hoy vive su enésima reencarnación.

Gilbert Highet traza la historia de esta deuda de las literaturas modernas para con las literaturas clásicas, desde la remota Edad Oscura (bastante menos de lo que creemos) hasta los tiempos presentes, pasando por la Edad Media, el Renacimiento, la era barroca, la era revolucionaria o romántica y el siglo XIX.

Las Big Humanities y el futuro de la lectura digital

Viviendo en la era de los incunables digitales

La aparición del Kindle en el año 2007 y la de la iPad en el 2010 han cambiado de forma irreversible el futuro de la lectura. Como bien dijo José Antonio Millán en Leyendo Pantallas una nota reciente en El Pais aunque el contenido sea el mismo, el soporte define claramente diversas estrategias de lectura, que se van complejizando y adoptando perfiles cada vez mas diferenciales a medida que nos vamos separando del papel, y a medida que nos vamos sumergiendo en la pantalla.

Estamos viviendo en la era de los incunables digitales. Esta no se inició ni en el 2007 ni en el 2010, empezó una década y media atrás tal como dimos acabada cuenta de ello en el capitulo 4 (anticipatorio) «Portabilidad de documentos e intercambio electrónico de nuestro» libro Post-Televisión. Ecología de los Medios en la era de Internet (Paidós, 1998), y está afectando de tal manera a la ecología de la lectura que ya no hay vuelta atrás.

Segun datos del INE en España en 2011 el número de libros impresos se redujo un 24.4%, mas del 20% de las licencias ISBN que se emiten en España son para contenidos digitales. En 2011 se vendieron 500% mas de dispositivos de lectura electrónica que en el año 2010.

El lector medio de libros digitales lee 24 al año, mientras que el lector en papel lee una media de 15. En España no llega a tres millones el número de personas que leen libros en formato digital (en AL sos bastante menos). En 2010 representaban el 4,3% de todos los lectores. En diciembre de 2011 ya eran el 6,8%, según el estudio Hábitos de lectura y compra de libros en España 2011 que publica la Federación de Gremios de Editores de España.

Son numerosos los factores que incidieron para que la lectura electrónica alcanzara velocidad de escape. Uno de los mas llamativos fueron precisamente los lectores (se han vendido ya mas de 140 millones de iPads, 280 millones de iPhones, 500 millones de Smartphones Android y un número varias veces millonarios de Kindles que Amazon se niega a enumerar). Sin contar que la existencia de programas como el Kindle for Mac y Kindle for Windows (y la opción de usar el Amazon Cloud Reader para los usuarios de Linux o BlackBerry) multiplica por centenares de millones estas posibilidades.

La tercera cultura: de la retórica a la epistemología experimental. Del Reality Club en Manhattan a la Universidad de Buenos Aires

Brockman at the Factory with Andy Warhol and Bob Dylan

La retórica de la Tercera Cultura. Todo bien con eso pero…..

Si bien nunca participé (como si lo hizo por ejemplo nuestro entrañable amigo Francisco Varela) de las reuniones que John Brockman organizaba los viernes a la tarde (y que tenían lugar en restaurantes chinos, lofts de artistas, salas de la Rockefeller University o en The New York Academy of Sciences entre los años 1981 y 1996 en Manhattan, y que se convertirían en las maravillosas conferencias del Reality Club, siempre estuve muy atento a lo que allí ocurría, primero gracias a los libros que las condensaban y después (desde 1997) a su brillante despliegue en la red a traves del sitio edge.org.

Con un valor agregado que no se encuentra en casi ningún otro sitio, Edge.org convocó en esta década y media desde que está on line a mas de ciento cincuenta reverberadores seriales entre los que se encuentran: Daniel C. Dennett; Richard Dawkins, Freeman Dyson, Niles Eldredge, Murray Gell-Mann, Stephen Jay Gould, Stewart Kauffman, Benoit Mandelbrot, Lynn Margulis, y George Williams (científicos); Mihaly Csikszentmihalyi, Howard Gardner, Steven Pinker y Roger Schank (psicólogos); así como artists, teólogos, editores, escritores y críticos sociales (aquí algunas charlas).

Dada la calidad de los aportes (curiosamente mucho mas fuertes del lado científico que del literario o artístico) nos pusimos muy contentos cuando vimos traducidas al castellano una variedad de sus publicaciones anteriores (que hoy alcanzan a las 15 antologías) empezando con La Tercera Cultura. Mas allá de la revolución científica por Tusquets en 1996, seguidas de varias compilaciones mas recientes como Cultura, Mente y Vida en ediciones Critica que, diseminan esas charlas en nuestro idioma

Pero todo esto es ya historia vieja. Si hoy volvemos al tema es porque en el marco del rediseño del Programa de la cátedra Datos del año 2013 creemos llegado el momento de salir de la nebulosa conceptual de la Tercera Cultura y adentrarnos profundamente en sus usos pragmáticos.