Todos tenemos nuestros autores fetiche. Cuando se alcanza una edad provecta como la nuestra, podríamos imaginar que ese listado sería suculentamente largo. Sin embargo lo mismo que ocurre con los gustos musicales sucede con los implantes epistemológicos, somos groupies de apenas un quinteto de buenos ancestros absorbidos generalmente en nuestra juventud.
Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás