Según Freud (para desesperación de sus críticas feministas) la anatomía es destino. Con tanta reingeniería, piercing, tattoo, implantes y otras yerbas dando vueltas, a lo mejor esta sentencia puede ser revertida o reconstruída. De lo que no hay duda es de que las tecnologías del conocimiento determinan la naturaleza de los formatos y los géneros.
Y aunque los historiadores de la filosofía, y los propios filósofos, siempre lo olviden, su profesión no existiría y su metier se disolvería como azúcar en el café, de no mediar la escritura. La pregunta del millón que no podemos dejar de hacernos hoy, es cual será el futuro de la escritura con la aparición de los medios electrónicos. Y al mismo tiempo cual será el futuro de la filosofía con la proliferación de reflexiones en formatos no textuales (multimediáticos, cine, etc.).
Mas puntualmente, queremos imaginar cual será el futuro de la filosofía gracias (o a pesar de ) la aparición de la web y los formatos hipertextuales. Para tener una mala primera impresión podemos cotejar la producción filosófica encapsulada dentro de los weblogs. Un formato que hasta ahora fue mucho mas feliz en el terreno del periodismo, el discurso autobiográfico y pavadas varias, antes que en términos de una refundación de los géneros del epigrama, los aforismos y el antitratado filosóficos.
Pero es cuestión de ejercitarnos mas y deprimirnos menos. Mientras tanto estudien las propuestas de David Kolb, que haciendo uso del hipertexto se animó con Socrates y otros héroes de la película filosófica tradicional. Y lo hizo estupendamente bien. Se viene la filosofía hipertextual carajo!
Sé el primero en comentar