Deviniendo posthumanos y mas aun
Conocí a Katherine Hayles en un evento organizado por la Media Ecology Association en México en el 2007. Habia leído un par de sus libros como Chaos and Order: Complex Dynamics in Literature and Science. (ed.), (Chicago: The University of Chicago Press, 1991) y How We Became Posthuman: Virtual Bodies in Cybernetics, Literature and Informatics, (Chicago: The University of Chicago Press, 1999.
Mientras tanto eHayles había escrito un conjunto de ensayos sobre la intersección entre tecnología y cultura, y mas precisamente de la interacción entre narrativa y tecnología sumamente destacables tales como Nanoculture: Implications of the New Technoscience (ed.), 2004 y Writing Machines (Cambridge: The MIT Press, 2002).
Como la mujer, que ya pisa los 70 años, no descansa nunca, año a año fue profundizando en estas intersecciones desde la veta autobiográfica como en My Mother Was a Computer: Digital Subjects and Literary Texts (Chicago: The University of Chicago Press, 2005), metiéndose de lleno en la literatura digital como en Electronic Literature: New Horizons for the Literary, (South Bend: University of Notre Dame Press, 2008), para finalmente publicar este año un impresionante conjunto de ensayos y reflexiones concentradas en una pregunta que se hiciera Vannevar Bush hace cerca de 80 años en How we may think , con la diferencia de que ella no especula tanto acerca de como será el futuro sino que en How We Think: Digital Media and Contemporary Technogenesis (Chicago: The University of Chicago Press, 2012). trabaja con un detalle y una profundidad pocas veces vista antes, como escribimos, pensamos, investigamos, nos comunicamos, nos conectamos, etc en el entorno digital.
Ah si, es una persona de muy bajo perfil, encantadora, muy profunda en sus comentarios y observaciones, muy abierta al diálogo y contrariamente a lo que podría surgir de su apuesta por lo cyborg, lo posthumano y lo hiperdigital, tiene una fina sensibilidad hacia la cultura clásica, está empapada de las problemáticas centrales de la cultura humanista, y aunque defiende a rajatabla el nuevo paradigma digital, ello no implica para nada que desconfíe o esté dispuesta a sacrificar miles de años de cultura letrada, de sesudas reflexiones o de análisis mas que profundos acerca de la naturaleza humana, su cultura, su tecnología y aledaños a manos del tsunami eidético o la lectura fragmentaria y superficial.
La ecología del conocimiento digital
Hayles trabaja en las huellas de Marshall McLuhan y de Lev Manovich, pero tambien en el terreno balizado por los mucho menos conocidos Friedrich Kittler y Mark Hansen y forma parte del movimiento de las humanidades digitales que toma a la era de la imprenta como un artefacto cultural que ya llegó a su ápice y está en reflujo. Para ella las tecnologías digitales se aprecian en un nivel estratificado de usos académicos. En el mas básico el e-mail, los sitios web de los departamentos universitarios, las búsquedas, los mensajes de texto, los archivos digitales, su diseminación, etc. Casi todos en la academia participan de este uso básico.
Quienes hemos ido mas alla de esos usos primarios e instrumentales lo hemos hecho no solo de la mano de programas y plataformas sino de una epistemología subyacente que está en las antípodas de la cultura letrada con su privilegio de las ideas y las discusiones abstractas, los argumentos hipotéticos y los juegos del lenguaje centrado básicamente en el «como si». Aunque hay muchas vertientes y variantes la cultura letrada -a excepción de sus herejes- está comprometida con una visión mentalista e individualista del conocimiento.
Cuando ampliamos esa visión y postulamos una cognición extendida en la cual el pensamiento y la acción humanas se ven enredadas mas alla de la computadora aislada y dentro de una ecología de acciones e intervenciones, hasta la propia actividad académica se ve profundamente subvertida. Ello ocurre cuando los académicos empiezan a utilizar las tecnologías como punto de partida para los procesos de investigación.
Un secreto escondido a voces es que la mayoría de las publicaciones de las ciencias sociales son ignoradas por casi toda la comunidad científica afín. Así David P. Hamilton en un ya añoso informe Publishing by — and for? — the Numbers (si se lo repitiera hoy seguramente los resultados serian una mas escandalosos), mostraba que mientras que en las ciencias duras y durante un periodo de 5 años a partir de su publicación los artículos jamas citados habían llegado a 22.4%, en el caso de las humanidades se trataba nada mas y nada menos de que del 93.1%.
Ese número muestra con claridad cuanto publicar puede servir para las promociones y las contrataciones pero que poco y nada tiene que ver con la productividad y la relevancia, sobretodo habida cuenta de que hoy hay blogs de alta calidad, fuera de cualquier circuito de legitimación que tienen miles, cuando no centenares de miles de lectores.
Cambios paradigmaticos epocales
Llegados a este punto las formas de hacer humanidades y ciencias sociales se han visto afectadas en todas sus fases: investigación, comunicación, enseñanza, mentorazgo, acreditación, evaluación de pares y, sobretodo, una (re)-articulación de la academia con la sociedad, al punto de que resulta llamativo e incomprensible el intento de muchísimas instituciones por seguir operando como si viviéramos a principios, mediados o fines del siglo XX.
Se trata pues de otro nivel de involucramiento con el paradigma digital ligado al diseño e implementación de programas de investigación en medios digitales. En este plano intervienen en la puesta a punto cuestiones ligadas al diseño, la navegación, la gráfica, la animación y su integración con los conceptos. Lo significativo aquí es la fuerza argumentativa que tiene cada una de estas dimensiones con su apuesta crecientemente intensificadas hacia el trabajo colaborativo en las antípodas del autismo epistemológico propia de la investigación centrada en un tema, en una cabeza, en una tradición de pensamiento y en una carrera profesional individual.
Al trabajar colaborativamente el académico digital puede incluir fácilmente a estudiantes en los proyectos y la apropiación de la web forma parte constitutiva de cualquier emprendimiento. La clase ya no alcanza para contener el trabajo y se abre el camino a los labs como espacio de trabajo colaborativo y a los estudios en donde se produce e implementa. He aqui el tripode inexistente e invisible para la academia tradicional de que es pensar/hacer en epoca de web masiva.
También queda claro que lo que las tecnología estan haciendo no es solo cambiar el modo de «hacer» humanidades y ciencias sociales sino al sistema educativo en su conjunto
Entre el uso de e-mail y el viraje hacia los MOOCCs que alcanzaron su punto culminante en 2012 donde ya vemos no solo cursos de 160.000 alumnos sobre inteligencia artificial sino también de visualización de la información e infografia para 4000 alumnos de Alberto Cairo de enero próximo anticipan un clivaje profundo y a lo mejor irreversible entre el antes y el después de la vida académica.
Las Humanidades digitales están pasando de su etapa Lumiere y Melies a su etapa Griffith e Eisenstein.
Día a día (aunque nos dejamos confundir por plataformas, programas, apps y mucho bambolla tecnofílica) lo cierto es que lo que importa es el desarrollo de vocabularios, retóricas y bases de datos que le están dando el terreno una configuración impredecible, cada vez mas sofisticada y probablemente lo están convirtiendo en un territorio con costos de acceso para los humanistas convencionales.
Esa divisoria sin resto está ya en operaciones permitiendo que los académicos consagrados (con Umberto Eco a la cabeza, muy especialmente en su libro con Jean Claude Carriere Nadie acabará con los libros ), refunfuñen y desacrediten la mediamorfosis en curso tratándola como una simple evolución (fallida) en los modos de leer y escribir, disparados por una iconofilia irresponsable, pero que pronto volverá a poner al texto en el Olimpo del que nunca hubiera debido ser desplazado
También estamos viendo una resistencia fenomenal respecto de los polialfabetismos, de los soportes múltiples, del transmedia, de los géneros inclasificables y de las operaciones de diversificaciónn semántica que confunden y llevan a un antagonismo creciente entre ambos bandos de los analógicos y los digitales
Varias generaciones de humanidades digitales
Si bien las humanidades digitales (digital humanities) emergieron al menos como proyecto incipiente en los años 60, huno al menos 3 o 4 intentos de reinvención en las décadas siguientes. A fines de los 60 y principios de los 70 con la apropiación de las mainframes por parte de algunas pioneros (fue el caso de Janet Murray, Katherine Hayles, Brenda Laurel y la propia Sherry Turkle, quienes tenían perfiles polímatas y que era competentes en los lenguajes analógicos y digitales desde esos lejanos inicios).
A fines de los 70 y mediados de los 80 el entretejido tecnocultural avanzó por el lado de los hipertextos e hipermedia, de la mano de laboratorios de innovación como el de Brown University con el Hypertext Editing System, y tuvo luego un empuje monumental con laboratorios de la propia Apple con el Advanced Technology Group (ATG) dirigido entre otros entre 1986 y 1997 por innovadores de fuste como Larry Tessler y Donald Norman.
A principios de los 90 volvimos a ver un cruce fructífero de mano en los inicios de la web con la presencia de variados teconoartistas y escritores multimediales avant la lettre (la combinatoria fue anunciada por Jakob Nielsen en Hypertext and Hypermedia. Movida que tendría su culminacion dos decadas mas tarde como nos lo muestra la reciente obra de Stephen Wilson Art Science Now How scientific research and technological innovation are becoming key to 21st-century aesthetics) en áreas de convergencia como Biología Molecular, Kinética y Robótica, Interfases alternativas, Algoritmos, Información, etc) y su fusión con el código.
La situación volvió a repetirse a comienzos del milenio con trabajos sumamente sofisticados y ricos entre ellos el Manovich de The language of new media, la Murray del Hamlet en el Holoverso, o el Espen Aarseth de Cybertext: Perspectives on Ergodic Literature. Finalmente estas reivenciones llegaron llegaron a su paroxismo en la segunda década del tercer milenio con los trabajos de sistematización y de potenciación de los cruces a manos de Lev Manovich (y su libro Software Culture) de Janet Murray (Inventing the medium), de Katherine Hayles (How we think), mientras que Sherry Turkle arrojó la toalla y se convirtió en tecno-pesimista, y en el medio aparecieron varios autores pocos conocidos para complementar esta ofensiva.
No debemos olvidarnos en el camino de otras obras exquisitas que tendieron a generar esta tela digital humanista de la manos de Friedrich Kitller en Discourse Networks, 1800/1900 y Gramophone, Film, Typewriter; de Avital Ronnell en The Telephone Book: Technology, Schizophrenia, Electric Speech y de Gregory Ulmer en Teletheory; Grammatology in the Age of Video, entre muchos otros.
Vino nuevo en odres viejos
Esta segunda o tecera generación de Digital Humanities a la que Hayles bautizó como Comparative Media Studies emerge con fuerza a mediados y fines del 2000 y se traducen en obras muy poco conocidas pero de un enorme poder de evocación, metaforizador y multiplicador de intersecciones como son las de Matthew Kirschenbaum (2007) que en Mechanisms: New Media and the Forensic Imagination enfantizan los conceptos de materialiadad formal y forense.
En la misma longitud de onda están las obras de Loss Glazier como Digital Poetics: The Making Of E-Poetries (2008) sobre la poética experimental, la de John Cayley How It Is in Common Tongues sobre palabras y bits, y los de Stephanie Strickland como Zone Zero sobre trabajos que tienen versiones tanto impresas y digitales.
Existen mas y ricos ejemplos de la combinación de filosofía con contenidos en los New Media tal como la obra de Mark Hansen New Philosophy for New Media (2006). Contamos asimismo con la impresionante colección MIT series sobre platform studies, codirigida por Nick Montfort & Ian Bogost, que se ocupa de las affordances y los constraints en plataformas mediáticas tales como la Atari 5600 en Racing The Beam , la Nintendo Wii o la Commodore Amiga, todas obras en las que las técnicas del «close reading» o explicación de textos inaugurada hace ya casi un siglo por I.A. Richards y su estudiante William Empson se aplican al código a los video displays en vez de al texto.
Mostrando la amplitud de trabajos, líneas de investigación y tradiciones de trabajo post- y meta-textuales que desconocemos por entero, entre este grupo de pioneros se encuentran Wendy Hui Kyong Chun con Programmed Visions: Software and Memory and Mark Marino y su ensayo incluido en 10 PRINT CHR$(205.5+RND(1)); : GOTO 10
Esta variedad llamativa de obras critican ideológicamente la retórica, los formatos y los procedimientos propios del software, aluden a la retórica de los procedimientos (Ian Bogost), se centran en la analítica cultural (Lev Manovich & Jeremy Douglas), que usan el análisis estadístico y las estructuras de base de datos para analizar enormes conjuntos de materiales visuales impresos, como las tapas de la revista Time entre 1923 y 1989 (ver imagen mas arriba), o 1 millón de paginas de novelas gráficas de manga, mostrando que es posible analizar, criticar, comentar y remixar formatos que van mas alla del texto con la misma profundidad, valor y sofisticación que en el caso de los textos Image Processing and Software Epistemology
Enseñar lo que no se sabe todavía
Contrariamente a la seguridad académica textual estos antidisciplinarios diseñan cursos que ponen en cuestión la transparencia del texto y lo desnaturalizan haciéndolo resonar con otros medios. Es el caso de cursos como Literature+ de Alan Liu de UCSB en los cuales los estudiantes pueden elegir una historia o poema y lo modelizan, simulan, mapean, visualizan, codifican, lo someten a análisis de textos, lo samplean, mashupean, generan un storyboard o blog, lo rediseñan como un juego, generan una versión en machinima, o lo convierten en una base de datos, un hipertexto, o un mundo virtual.
En la misma dirección va el curso que ofrecen Jessica Brantley, una medievalista, y Jessica Pressman, una especialista en literatura contemporánea, ambas de Yale University, comparando la transición del manuscrito a la imprenta con el pasaje de la imprenta a lo digital, y donde uno de los pilares de; trabajo es el espacio del laboratorio y del diseño de experiencias de lectoescritura.
En particular en la Universidad de Duke autores como Cathy Davidson (autora de Now You See It: How Technology and Brain Science Will Transform Schools and Business for the 21st Century, que fue una guía de la cursada que acaba de finalizar en datos sobre Narrativas Transmediáticas), Nicholas Gessler, Mark Hansen, Timothy Lenoir, y Victoria Szabo, en la tradición del design thinking, pero sólidamente ancladaoa en la economía textual articulan y trascienden el monolinguismo textual y se aventuran en nuevos formatos y soportes.
Como muchos de los docentes que promueven estas incursiones provienen de las humanidades y las letras, llama la atención como pudieron escapar al cepo de las periodizaciones (e.g., prosa del siglo XVIII), las nacionalidades (Inglesa, Norteamericana, Anglófona, etc.), y de los géneros (ficción, prosa, drama), todos los cuales están centrados en los contenidos y no enlos problemas. Por su orientación las digital humanities apuntan a la dimensión del hacer sumando al desafio del diseño de buenos lectores y escritores, el uso de software, de herramientas estadísticas, de armado de base de datos y de otras herramientas y enfoques digitales.
Se trata pues de un intento de síntesis entre lo analógico y lo digital, entre la imprenta y el código, entre el análisis y el diseño, entre la lectura profunda y la hipertextual y la generada por la lectura automatizada. El cómo pensamos (con énfasis en la pluralidad y en las posiblidades abiertas por la galaxia digital) es el hilo conductor de este conjunto de enfoques y propuestas. Hacia alla vamos.
Referencias
El ABC de las Digital Humanities
Berry, David Digital Humanities: First, Second and Third Wave
Berry, David M. & Rybicki, Jan The Author Signal: Nietzsche’s Typewriter and Medium Theory
Digital Humanities highlights from the 2012 annual conference in Hamburg
The Digital Humanities Manifesto 2.0
Interchange: The Promise of Digital History
Liu, Alan Profile
Manovich Lev the meaning of statistics and digital humanities
Manovich Lev Image Processing and Software Epistemology
Pennenberg, Adam The book as we know it is dead
Pressner, Todd Digital Humanities 2.0: A Report on Knowledge
Unsworth, John (2002) What Is Humanities Ccomputing and what is not?
Cursos
Liu, Alan Literature+
«Big Data, Visualization, and Digital Humanities» – Manovich’s course at CUNY Graduate Center, Spring 2013
Libros especializados
Bodenhamer, David. J., John Corrigan, and Trevor M. Harris, eds. 2010. The Spatial Humanities: GIS and the Future of Humanities Scholarship. Bloomington: Indiana University Press.
Drucker, Johanna. 2009. SpecLab: Digital Aesthetics and Projects in Speculative Computing. Chicago: University of Chicago Press.
Etzioni, Oren. 2007. Machine Reading: Papers from the AAAI Spring Symposium. Technical report SS0-07-06.
Foster, Thomas. 2005. The Souls of Cyberfolk: Posthumanism as Vernacular Theory. Minneapolis: University of Minnesota Press.
Liu, Alan. 2004. The Laws of Cool: Knowledge Work and the Culture of Information. Chicago: University of Chicago Press.
Liu, Alan. 2008. Local Transcendence: Essays on Postmodern Historicism and the Database. Chicago: University of Chicago Press.
Mangen, Anne. 2009. The Impact of Digital Technology on Immersive Fiction Reading: A Cognitive-Phenomenological Study. Saarbrücker, Germany: VDM Verlag.
Ramsay, Stephen Reading Machines: Toward an Algorithmic Criticism
Contextos algoritmicos y tecnogénesis
Hamilton, David Publishing by — and for? — the Numbers
Naughton, John How algorithms secretly shape the way we behave
Samuel, Alexandra Work Smarter with Evernote in 2013
Taleb, Nassim The Surprising Truth: Technology Is Aging in Reverse
Analógico = Variables continuas = Enfoque cualitativo = Comprensión o Verstehen del contexto/sociedad/realidades sociales. Visión global de los «hechos sociales».
Digital = Variables discretas = Enfoque cuantitativo = Segmentación del contexto/ Búsqueda artificial de atributos aislados = Parcelación artificial de la realidad social.
[…] investigadores más conocidos y muchos libros que han llegado a un mercado amplío. Los enlaces: uno, dos, […]
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[…] Epistemología de la analítica cultural […]
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Hola.
He compartido en mi blog, indicando tu autoría, enlazando a los originales y sin modificar nada, dos de las entradas de tu web: ésta y la segunda parte. Lo he hecho porque me parecen interesantes y por tener tu opinión a mano, pero, por supuesto, si no quieres que lo haga y quieres que las borre, no dudes en decírmelo. Y de ser así, agradecería que aceptaras mis disculpas por adelantado.
Muchas gracias.
[…] Esta entrada, y las opiniones e ideas que contiene, fueron creadas por Alejandro Gustavo Piscitelli y publicadas originalmente el 24/12/2012 en su página web, cuyo enlace es el siguiente: http://www.filosofitis.com.ar/2012/12/24/las-digital-humanities-y-como-pensamos-en-la-era-de-la-anal… […]
[…] Esta entrada, y las opiniones e ideas que contiene, fueron creadas por Alejandro Gustavo Piscitelli y publicadas originalmente el 29/12/2012 en su página web, cuyo enlace es el siguiente: http://www.filosofitis.com.ar/2012/12/29/las-“digital-humanities”-y-como-pensamos-en-la-era-de-la-analitica-cultural-2da-parte/ […]
[…] Las “Digital Humanities” y como pensamos en la era de la análitica cultural […]
[…] Las “Digital Humanities” y como pensamos en la era de la análitica cultural […]
[…] Las “Digital Humanities” y como pensamos en la era de la analítica cultural […]
[…] “Las ´Digital Humanities´ y cómo pensamos en la era de la analítica cultural” en http://www.filosofitis.com.ar/2012/12/24/las-digital-humanities-y-como-pensamos-en-la-era-de-la-anal…; Lev Manovich: Software Studies Initiative en http://lab.softwarestudies.com/ y su libro Software […]