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Autor: Alejandro Piscitelli

Profesor Titular del Taller de Procesamiento de Datos, Telemática e Informatica. Carrera de Ciencias de la Comunicacion, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Profesor Escenario del Futuro UDESA. Profesor Universidad Nacional Tres de Febrero.

Oriana Fallaci ¿Cómo estar de acuerdo en el desacuerdo?

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¿Qué/quién es un autor?

Hace mas de un cuarto de siglo que Michel Foucault nos enseñó que un autor no es ni una persona ni un personaje. No es una autoridad por encima de su tiempo (no solo del calendario sino sobretodo del biológico o biográfico), sino a lo sumo un testigo muy interesado, transitado de cavilaciones y tensiones, urgido a reconciliarse consigo mismo mas que con los otros y en plena contradicción interna.

Esta definición de autor como un ser abierto para las interpretaciones contradictorias (una mezcla berreta de Heidegger y Eco) alcanzó en este lapso a un puñado de iconoclastas y de librepensadores y hacedores. Cada vez a menos, cada vez acaparó excepciones, cada vez mas abrazó a figuras que uno supondría heraldos de tiempos idos pero para nada de los actuales o los de por venir.

¿Teorizando la frivolidad o frivolizando la teoria?

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Aggiornadas, tradicionales, desinteresadas, liberales y descontentas

Hace un par de semanas había hojeado en Córdoba una vieja revista Noticias en la cual una tal cronista Ana Pere Vignau armaba una tipología de modelos femeninos argentinos, clasificándolas por estilo, dándoles un nombre propio y encima distribuyéndolas por su cabtidad relativa.

Según esta cronista de lo perogrullesco las mujeres argentinas de hoy se ordenan según las siguientes categorías: aggiornadas, tradicionales, desinteresadas, liberales y descontentas.

La revista In y el número dedicado al tiempo

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El coleccionista de revistas

Saben que las revistas, como las morochas de pelo largo, me pueden. Saben que vengo comprando revistas desde tiempo inmemorial, si coleccionables mejor. No casualmente a los 12 o 13 años empece a guardar todos los números de la revista Primera Plana, que mi mama en tiempos de Ongania no tuvo mejor idea que hacer desaparecer.

Cuando a fines de los años 60 estudiaba en la Facultad de Filosofía y Letras coleccionaba desde la revista Planeta hasta la maravillosa Mundo Nuevo (pagada por la CIA sin que la mayoría de sus escribidores lo supieran.. al menos así nos quisieron hacer creer cuando se destapo la olla -como revelo Frances Stonor Saunders en La CIA y la guerra fría cultural (Editorial Debate, Madrid, 2001). También juntaba una maravillosa revista francesa sobre música moderna, y después me afinque en distintas publicaciones periódicas, universitarias o de divulgación.

Experiencias intensas en comunicación interactiva

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¿Con que otra maquina la maquina literaria puede ser conectada?

Lo escribió Gilles Deleuze hace tanto tiempo y yo lo siento cada tanto, a veces con una fuerza y una intensidad que supongo que fue la que el mismo Deleuze en sus momentos de gloria dejo granadas para siempre.

Porque tiene mucha razón ese autor imperdible (esa multiplicidad de yoes hormigueantes), que leímos con fruición desde nuestros años 1969 en París, a quien conocimos en Vincennes en 1974, cuando dice -en Milles Plateaux– que ante un libro hay que preguntarse con que funciona, en conexión con que hace pasar intensidades… porque según el cuando se escribe, lo único verdaderamente importante es saber con que otra maquina la maquina literaria puede ser conectada y debe serlo para que funcione.

La endemoniada cara económica de los mundos virtuales

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Medias realidades

Raro ¿no?, que un tema como este que condensa muchas de nuestras preocupaciones de los últimos años no haya sido hasta ahora motivo de nuestras ruminaciones. Hace tiempo que esto de las medias realidades (tanto mas que el de las media naranjas) nos viene obsesionando, y sin embargo aun después de habernos agenciado de la Biblia sobre el tema (La obra de Edward Castronovo Synthetic Worlds The Business and Culture of Online Games. Chicago University Press, 2005) y tenerlo dormitando en nuestros anaqueles durante varios meses, la cosa no nos había llamado la atención y el esfuerzo del concepto por pensarla se dilataba interminablemente.

Nuevamente lo que nos saco de nuestro sueño dogmático y nos revelo que estábamos frente a una idea (o meme), como bien definía Gregory Bateson a una diferencia que hace una diferencia fue la seguidilla de artículos y el entusiasmo que Pablo Mancini y Julian Paredes de educ.ar pusieron sobre una encarnación mas que lograda de estos mundos sintéticos, a saber Second Life.

En los origenes de Second Life

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Nihil nova sub sole

Como siempre vemos el árbol pero no vemos el bosque. Nos llenamos la boca con las maravillas y las sorpresas que nos tiene guardados Second Life, pero desconocemos que antes de este experimento en mundos virtuales que amenaza cambiar todo (interfases, metáforas, interacciones, mundos alternativos) hubo antes otras experiencias y antecedentes que sembraron el camino.

Y que no solo los hubo sino que encima existieron teóricos y analistas muy finos que hace ya un tiempo bastante largo (inmenso en términos de Internet) viene investigando y analizando el fenómeno, y que desde hace al menos 5 años estaban descubriendo las tendencias y el futuro de lo que a mi se me aparecía oscuro, muy oscuro, cual es el futuro de la red.

My Space, youtube y algo mas. Simplicidad y no proposito clave para el exito de los sitios web 2.0

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Ecología de MySpace.com

Hace apenas 6 meses hicimos una nota mas o menos llamativa acerca de MySpace y de como este sitio estaba trastrocando la idea misma de comunidad virtual .

Pero a los lectores mucho mas que nuestras sugerencias lo que los volvió locos fue que Robert Murdoch hubiese gastado mas de 500 millones de dólares para comprar al sitio. Esta misma semana en la Universidad de San Andrés un investigador como Jeffrey Cole (University of Southern California) en el marco del II Coloquio Internacional «La Sociedad de la Información en Perspectiva Comparada: Las Américas y Europa« insistió en que el sitio colapsaria muy rápidamente.

Y nos vamos al video

Los sistemas de video tal como fueron inspirados por Youtube revolucionarán no sólo a Internet sino sobretodo a la televisión y concordantemente a los regímenes cognitivos.

Curiosamente nunca habíamos puesto un video en Filosofitis. Ya era hora. Digamos que es un autoregalo de cumpleaños que me hago en my 57avo onomástico.

El fracaso de la oficina sin paredes de Jay Chiat

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Los seres humanos estamos atravesados por el tiempo y somos incrustados en el espacio.

Todos somos herederos de nuestras lecturas de las épocas mozas. Para algunos fueron las novelas o las historias, para otros aventuras o crónicas científicas. Para quienes jugamos en una época a ser filósofos esas lecturas fundadoras estuvieron de la mano de los clásicos desde Aristóteles a Heidegger. Y entre los nombres propios con mucha resonancia siempre figura, obligadamente, nuestro amigo intelectual Immanuel Kant.

Aunque nunca me puse de acuerdo conmigo mismo para saber si la obra cumbre de Kant, la siempre comentada «Critica de la Razón Pura», es una novela, o un ensayo, un tratado o un delirio, cualquiera que la haya merodeado estará mas que al tanto de las preocupaciones del profesor Kant acerca de los fundamentos del conocimiento humano. Y recordará sin demasiado esfuerzo que una de las tesis centrales de la obra era la idea del tiempo y el espacio como formas puras de la sensibilidad.

Conversando entre pares. Una laptop por adulto

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Cursos y seminarios sin fin

Hemos dado tantos cursos y seminarios, hemos visitado tantos campuses y universidades, hemos estado en tantas salas y ambientes de aprendizaje que las cosas empiezan a ponerse borrosas, las caras de los alumnos y de las alumnas se desdibujan progresivamente y la sentencia del profesor Eugenio Pucciarelli (¿bendición o maldición?), fundador de carreras de filosofía en la Argentina, cada vez se vuelve mas pertinente.

Cuando tenia apenas veintipico bisoños años y acababa de terminar el profesorado en Filosofía, le pedí entusiasmado entrar rápido a las huestes de la enseñanza. Quienes en ese entonces nos dedicábamos al metier especulativo sospechábamos que nuestra consagración (vocación cumplida, felicidad aspirada, encuentro con el destino o algo por el estilo), pasaba obligadamente por la docencia, quizás antes y mejor que por la investigación -tan disociadas concebíamos en ese entonces ambas cosas.