Volando… bajito y mezclándolo todo
A 8.000 metros de altura los recuerdos se confunden y no necesariamente por la falta de oxigeno. Porque aprovechando ese instante fugaz entre la subida y la bajada del avión me puse a escribir esta crónica que empezaba así.
Demis Roussos con su prominente miriñaque natural lo cantaba a viva voz y mas de uno nos conmovíamos, como ahora le pasa a las cuarentonas recién cumplidas con Arjona. No me acuerdo ni siquiera la letra de la canción pero si su rima pegadiza y su estribillo que siempre giraba alrededor del meteco, el paria, el mestizo, el marginado.