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Categoría: Metodología

La (In)Conclusión de Nativos Digitales

El lunes 2 de marzo entra a la imprenta Nativos Digitales. Dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitecturas de la participación. Si todo libro es un parto, este lo fue de quintillizos. Iniciado tres veces, postergado por innumerables razones, abarcando mucho y apretando lo que se pudo, en un mes y medio estará en las librerías. Aquí la primera parte de las cuatro páginas de cierre/reapertura.

Los libros, como la vida, como la sociedad, nunca terminan, siempre continúan. Cuando estamos dando los toques finales a uno, otros brotan como simientes y esperan que se los abone adecuadamente. Es probable que los libros futuros sean, como esas ideas que se le ocurrían a Woody Allen por centenas y que recién fructificarían, debidamente seleccionadas en sus películas diez o más años después (Lax, 2008). Que el hombrecito tiene una veta fabulosa se testimonia en sus 38 películas hasta ahora, dudo mucho de que yo llegue a la veintena de libros, aunque ya orillo la decena.

El After Pop. Quien lo hubiese dicho/pensado


Un listado llamativo. Sorpresas te dan los viajes y la curiosidad

Paseando raudo por las librerías compre/me regalaron unos libros maravillosos: 2. Peter Sloterdijk En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalizacion. Madrid, Siruela, 2007. 3. Bruno Latour & Pasquale Gagliardi (eds) Las atmósferas de la política. Dialogo sobre la democracia. Madrid, Complutense, 2008; 3. Eloy Fernandez Porta Homo sampler. Tiempo y consumo en la era Afterpop. Madrid, Anagrama, 2008. 4. Ken Robinson The element. How finding your passion changes everything. London, Penguin, 2009. 5. Francis Pisani & Dominique Piotet. La alquimia de las multitudes. Como la web esta cambiando al mundo. Barcelona, Paidos, 2009.

La mayoría de los libros de este listado están en la categoría A pero de todos estos hay uno que descolla sobremanera. Se trata de la obra de Fernández Porta, un increíblemente joven profesor de 35 años de la Universidad Pompeu Fabbra, que cuando todo parecía estar dicho -lo que e slo mismo que nada-, saltó al conocimiento público con un par de volúmenes de cuentos, se destacó muy mucho en el 2007 con su ensayo AfterPop y ahora viene a romperla toda con un impresionante trabajo, que combina en dosis inéditas e inauditas, el tono académico, la parodia, el ensayo desentumecedor, y sobretodo la capacidad de pasearse irreverentemente entre todos esos registros, inventar muchos mas, jugar con todo y con todos, y aun así sistematizar, proclamar, insistir y finalmente regalarnos una fenomenología del tiempo.

Usar es comunicar. La arquitectura es la poética (de la interacción) en Facebook

Cuando no comunicar es una forma de comunicar

Hace muchísimos años atrás Gregory Bateson, en muchos lugares, pero principalmente en esa roca de su producción que fue Mind and Spirit (curiosamente traducida entre nosotros como Espíritu y Naturaleza) sostenía (como lo habían hecho Paul Watzlawick y otros compañeros de su etapa de Palo Alto) que era imposible no comunicar. La versión batesoniana era mas fuerte aun cuando insistía en que la falta de respuesta era también una respuesta. Que la pregunta no respondida del amante respecto de ser amado, era también una respuesta. Que no hacer nada, que no contestar, que no pronunciarse, que no explicitar era toda una declaración, y fundamentalmente que todos tenemos una epistemología, especialmente los que nos jactamos de no tener ninguna.

Nuestras primeras observaciones acerca de los usos de Facebook (acerca de los efectos inesperados de su uso) van exactamente en esta dirección. Lo notamos con sorpresa y casi arrobamiento respecto del cambio de estado civil. Pasar de single a in a relationship, de I’ am complicated a single, convierte de pronto a relaciones intimas antes desconocidos en una complicidad o un exhibicionismo propio de las páginas del corazón.

De la reticulación a las piscifactorías. Los links no son interacciones. Eppur… Facebook se mueve


Quien no es programador, es un analfabeto digital

Estos días estamos viendo violentas e interesantes confrontaciones acerca de los usos sociales de las redes. Que oscilan entre el fanatismo y la ingenuidad de quienes las poseen o las usan, para vender fruta de distinta calidad, hasta quienes las ven como un reencarnación del panóptico bemthaniano/foucaultiano. Y en el medio una gama de usos mas o menos libertarios o meros espejismos, al mejor postor.

En la última reunión de cátedra con Mario hablábamos del gran déficit que padecemos como internautas o internetólogos. Dado que vivir en red es básicamente padecer (u ofrecer) arquitecturas, quien no tiene habilidades de programación (es mi caso y el de la mayoría de los cientistas sociales, filósofos, humanistas, investigadores de todo tipo, pontificadores y vendedores de combustibles espirituales o de aceites curalotodo a excepción es claro de Carlos Reynoso), es un analfabeto digital de nuevo cuño.

Etnografías de Facebook. Irreduciendo el software social. Cuando la arquitectura es la retórica de la red


Modalizar no es moralizar

Bruno Latour nos enseñó tantas cosas, que es difícil agradecerle todas y bien. Pero una de las mas duraderas ha sido la noción de modalizacion de los discursos. Importa tanto lo qué se dice acerca de qué, como cómo se dice acerca de, quién dice qué, cómo se instalan los temas y los tropos, quiénes los definen y bautizan, quiénes los explican y los rearticulan. Y esto vale tanto acerca del mundo real como del virtual. Y muy especialmente del virtual. Donde las operaciones de marketing, visibilización, esponsorización y de puesta en circulación requieren de figuras, de promotores, de usuarios.

La modalización tiene sus riesgos cuando se presenta como academización. Tuvimos un excelente ejemplo cuando nos enfrascamos en la lectura de Ciberculturas Juveniles coordinada por Marcelo Urresti de la UBA, donde fenómenos que son vibrantes, confusos, e desinstitucionalizantes, fueron barridos por la mirada ubamarxista, pasteurizados por las viejas dicotomías y distinciones de siempre, y en definitiva englobados bajo una mirada ideologizante previas a cualquier lectura y que se impone mecánicamente llevando a conclusiones sabidas de antemano independientemente de que objeto se analiza.

Polialfabetismos. La Tercera Etapa del Taller de Procesamiento de Datos. El devenir proyecto de la Cátedra.


La prehistoria de la catedra

Creada en 1986 con el inicio del único curriculum que la Facultad logró alguna vez consensuar (bah imponer en ese entonces), reinventada en 1996 con la división de la cátedra en dos (Crom en ese entonces -a partir del 2009 Becerra- y Piscitelli a partir de entonces), nuestra materia hoy ya añosa de 12 pirulos, sufrió cambios y transformaciones de todo tipo (temáticas, organizacionales, tecnológicas, institucionales).

Acunada al ritmo de Internet, con una importante rotación de ayudantes, habiendo tenido cuatrimestres masivos, y otros muchos mas chicos ahora (como que la matrícula de la carrera pasó de 2.400 alumnos anuales a 700), nuestro plan de enseñanza se ha ido modificando a la luz de distintos incentivos, motivaciones, demandas y fundamentalmente, a partir de nuestro propio crecimiento y mutaciones varias.

Empezamos concentrándonos en temas formales y abstractos como las máquinas, los algoritmos, los sistemas formales. A lo largo del tiempo nos fuimos sociologizando y epistemologizando, pero sobretodo internetizándonos. Perdimos docentes y aliados en el camino, pero también ganamos reconocimientos, fuimos pioneros en el uso de los weblogs y el destilado de ayudantes y coayudantes que tenemos hoy es de lujo. Durante mucho tiempo no pudimos sobrepasar el nivel periodístico informativo en temas cibercultiurales, y recién en los últimos 3 o 4 cuatrimestres a través de un uso intensivo de las herramientas, pero sobretodo habiendo cambiado la dieta cognitiva de nuestros alumnos creímos que estábamos entrando finalmente a la tierra de los nativos digitales.

La Era Digital y la Reinvención de la Humano

El presente texto es una transcripción editada y complementada de la conferencia inaugural que dicté en el Congreso Comunicación y Transmisión Digital, realizado en Costa Rica en Mayo de 2008. Para ilustración de varios de los elementos descritos aquí, una presentación previa en PowerPoint se encuentra disponible en http://www.slideshare.net/apiscite/convergencia-cultural/. Este texto editado formará parte de un libro que aparecerá a la brevedad en Centroamérica. Habiendo dictado cerca de 25 conferencias similares en los últimos 6 meses, esta es hasta ahora una de las transcripciones mas fieles y detalladas de dichos contenidos. En mi próximno libro sobre Nativos Digitales que saldrá probablemente en abril del 2009, irán acumulándose estos temas y otros en curso de pensamiento y acción.

Introducción

Deliberadamente no titulé esta charla como «convergencia digital» porque la convergencia digital, en realidad, es un sub-capítulo de algo mucho más importante y más complejo: la convergencia cultural.

En 1959, un destacado intelectual británico, C.P. Snow, hacía referencia al conflicto de las dos culturas, insistiendo en la dificultad para sostener conversaciones por parte de dos grupos humanos, que nos atraviesan a todos los que estamos en esta sala: por un lado, los científicos de las ciencias básicas y duras; por otro lado, los humanistas, los filósofos, la gente de las ciencias blandas (1).

Ese enfrentamiento, tras casi 50 años, en algunos casos se sintetizó y dio lugar a esta convergencia cultural; pero en otros no, y ha generado un ensanchamiento de la brecha entre científicos y humanistas vinculada a la naturaleza tan distinta de las actividades de cada uno.

Los bárbaros de Google. Educando con sentido a la Generación Einstein. Primera Parte

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De un orden cognitivo a otro

Hace un par de de décadas, sino mas, que estamos viendo disolverse un orden cognitivo y emerger pari passu otro. Las raíces están en los 60 y en los 70 como décadas prodigiosas que fueron. Las combinatorias y la ruleta evolutiva (y en este caso histórica) jugaron lo suyo. No son pensables disrupciones mentales sin disrupciones sociales, no hace falta sentir de nuevo si ya lo estábamos haciendo antes intensamente.

Pero siempre faltaba algo para que no se notara el hilo de la costura cuando de pensar esta dinámica hipercompleja entre cultura/tecnología se trata. Porque no conseguimos proyectar una mirada estereoscópica y sobretodo anamórfica sobre una realidad que solo puede verse en esas extrañas dimensiones recurriendo a una pulsión conceptual que en general brilla por su ausencia.

Cara a cara con el desafío docente. El encuentro virtual/presencial en Santander. Escribir/enseñar en colores y leer/ser leído en blanco & negro

Cuando Heráclito y Parménides tenían los dos razón.

El eterno dilema del autor es como combinar su narcisismo y deseo, que lo/nos lleva a querer reinventar(se) permanentemente, para ser idéntico a si mismo en el flujo y las transformaciones. Porque en la eterna guerra entre Heráclito y Parménides al final, como era previsible, ambos tenían razón. Al mismo tiempo, en el mismo rincón de la mente, en el mismo repliegue del corazón.

Nadie se baña dos veces en el mismo río (mientras queden ríos), porque las moléculas tanto propias como ajenas están siempre en constante mutación, pero al mismo tiempo «el ser es y el no ser no es», y eso mientras estamos vivos y a lo mejor después también.

Basta de maniqueísmos y basta de reduccionismos. Lo proclamaba indignado Martín Varsavsky hace poco, y no hay momento u ocasión que no nos obligue a hacer lo mismo a nosotros. En su polémico observatorio acerca de la sociedad y de si mismo en que se ha convertido su weblog, Varsavsky decía no entender porque él escribía en colores y sus lectores (algunos lectores especialmente los argentinos) insistían en leerlo en Blanco y Negro.

De «Wittgenstein flies a kite», a «The Craftsman» de Richard Senett

«Idas y vueltas en nuestras errancias librescas

Con un libro reciente me pasó lo mismo que me pasó en su momento con History of The Pencil. A story of design and circumstance de Henry Petrovski. En viajes sucesivos, que en ese tiempo tomaban intervalos de a lo mejor de un año, lo ví en los anaqueles, lo hojeé un par de oportunidades, y aun así no me lo traje en las faltriqueras que solo admiten una decena por viaje.

Esta vez se trata de Wittgenstein Flies a Kite: A Story of Models of Wings and Models of the World de Susan Sterrett, que en el curso de dos meses ya pasó dos veces por mis manos, en ambos casos a un precio mas que reducido, y que aun así me pareció tan exótico (pero al mismo tiempo tan tentador), que di vueltas y vueltas y otra vez lo dejé reposar en los anaqueles.