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Categoría: Iconoclasia

Pensar a los medios para que los medios nos piensen a nosotros. Rediseñar a los medios para rediseñar nuestras capacidades cognitivas

Desde hace al menos 20 años vemos emerger discusiones complejas y confusas acerca del futuro de los medios digitales.

Complejas porque lo que está en juego es el futuro de la lectura y de la escritura, y nosotros como animales simbólicos, que somos estamos atravesados por la macrodieta cognitiva que nos constituye. Cada vez que la misma muta todos los valores y prácticas sociales asociadas se ven consiguientemente afectadas.

Confusas porque al afectar la mediamorfosis en curso a las profesiones ancestrales (en particular a las cinco P que hemos comentado a lo largo de todo el 2010: Profesores, Publicistas, Profesores, imPrenteros y Políticos), muchas veces se aprecia la emergencia de nuevas prácticas metacomunicativas como amenaza y como caballos de Troya, que so pretexto de la introducción de innovaciones (corporativas) atenta en contra de los pilares mismos de la civilizacion occidental (la democracia y familia de palabras asociadas al paradigma de broadcast y de expertise).

Cada profesión convertida en una corporación confunde deliberadamente su supervivencia (particular) con la del todo (social). Si sostenemos que los modelos de negocios del papel están amenazados de muerte se nos acusa de sacrificar a los mediadores del interés general que son los medios, en aras de no se sabe que confabulaciones tecnocorporativas.

Si insistimos en que las intermediaciones que hicieron el agosto de las empresas de broadcast (desde Hollywood a las discográficas, desde las editoriales a los medios masivos) son insostenibles, porque han generado rentas extraordinarias en favor de monopolios -aliados a leyes de copyright francamente absurdas, y han marginado de la distribución a infinidad de productores que nunca han logrado sortear los filtros cognitivos oligopólicos de las distribuidoras, se nos endosa no entender la lógica particular del capital cultural, y se nos enrostra sacrificar la calidad en aras de la cantidad.

La escala crea al fenómeno. De porque fracasan las tecnologias redentoras en el aula

Escala, granularidad y comprensiòn de/en las ciencias blandas

La cita del físico decimonónico francés Charles Eugéne Guye nos acompaña desde hace mucho tiempo, y la hemos visto probada mil y una veces en el campo de las ciencias duras, con el aditamento de que muchas veces no solo necesitamos cambiar de escala para ver (crear/descubrir) al fenómeno, sino que encima tenemos que inventar el dispositivo (la teoría concretizada) que haga posible siquiera intuir que hay un fenómeno a ver, teorizar, diseñar, entender y finalmente convertir en dispositivo de persuasión.

Seamos menos enigmáticos. Sin microscopio no habría célula, y sin telescopio no habría cráteres en la luna, ni anillo en Saturno, ni canales (¿secos o mojados?) en Marte y mucho menos ADN o bases. Aunque es claro para que alguien decidiera inventar y arriesgar reputaciòn y pecunio en esos emprendimientos es porque previamente la teorìa llamaba a ver esos fenòmenos intuidos pero aun no comprobados

Pero no solo en las ciencias duras se aplica la máxima de «la escala crea al fenómeno». Otro tanto ocurre en las humanidades, y gran parte de la redología, para no hablar de la teoría de la complejidad, dicen exactamente lo mismo.

Estamos hablando también de granularidad es decir de nivel de resolución, y a medida que nos alejamos de las ciencias duras y nos acercamos a las humanidades y las transdisciplinas, estas cuestiones se agigantan y nuestro desconocimiento (porque cuanto menos sabemos peor actuamos) llega a extremos brutales y autodestructivos. Como se ve en el caso de la educación y muy especialmente en el del uso de tecnologías en la educación.

Diciéndole Bye Bye a El Proyecto Facebook. Yendo hacia un proyecto/intervencion de síntesis

Un buen proyecto llega a su fin. A proyecto muerto, proyecto puesto
A principios de Octubre de 2010 están por cumplirse los dos años desde la primera vez que empezamos a pensar en el Proyecto Facebook. Las primeras reuniones que lo vieron emerger tuvieron lugar a fines de 2008, en esa época yo usaba poco y nada tanto a Facebook como a Twitter, y jamás me pude imaginar que una iniciativa puramente académica tendria los reflejos, rebotes, carambolas y la recepción que en definitiva el proyecto tuvo.

Hace un tiempo hicimos la cronología de sus principales momentos, y hemos repetido hasta el hartazgo sus supuestos, sus aspiraciones, su metodología, sus encarnaciones, los efectos buscados, los logros inesperados, la ruptura del pacto pedagógico que el mismo supuso, y que para nuestra sorpresa convertiría a una buena cátedra -que exigía mucho y planteaba lecturas de una dificultad notable- en una usina no solo de ideas y de proyectos, sino tambien y sobretodo de formatos y propuestas, casi en el borde de lo educativo, e invadiendo terrenos como la publicidad, el periodismo, las politicas editorials y vials operas indiustrias de psih.

Primero hubo un proyecto, después se produjeron dos cursadas con sus consabidos trabajos, después vinieron los 4 meses en los que codificamos la experiencia, y la cuarta y última fase fue la presentación del libro en 5 ciudades en forma sucesiva a lo largo del año 2010: Buenos Aires (Mayo), Madrid (Junio), Bogota (Julio), Barcelona (Septiembre), Mexico (Octubre)

Menos crisis y mas rediseño cuando de la p de periodismo se trata

Hartos del diagnostiquismo eterno de las crisis

Se habla tanto de la crisis de las profesiones P, que cuando nos encontramos con auténticos ejemplos de su superación, o no lo creemos, o pasamos por alto la existencia efectiva de pocas pero convincentes manifestaciones de su posible reinvención. Lo mismo ocurre en el sector editorial, educativo y publicitario.

La verdad es que ya estamos hartos tanto del diagnostiquismo eterno de las crisis, asi como de las treinta mil variantes bonapartistas que proclaman su resolución, para aburrirnos con mas de lo mismo, con la rectificación de nombres y sobretodo con promesas que son solo parches y retórica.

Pero también nos irrita cada vez mas no reconocer cuando de tanto en tanto alguien, generalmente un grupo, da un salto cualitativo y muestra cómo se deben hacer las cosas, qué logros son realmente discontinuos respecto de lo aburridamente existente, y cómo se los ningunea o evita con miradas condescendientes, con comparaciones ridículas o con una ignorancia corporativa que vemos aumentar día a día.

Por suerte esta vez no vamos a hablar de la post-educación, aunque cada día tenemos mas que decir al respecto, sino del post-periodismo. Y lo haremos en dos tiempos. A partir de un encuentro/entrevista que tuvimos el pasado viernes con Gumersindo Lafuente en el Café Gijon en el Paseo de los Recoletos en Madrid, complementando con una espectacular entrevista que el periodista Joseba Elola le hizo a Alan Rusbridger, director de The Guardian, en el Pais de este domingo.

Minibalance de El Proyecto Facebook. Segunda Parte de Cuatro

4. La Formación continua y la apuesta por los nativos digitales

Aprender/trabajar antes que una secuencia son un continuum entrelazado

Hace mas de 30 años en un hermoso diagrama de John McHale se anticipaba lo que hoy llamamos Educación por extensión, educación continuada, educación continua o formación continua. Entendiendo por tales sinónimos un espectro de actividades y programas de aprendizaje teórico y práctico que se realiza después de la formación obligatoria o reglada y que puede extenderse durante toda la vida.

Con esa astucia unica que lo caracterizó el autor de The future of the future Where the New Technology is Taking Us and What We Can Do About It (1969), Basic Human Needs – A Framework for Action coescrito con su mujer Magda Cordell (1979), The Ecological Context (1971) y sobretodo World Facts and Trends (1969) el primer libro tapizado de graficos y comparativos que me inculcaría mi amor por la visualización de la información, Mc Hale contrastaba dos secuencias formativas.

La tradicional en la cual estudiábamos de los 6 a los 25 años, trabajábamos desde los 25 a los 65, y volvíamos a estudiar, o nos dedicábamos a lo que mas nos gustara, desde esa fecha hasta nuestra muerte. En el formato por él propuesto, que se cumplió bastante endeblemente, trabajaríamos/estudiaríamos intermitentemente a lo largo de toda nuestra vida.

Jóvenes que prometen.. y no están obligados a cumplir

Me acuerdo cuando aun no había terminado el secundario, que no había comentario que me irritara mas que el señalamiento de que era un joven que prometía mucho. ¿A quién? ¿Durante cuanto tiempo? ¿Cumpliría alguna vez esas promesas que yo no le había hecho a nadie pero que algunos hacían por mi?

Cada vez que veo a un joven talentoso prefiero en cambio no verlo como una bella -y probablemente condenada a incumplirse- promesa, sino mas bien como alguien que es el mejor, en lo que hace en su ahí y ahora. Y por mas que la obrita de Seth Godin Salir del abismo. Supera los obstáculos en tu carrera profesional parece un burdo manual de autoayuda, es en cambio un poderoso analizador, cuando se trata de entender la forma en que algunos jóvenes hacendosos, talentosos y con ganas, se hacen su espacio en el mundo, y al hacerlo benefician a un gran numero de personas.

Por todo ello me alegró verlo a Diego Leal el pasado martes en Bogotá. Y aunque no pudimos trabajar juntos en un Educamp como hicimos a fines de noviembre del año pasado en Montería, Pereira y Bogota, al menos pude entrevistarlo, comentar con el cual será su aporte al próximo libro que estamos redactando sobre Edupunk y Facebook y de paso constatar que Diego es uno de los mejores exponentes de la webducación 2.0 que yo conozca en América Latina, junto a Cristóbal Cobo, aunque en otra área de expertise

Small Worlds. El gran Nigel Holmes en Buenos Aires

El hombre que amaba las revistas

Uno de mis sueños de pibe fue tener a mi disposición durante semanas, meses y años una veintena de revistas para estar «informado». Estábamos a mediados de los 70 y ese proyecto fue posible porque el lugar adonde trabajé entonces contaba con un grupo de 30 personas con quienes hicimos una vaquita, contratamos al diariero de la esquina, y cada semana revistas como Times & Newsweek, L’Express y un puñado de nacionales nos daban un panorama de lo que pasaba en el mundo en esos días aciagos.

20 años mas tarde y de la mano del dólar barato me hice mi propio dieta de suscripciones incluyendo en la época previa a la primera burbuja de Internet mas de una decena de revistas, la mayoría de ellas difuntas, como Wired, Fast Company, Business Week, The Industry Standard, Business 2.0, How!, Fortune, I.D, Leonardo, que cada semana me desentumecían la croqueta y me ponían en contacto con temas y cuestiones que aquí no pegaban ni con cola.

Adiós a Gregorio Klimovsky el mas tolerante de los epistemológos argentinos

Amigos los hay de varias clases

Con el lío que inventó Facebook (demonizado esta semana en la nota de tapa Espías en Red por la Revista Veintitrés que suma todos los lugares comunes a la incomprensión periodística en estado máximo) de los amigos Nesquik, ya es difícil saber quien es un verdadero amigo -o así quieren hacérnoslo creer algunos pícaros.

Yo los tengo en dos categorías, el puñado de incondicionales, que mas allá de la distancia y del tiempo, e indiferentes al contacto físico (otra vez gracias Internet por ser tan generosa) son sentidos como tales. Ya sea que los haya conseguido cuando estudiaba en la UBA hace 40 años atrás como Nora de México, o que nos hayamos cruzado en algún viaje o red como Mónica de San Pablo hace 30 años, o como Marcelo quien fuera hace 20 años marido de una jefa de trabajos prácticos de la Universidad Nacional de Rosario, pero también a quienes conocí en los últimos años como Horacio, Roberto, Iván o Ernesto y algunos mas.

El After Pop. Quien lo hubiese dicho/pensado


Un listado llamativo. Sorpresas te dan los viajes y la curiosidad

Paseando raudo por las librerías compre/me regalaron unos libros maravillosos: 2. Peter Sloterdijk En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalizacion. Madrid, Siruela, 2007. 3. Bruno Latour & Pasquale Gagliardi (eds) Las atmósferas de la política. Dialogo sobre la democracia. Madrid, Complutense, 2008; 3. Eloy Fernandez Porta Homo sampler. Tiempo y consumo en la era Afterpop. Madrid, Anagrama, 2008. 4. Ken Robinson The element. How finding your passion changes everything. London, Penguin, 2009. 5. Francis Pisani & Dominique Piotet. La alquimia de las multitudes. Como la web esta cambiando al mundo. Barcelona, Paidos, 2009.

La mayoría de los libros de este listado están en la categoría A pero de todos estos hay uno que descolla sobremanera. Se trata de la obra de Fernández Porta, un increíblemente joven profesor de 35 años de la Universidad Pompeu Fabbra, que cuando todo parecía estar dicho -lo que e slo mismo que nada-, saltó al conocimiento público con un par de volúmenes de cuentos, se destacó muy mucho en el 2007 con su ensayo AfterPop y ahora viene a romperla toda con un impresionante trabajo, que combina en dosis inéditas e inauditas, el tono académico, la parodia, el ensayo desentumecedor, y sobretodo la capacidad de pasearse irreverentemente entre todos esos registros, inventar muchos mas, jugar con todo y con todos, y aun así sistematizar, proclamar, insistir y finalmente regalarnos una fenomenología del tiempo.

Dada y Lenín un solo corazón. Créase o no

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Aunque Barcelona no es Nueva York… tampoco es el Mar Muerto

Si si ya lo sabemos Barcelona no es Nueva York o Londres, y entonces nada nos va a sorprender demasiado, ninguna locura bibliográfica nos va a comer el mate, y tampoco cambiaremos de vestido ideológico o epistemológico de un día al otro. Pero les puedo asegurar –como vengo haciéndolo en forma inalterada al menos desde 1998-, sino antes, que venir a España, y saquear las librerías locales, aunque a veces haya que rasguñar las piedras y si se lo hace un intervalo de 4/6 meses (a diferencia de uSA donde cada 1/2) da un resultado cuantitativo mas o menos parecido brinda joyas unicas y maravillosas.

Fue lo que me paso ayer en los pocos minutos que tuvimos junta Hugo Pardo y a Carlos Scolari de recorrer dos o tres librerías en el barrio de El Raval y aquí va un breve racconto de lo encontrado, que habrá que deglutir en los próximos meses o años. Y conste que hemos sido precisos y que hemos restringido la dieta cognitiva al maximo. Igual la decena de libros elegidos ya debitaron 150 euros de mis escualidas faltriqueras