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Categoría: Reseñas

Los libros del 2018 que nos sirvieron para pensar/actuar


No siempre pero bastante seguido hacemos el listado de los libros que nos rompieron la cabeza durante el año en curso apenas transcurrido. Es un rito que no le hace mal a nadie, que ordena retrospectivamente nuestro gusto insaciable por los temas mas diversos y que nos lleva a justificar nuestras inversiones cognitiva (aunque cada vez compramos menos comparativamente con décadas pasadas).

Además estos listados son cada vez mas fragmentarios, limitados e inconclusos. Porque como en este caso están limitados a los libros de papel que han pasado por nuestras manos (a nivel de lecturas de solapas han sido muchos centenares), y que por razones de empatía, decoro o mucha ganas, han terminado por engrosar los estantes ya atiborrados de una biblioteca en estado de desquicio total (prometemos que la pondremos a cero en el 2019).

Y por otra parte propuestas como las de de Pierre Bayard en Cómo hablar de los libros que no se han leído, Anagrama 2011 (original 2007) vuelve aun mas inútiles a listados como el nuestro. Aun así nos llevamos (le llevamos) la contra a Bayard y hacemos nuestra síntesis anual con la misma

Porque en Cómo hablar de los libros que no se han leído, Bayard no solo asume con naturalidad nuestra sempiterna condición de no-lectores (por mucho que seamos ávidos devoradores de libros, el número de lecturas pendientes siempre será infinitamente mayor), sino que convierte esa en apariencia vergonzante no-lectura en el núcleo mismo de la lectura

Apóptosis institucional y reinvención por emergencia

libroUn libro no cambia el mundo, ni el mío ni el vuestro, ni el personal ni el colectivo. O casi nunca lo hace. A menos que se trate de una novela genial, de un ensayo desmistificador, o de un poema que sintoniza con nuestra veta más etérea y romántica, en el momento justo o junto a la persona apropiada.

Un libro no cambia a las organizaciones por más que se trate de los clásicos que han permitido reinventarlas o rediseñarlas, desde Max Weber a Frank Taylor, desde Elton Mayo a Chris Argyris, desde James March a Peter Drucker, para no hablar de los gurúes de las últimas dos décadas desde Michael Porter a Geoffrey Moore, desde W.Chan Kim a Clayton Christensen, desde Jim Collins a Eric Ries, desde Jason Fried a Peter Thiel.

Pero las organizaciones por mas dogmáticas que sea, cambian… o mueren. Muy pocas veces a la velocidad requerida, casi siempre a destiempo, sacrificando en el medios vidas e ilusiones, cumpliendo malamente sus misiones y funciones. Con algunas excepciones como Apple en sus inicios o Ultimate Software en nuestros días.

Cogitamus ergo sumus

Cuando todo es ciencia y técnica (o política) nada lo es.

Ya lo decía Althusser hace medio siglo atrás de su gemela desconocida: cuando todo es política nada es política. Pero cuando nada es ciencia y técnica y nada es política es cuando se vuelve imposible entender ¿dónde vivimos? (¿de qué lado de la grieta estamos en los relatos mutuamente descalificadores que florecen por doquier?), ¿porqué el mundo ha tomado la extraña figura contradictoria (nunca hubo mayor riqueza, nunca estuvo peor distribuida) que le conocemos hoy?, ¿porqué justo cuando se proclamó a los cuatro vientos el fin de la historia, de las ideologías, de los nacionalismos, de los irracionalismos y de las injusticias, las vemos aflorar con mas fuerza que nunca, aunque quizás con menor perdfids de vdia shumanas que antaño como insiste Steven Pinker?

La mayoría de los humanos nos parecemos a la pobre rana en la cacerola hirviendo tan lentamente que no nos damos cuenta de que nos están (estamos) cocinando. Proclamamos indistintamente la autonomía de las ciencias (como factor explicativo), o nos resignamos pragmáticamente a que la política (o la ideología), justifiquen cualquier fenómeno por mas absurdo que sea -y los hay cada vez mas Trump mediante-, sin poder identificar con claridad como se articulan la ciencia y la polìtica en un mundo turbulento e incierto.

Si 10 libros no alcanzan vayamos por otros 10 mas.

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En un listado publicado hace un par de semanas atrás
Los libros del 2017 que nos sirvieron para pensar/actuar, detallamos unos cuantos detonadores meméticos sin cuya existencia al final del 2017 pensaríamos, menos, un poco peor y sin capacidad de tomar decisiones un tanto mas fundamentadas, como creemos que lo estamos haciendo gracias a su ayuda, y a la infinitas lecturas anteriores acumuladas a lo largo de mas de medio siglo.

Pero encapsular la cantidad de decenas o centenares de lecturas de un año en 20 títulos es un poco mezquino, y aunque nuestra inmensa biblioteca sigue aun escondida vergonzosamente en cajas, algunos estantes que pudimos pisperar nos guiñan los ojos y se sintieron un poco ofendidos de haber perdido sitial en este weblog.

Los libros del 2017 que nos sirvieron para pensar/actuar

Cada fin de año es una una buena oportunidad para diarios y revistas, para portales y sistematizadores de contenidos, para generadores de listados de libros, discos, películas, restaurantes y conciertos y hasta destinos turísticos, mas importantes de cada año. Todas las miradas se posan sobre aquellas especies culturales que merecen nuestra atención y apoyo. Los que se han convertido en referentes ineludibles de nuestras preferencias y atención.

Hay portafolios de una exquisitez sin fin, por la calidad de las recomendaciones, por la forma que permiten navegar la información, por las referencias cruzadas con las que se atreven como hace Best Books of 2017: NPR

Para lectores de papel empedernidos como nosotros son obvias las recomendaciones que pueden hacernos el suplemento Babelia de El Pais o la revista Ñ de la Argentina

Ultimo día de 2016.

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Fue un último día del año, como los otros 67 que hemos pasado en distintas latitudes del mundo, generalmente en Argentina, aún cuando estuviéramos viviendo en otros países con solo dos excepciones recentísimas. Diciembre de 2014 y Diciembre de 2015. El primero por un motivo evidente. Recién habíamos llegado a México, después de una experiencia no demasiado feliz en Bogotá de un año, y habíamos descubierto una bellísima, amplia y acogedora casa en Paseo de la Reforma casi en su cruce con Constituyentes, en los Bosques de Chapultepec.

Después de casi tres meses de vivir provisoriamente en la colonia Hipódromo, con un jardín despampanante, dentro de una casa no demasiado funcional, nos mudábamos a una zona privilegiada, mucho mas cerca de la escuela Maguen David, a pocos minutos de Santa Fé, combinando piscina, follaje, pastoreo para Wiki y muchas expectativas de reinvención personales y profesionales.

Fugaz recorrida por algunos memes españoles, versión verano de 2015

La conferencia performativa como una forma crítica.. Manuel Olveira. Parte VIII, VIII Curso de introducción al arte.. from musacmuseo on Vimeo.

Fue una semana vertiginosa, de ir y venir sin parar, de viajes, cenas, reuniones, encuentros, visitas, libros y mas libros. De museos y charlas, de discusiones y lecturas, de poca Internet pero sobretodo de inmersión permanente en proyectos, en discusiones, en perspectivas a futuro, y fue también tiempo de hacer balances, de revisar lo hecho en estos últimos meses, de sopesar los proyectos en carpeta, de alegrarnos por algunos logros y de sospechar de las dificultades por avanzar en otros (aquí nuestras primeras impresiones del 10mo TVMorfosis).

El contraste entre Europa y América crece irremediablemente, A pesar de la crisis ya crónica, a pesar de las quejas de los europeos porque sus países y su continente ya no son lo que supieron ser, a pesar de la incertidumbre (no tanto acerca de lo que harán sino de lo que no harán) que generan las figuras de Manuela Carmela y de Ada Colau como futuras alcaldesas de Madrid y Barcelona, mas allá de las decepciones de ofertas de calidad pedagógica y de investigación muy alta que naufragan ante la falta de apoyo y de audiencias, lo que tienen, lo que han logrado, lo que conservan y lo que vemos en cada viaje apabulla,

Ciencia abierta y mentes cerradas en la era de las desintermediación desenfrenada

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En el mundo hay mucha gente que piensa y hace de lo mejor. Antes identificarlos era mucho mas difícil porque vivíamos en un mundo de escasez, de bajo acceso, de nichos incomunicados. Hoy gracias al poder desintermediador de Internet estas murallas (como las de Loudun) empiezan a derribarse, y de pronto es posible entablar conversaciones y fomentar encuentros de alto voltaje intelectual, aunque vivamos a miles de km de distancia, o cuando nuestros antecedentes de encuentros físicos hayan sido mínimos. Despues de haber departido con Joaquín Rodríguez y Antonio Lafuente en algunas ocasiones, habiendo leído La Nueva Ciudad de Dios. Un Juego Cibercultural Sobre el Tecno-Hermetismo con coautoria de Andoni Alonso, estos tres quijotes de lo abierto me pidieron un prólogo para su próxima obra a ser publicada en Cátedra bajo el titulo “Todos sabios! Ciencias ciudadana y conocimiento expandido”. Mas alla de mi vagancia crónica y de lo cómodo que es leer en vez de escribir, ante su insistencia no me quedó sino complacerlos y he aquí lo que su excelente obra despertó como eco ligeramente desfasado. Gracias amigos

Dar la vida por lo abierto

Enero de 2013 nos despertó con una noticia que jamás habríamos querido encontrar como titular de algún medio y mucho menos ver devenido en un hashtag muy concurrido en la red. Un joven de 26 años se suicidaba, no por motivos amorosos o por algún desengaño político, sino por haber sido amenazado por una fiscal federal de USA con penas de 30 años de cárcel y 1 millón de dólares de multa por haberse animado a regalarle al mundo una base de datos conteniendo 4 millones de artículos científicos.

El juicio que debería haberse celebrado a principios de abril del 2013 lo ponía entre las cuerdas, no por haber intentado (y logrado) hacerse de números de tarjetas de crédito, no por haber usufructuado información confidencial en provecho propio o de terceros, no por haber descollado en el comercio algorítmico, no por haber ganado un sólo centavo con sus habilidades magistrales habiendo convertido al código computacional en un arte. Sino porque usufructuando clandestinamente la red del MIT y sus credenciales -el que era un alumno de lujo de Harvard- logró acceder a la base de datos de JSTOR (archivos académicos) y descargar 4 millones de archivos sin siquiera ocultar su identidad. Al punto de que en cuanto se descubrió que había enchufado una portátil a la red y que era suya, entregó los discos y JSTOR quiso que todo terminara -no asi el gobierno de USA y el propio MIT.

El suicida se llamaba Aaron Swartz y fue uno de los activistas de Internet que hicieron de la libertad de expresión y de la internet abierta una de sus banderas; fue parte gigante del freno a SOPA/PIPA, y como hacker había colaborado en la especificación RSS a los 14 años y hasta cofundado REDDIT en 2010 .

Como bien dijo Cory Doctorow en una de las innumerables obituarios que sacudieron a la red: “Para el mundo: todos perdimos hoy a alguien que tenía más trabajo por hacer, y que hizo del mundo un lugar mejor cuando hizo su trabajo.”

Este infortunado suicidio de Swartz está mas que ligado a la tesis de Antonio Lafuente/Andoni Alonso/Joaquín Rodríguez acerca de que ser sabios no es cosa de unos pocos. ¿Cómo es posible establecer este inesperado paralelismo?

Fenomenologías del Presente


(Prólogo al libro de próxima aparición de Clara Ciuffoli y Guadalupe López Facebook es el mensaje. Oralidad, escritura y después. La Crujía, 2012)

Un arco que recorre 10.000 años de cultura

Además de las infinitas perdidas de vida inocentes que supuso la invasión de Iraq, la desidia de los invasores tuvo su correlato en la desprotección de la Biblioteca Nacional y de una enorme cantidad de museos y universidades entre ellas la de Al-Mosul, que fueron la cuna de la escritura y de la aritmética mundiales.

Registros que databan de 9.000 años terminaron destruidos, en museos norteamericanos o en el mercado negro, y pronto deleitarán otros ojos, seguramente occidentales. La tragedia se agiganta dado que las autoridades locales -en especial los curadores de esos espacios-, habían solicitado la colaboración del ejército invasor para proteger ese patrimonio histórico de la humanidad. A la pérdida de vidas inocentes hubo que sumarle la perdida de ese enjambre de símbolos no menos precarios y valiosos.

¿Qué tiene que ver un libro que se ocupa de las vicisitudes de uno de los medios sociales mas recientes como es Facebook, con este drama de destrucción cultural, sobretodo teniendo en cuenta que Facebook nació recién casi un año mas tarde después de esa malhadada invasión?

La sociedad inteligente será hija de la política no de la tecnología

La política y la tecnología. Dos velocidades que no se mezclan ni de casualidad

El problema con la tecnología es que va demasiado rápido. No sabemos muy bien para qué sirven tantos gadgets, aparatitos, dispositivos, y antes de que hayamos aprendido a usar el 10% de sus disponibilidades (affordances), se vuelven obsoletos, algunos gurúes se esmeran por sustituirlos por versiones mas aggiornadas y supuestamente mas potentes y útiles, y asi se nos va acumulando chatarra tecnológica sin parar, y quedamos tan descontentos o «en pelotas» como antes, y los estantes y placares albergarán tantos juguetes que nos deslumbraron el dia de su bautismo y que ahora han devenido inútiles por motivos de los mas variados.

El problema con la política es que va demasiado lenta. Sus promesas no se cumplen, sus vaticinios rara vez encarnan en bienestar colectivo, su comprensión de la dinámica ecológica, tecnológica, económica y hasta convivencial es harto precaria y con algunas excepciones, en general, quienes ganan una elección pierden la siguiente, y a quienes toman las medidas mas antipáticas no les va ni mejor ni peor que a las que toman las simpáticas.

Hay excepciones y momentos históricos particulares, pero cada día queda mas claro que los votantes se encuentran tan sorprendidos e insatisfechos con sus gobernantes, como los mismos políticos que hacen malabarismos para husmear el aire del tiempo y ver de qué lado ponerse para no ser arrasados por los vientos de la historia, cada día mas casquivanos e impredecibles.

Para colmo quienes saben (o creen saber) algo de política desconocen por entero a la tecnología, a la ciencia, a las humanidades, a los discursos de la complejidad. Y viceversa quienes conocen (o creen conocer) de algunos de estas temas, o practicas no se imaginan, no les interesa, no pretenden ni se ocupan de bajar a la tierra de la confusión, las demandas contradictorias y la barbarie cotidiana, esos secretos arrancados a la naturaleza o a la historia, en prístinos laboratorios, o en silenciosas cavernas de la meditación pero que rara vez subsisten en el barro de la vida cotidiana, es decir de lapolítica.