“La música es la materialización de la Inteligencia que está en el sonido)”. Hoene Wronsky
1 DE LOS MODOS DE SER A LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES Y VUELTA
Nuestro grupo de trabajo #ecologiadisruptiva en Misiones pasó por tres fases temáticas. En la primera -a lo largo de todo el año 2022- nos centramos en el pensamiento del futuro y el diseño. En la segunda en 2023 en los Modos de ser y en las formas de pensamiento y las inteligencias no-humanas: máquinas, plantas, animales, aliens. En la tercera que culminará en diciembre de 2024, recombinamos las dos fases anteriores destilándolas en variadas formas de inteligencia: computacional, de futuros, en complejidad; artística; visual, musical, etc
A medida que nos alejamos de ella en el tiempo (ya han pasado casi 4 décadas desde su construcción inicial), la teoría de las múltiples inteligencias de Gardner suena cada vez mas a grito de guerra epistemológico (contra el duopolio de las inteligencias escolares por antonomasia: lógico/matemática + lingüística que sigue dominando la educación formal), que a documentada evidencia de cómo funciona la inteligencia humana multimodal.
Aún asi -y especialmente en procesos de descajanegrización pedagógica como nos gusta producir- volver a las fuentes, recorrer esa segunda parte del libro publicado originalmente en 1983 dividida en V. Inteligencia lingüistica; VI Inteligencia musical; VII Inteligencia lógico-matemática; VIII Inteligencia espacial; IX Inteligencia cinestésico-corporal y X. Las inteligencias personales- tiene su encanto y no merece un desprecio tan fácil cuando se tilda al proyecto en su conjunto de “superado”.
Porque esta desagregación de las inteligencias no nació del capricho sino que provino de una convocatoria por parte del Proyecto sobre Potencial Humano apoyado por la Fundación Van Leer. Se trató de un estudio antidisciplinario que duró 4 años entre 1979-1983, en el cual colaboraron decenas de jóvenes ayudantes de investigación, muchos de los cuales después generarían proyectos de trabajo sumamente interesantes.
El trabajo a su vez se trenzó con un trabajo en paralelo que Howard Gardner hizo acerca de la utilización de símbolos, especialmente en las artes, en el Proyecto Cero de Harvard (aquí una historia personal contada por el propio Gardner de su relación con Nelson Goodman su director inicial).
Asi las cosas en Septiembre 2024 aterrizamos finalmente en el pensamiento musical: ¿pero existen el pensamiento o la inteligencia musicales? ¿Se trata de algo mas que una metáfora? ¿Podemos seguir sosteniendo las intuiciones que Gardner sugirió en 1983? El desarrollo incesante de las neurociencias, la psicología cognitiva y ahora la IA ¿permite seguir guiándonos por esta descomposición o debemos volver a un factor unificador que desestima la teoría de las múltiples inteligencias (hoy ya convertidas en 9 por el agregado de la naturalista y existencial)?
2 PENSAMIENTO MUSICAL
Hay muchas observaciones de Gardner que siguen siendo pertinentes para sumar a cierta especificidad de la inteligencia musical (mas allá de considerarla como una descomposición analítica de una posible inteligencia general G, ver segunda parte). Aqui van las mas salientes extractadas de ese capítulo 6.
Ontogenia del talento musical
El talento musical surge temprano (probablemente antes que varias otras de las otrtas modalidades inteligentes) y puede ser altamente potenciada como vemos en el Programa de Educación del Talento, de Suzuki así como su versión argentina vía Natalia Grima).
La naturaleza apabullante en ideas musicales de un compositor
Es muy fácil identificar a un compositor por el hecho de que constantemente tiene «tonos en la cabeza (Roger Sessions); “la composición es tan natural como el comer o el dormir: el elemento aislado del misterio es la fuente de una idea musical inicial: según él, primeramente los temas llegan al compositor como un don celestial, en forma muy parecida a la escritura automática” (Aaron Copland).
Wagner decía que componía como una vaca produce leche.
Saint-Saëns establecía el proceso como algo parecido a que un manzano da manzanas.
Componer es hacer, no pensar (Igor Stravinski en conversaciones con Robert Craft). No ocurre por medio de actos del pensamiento o la voluntad: se logra en forma natural.
Arnold Schoenberg cita el punto de vista de Schopenhauer con aprobación: «El compositor revela la esencia más íntima del mundo y manifiesta la visión más profunda en un lenguaje que no comprende su razón, igual que un hipnotizado hace revelaciones acerca de cosas de las que no tiene idea cuando está despierto”
La música es movimiento controlado del sonido en el tiempo […] Está hecha por humanos que la quieren, la disfrutan e incluso la aman (Roger Sessions)
Placer y emoción
Al aludir al afecto y el placer, encontramos lo que puede ser el acertijo principal que rodea a la música.
Los intentos a través de los siglos por asociar la música con las matemáticas parecen ser un esfuerzo concertado por recalcar la racionalidad (si no negar los poderes emocionales) de la música (ver mas abajo).
Sin embargo, es difícil que cualquiera que haya estado conectado en forma íntima con la música pueda dejar de mencionar sus implicaciones emocionales: los efectos profundos que tiene en el diseño de los etados de anímo de las personas.
Los intentos -a veces deliberados de los compositores (o intérpretes)- por imitar o comunicar determinadas emociones o la aseveración de que, si la música por sí misma no transmite emociones o afectos, capta las formas de esos sentimientos.
Sócrates reconoció prematuramente las relaciones entre modos musicales específicos y distintos rasgos del carácter humano, asociando los modos jónico y lidio con la indolencia y la molicie, y los modos dórico y frigio con el valor y la determinación.
Incluso Stravinski, quien en una famosa observación una vez atacó esta forma de pensar afirmando que La música es incapaz de expresar algo, más tarde se retractó: En la actualidad, lo diría al revés. La música se expresa a sí misma[…] Un compositor trabaja en la encarnación de sus sentimientos y, desde luego, se pueden considerar como los expresa o simboliza.
2 Desarrollo de la competencia musical
Durante la infancia, los niños normales cantan y balbucean por igual: pueden emitir sonidos únicos, producir patrones ondulantes, e incluso imitar patrones y tonos prosódicos cantados por otros con algo más que exactitud casual. Mechthild Papousek y Hanus Papousek afirmaron que los infantes desde los dos meses de edad ya pueden igualar el tono, volumen y contornos melódicos de las canciones de sus madres, y que los infantes de cuatro meses pueden también igualar la estructura rítmica
Durante cerca de un año se da una tensión entre las canciones espontáneas y la producción de «pedacitos característicos» de tonadas familiares; pero hacia los 3 o 4 años ganan las melodías de la cultura dominante y por lo general mengua la producción de canciones espontáneas y del juego sonoro exploratorio.
Tanto más que en el lenguaje, encontramos impresionantes diferencias individuales en los niños pequeños cuando aprenden a cantar. Hacia la edad escolar, la mayoría de los niños en la cultura norteamericana tienen un plan de lo que debería ser una canción, y pueden producir una copia exacta -hasta donde es posible- de las tonadas que por lo común escuchan a su alrededor.
Pero en tanto que en el caso del lenguaje en la escuela se hace considerable hincapié en el logro lingüístico adicional, la música ocupa un lugar relativamente bajo en la cultura norteamericana, por lo que es tolerable el analfabetismo musical. Luego de echar una mirada global y comparativa, queda manifiesta una diversidad mucho más amplia de trayectorias musicales.
En un extremo se encuentran los anang de Nigeria para quienes todos los individuos son diestros en la música, y los antropólogos que los estudiaron aseveran que jamás encontraron entre ellos a ningún miembro «no musical».
En algunas culturas contemporáneas se aprecia mucho la competencia musical: en China, Japón y Hungría, por ejemplo, se espera que los niños logren pericia en el canto y, de ser posible, también en la ejecución de algún instrumento musical.
Jeanne Bamberger ha tratado de analizar el desarrollo musical siguiendo los lineamientos de los estudios del pensamiento lógico hechos por Piaget, pero insiste en que el pensamiento musical comprende sus propias reglas y restricciones y que este no se puede asimilar de manera simple al pensamiento lingüístico o logicomatemático.
Genética
Si existe un área del logro humano donde reditúa contar con un antecedente genético adecuado o pródigo, la música es un pretendiente formidable. Una posible línea de evidencia es la medida en que la música corre en las familias —como las de Bach, Mozart o Haydn.
Si bien Arthur Rubinstein se negaba a hablar, siempre estaba dispuesto a cantar y por tanto causó sensación en su casa. De hecho, las habilidades del niño pronto degeneraron en un deporte, donde todo el mundo trataba de comunicarse con él mediante cantos, y él llegó a reconocer a las personas por sus tonadas.
La música interespecies
Existe al menos una instancia en el reino animal en que es difícil pasar por alto sus paralelos con la música humana. Se trata del canto de las aves.
Podemos observa una amplia diversidad de patrones de desarrollo del canto de las aves, en los que algunas especies están restringidas a un solo canto que aprenden todas las aves, incluyendo las sordas; otras especies cuentan con una diversidad de cantos y dialectos que dependen en forma clara del estímulo ambiental de clases especificables. Entre las aves encontramos una mezcla notable de factores innatos y ambientales.
Las aves parlotean por primera vez y luego exploran fragmentos de las canciones de sus ámbitos. En realidad, la producción final de los cantantes humanos es mucho más vasta y variada incluso que el repertorio más impresionante de las aves, y debe tenerse presente esta discontinuidad entre las dos especies vocalizadoras. Sin embargo, las analogías sugerentes en el desarrollo del canto debieran estimular la experimentación que puede iluminar aspectos más generales de la percepción y ejecución musicales.
El canto de las aves resulta ser una de las pocas instancias de una habilidad que se lateraliza en forma regular en el reino animal —en este caso, en la parte izquierda del sistema nervioso de las aves.
Dentro de una especie, las aves difieren si cuentan con una « por igual biblioteca » bien surtida o escasa, y esta información es «legible» en el cerebro de las aves.
Así, aunque los propósitos del canto de las aves son muy distintos a los del canto humano («los cantos de las aves son promesa de música, pero se necesita un ser humano para conservarlos»), bien puede resultar que el mecanismo de organización de ciertos componentes musicales medulares sea análogo al de los seres humanos.”
Los procesos y mecanismos que producen la música y el lenguaje humanos son distintos entre sí.
Richard Wagner localizó la música centralmente en su Gesamtkuntswerk (la obra de arte Completa) y esa ubicación no fue del toda una arrogancia: de hecho, la música sí se relaciona en una diversidad de formas con la gama de sistemas simbólicos humanos y competencias intelectuales.
Más aún, precisamente porque no se emplea para la comunicación explícita, o para otros propósitos evidentes de supervivencia, su continua centralidad en la experiencia humana constituye un acertijo retador.
El antropólogo Claude Lévi-Strauss no fue el único entre los científicos al aseverar que si podemos explicar la música, podremos encontrar la clave de todo el pensamiento humano —o al implicar que el no tomar en cuenta seriamente la música debilita toda explicación de la condición humana.
Quizá sólo en tiempos recientes, y en la civilización occidental, la interpretación y apreciación de la música, bastante separadas del movimiento del cuerpo, se han convertido justo en la busqueda de una pequeñísima minoría vocal.
Los compositores dependen de poderosas habilidades espaciales, que se requieren para postular, apreciar y revisar la compleja estructura de una composición (Lauren Harris).
Seríamos obtusos si no observarámos los continuos esfuerzos por parte de los musicólogos, y también de músicos bien informados como Leonard Bernstein, por buscar paralelos no triviales entre la música y el lenguaje. Recientemente, estos esfuerzos se han centrado en los intentos por aplicar al menos partes del análisis de Noam Chomsky de la estructura generativa del lenguaje a los aspectos generativos de la percepción y producción musicales.
Música y matemáticas
Hasta la época de Palestrina y Lasso, en el siglo XVI, los aspectos matemáticos de la música eran centrales, aunque había menos discusión abierta que antes acerca de los subestratos numéricos o matemáticos de la música.
Muchos compositores se han caracterizado por su sensibilidad a las pautas y regularidades matemáticas; entre ellos se encuentran Bach y Schumann, quienes dieron salida a este interés, a veces en forma abierta y a veces mediante una especie de exploración juguetona de las posibilidades. (Incluso Mozart llegó a componer echando los dados. (También pero por razones mucho mas epistemólogicas John Cage lo hizo utilizando el I-Ching).
A pesar de sus observaciones anteriores, Stravinski aseveró que la música y las matemáticas no son iguales
El matemático G. H. Hardy tenía estas diferencias en mente cuando señaló que la música podía estimular las emociones, acelerar el pulso, curar el desarrollo del asma; inducir epilepsia o calmar a un infante. Los patrones formales que son la razón de ser de un matemático son para los músicos un ingrediente útil, pero no esencial para los propósitos expresivos a los que se dirigen sus propias capacidades en forma regular.”
Referencias
1 Ontogenia del talento musical
Levitin, Daniel J Tu cerebro y la música. Porque nos gusta la müsica y porque disfrutamos con ella. RBA, 2018.
¿Por qué la música despierta distintos estados de ánimo? ¿Tenemos un límite para adquirir nuevos gustos musicales? ¿Qué revelan los escáneres sobre las respuestas del cerebro a la música? ¿Nuestras preferencias musicales se determinan en el útero? ¿Es el placer musical diferente de otro tipo de placer? ¿Por qué estamos tan emocionalmente unidos a la música que escuchábamos cuando éramos adolescentes?
Ball, Philip El instinto musical: Escuchar, pensar y vivir la música. Turner, 2010.
Un análisis de la música desde el punto de vista biológico: ¿por qué nuestro cerebro la entiende y la necesita? ¿Por qué somos capaces de entenderla y descodificarla, por qué nos genera emociones, por qué hacemos música y qué papel cumple en la cultura y en la sociedad?
2 Desarrollo de la competencia musical
Deutsch, Diana (Ed.) The Psychology of Music. University of California, 1982.
Desde la percepción del ritmo hasta la relación entre la música y las emociones.
Huron, David Sweet Anticipation: Music and the Psychology of Expectation. The MIT Press, 2006.
Centrado en la forma en que el cerebro humano anticipa y responde a la música. Huron ofrece una visión científica sobre cómo y por qué ciertos aspectos de la música nos producen placer.
Mithen, Steven The Singing Neanderthals: The Origins of Music, Language, Mind and Body. Harvard University Press, 2007.
La música precedió al lenguaje hablado y jugó un papel fundamental en el desarrollo de la comunicación y la cognición humanas.
Koester, Otto Seeing Babies in a New Light: The Life of Hanus Papousek. Psychology Press, 2005.
3 La música interespecies
Ackerman, Jennifer The Bird Way: A New Look at How Birds Talk, Work, Play, Parent, and Think. Penguin Press, 2020.
Ofrece una visión más amplia sobre la comunicación y comportamiento de las aves, incluyendo cómo utilizan sus cantos y llamados en diferentes contextos.
Kroodsma, Donald The Singing Life of Birds: The Art and Science of Listening to Birdsong. Houghton-Mifflin Co, 2005.
Combina el arte de escuchar a las aves con el estudio científico de sus cantos. Kroodsma, un experto en bioacústica, guía a los lectores a través de los patrones y estructuras de los cantos de aves, explicando cómo y por qué cantan.
Rothenberg, David Why Birds Sing: A Journey into the Mystery of Bird Song. Basic Books, 2005.
Combina ciencia, filosofía y música para explorar el porqué detrás del canto de las aves. Rothenberg, músico y filósofo, ofrece una visión poética y científica, investigando tanto las razones biológicas como las interpretaciones culturales del canto.
4 Música y matemáticas
Fauvel, John & Raymond Flood, Robin Wilson (Eds.) Music and Mathematics: From Pythagoras to Fractals. Oxford University Press, 2006/
Aborda diferentes aspectos de la conexión entre la música y las matemáticas. Incluye temas como la afinación, la armonía, las proporciones y el ritmo, hasta exploraciones más avanzadas de la teoría de grupos y fractales en la música.
Hofstadter, Douglas Gödel, Escher, Bach: un eterno y grácil bucle. Tusquets, 1983.
Se explora cómo patrones matemáticos y estructuras lógicas subyacen en la música, el arte y la biología. Hofstadter hace conexiones profundas entre las fugas de Bach, los dibujos de Escher y los teoremas de Gödel, mostrando cómo la repetición y la variación juegan un papel fundamental en la creatividad humana.
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